Junto a la directora y escritora Sabrina Odoguardio, tuvimos la suerte de entrevistar al director Rodrigo Bazaes Nieto y al compositor Jorge Aliaga de la Miniserie estrenada en junio de este año en Prime Video: “Isabel, La historia íntima de la escritora Isabel Allende”. 

Compositor y director nos abren su universo creativo de una manera entretenida y accesible. Hablan sobre cómo trabajaron juntos en el proceso creativo de la serie, el trabajo dedicado y detallista de la banda sonora y la realización en general. 

Entrevista a Rodrigo Bazaes y Jorge Aliaga

El director chileno Rodrigo Bazaes Nieto es Licenciado en Artes egresado de la Universidad de Chile y formado en el teatro como diseñador escénico. Es diseñador y director  multidisciplinario, destacado por estar detrás de recordados trabajos visuales para el Cine, la TV y el Teatro como director de arte: “Machuca", "Violeta se fue a los cielos” y “Araña”, entre otras, y la serie de TV "Los 80”.

Es autor y co guionista del largometraje ganador del Premio Goya, "La buena vida", como Mejor Película Iberoamericana, y co guionista de “Violeta se fue a los cielos", ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance, colaborando frecuentemente con el director chileno Andrés Wood. 

Premios Apes, Altazor, Pedro Sienna, Goya, Coral y Gold Medal Best Thematic Development en la Expo Universal de Shanghai para Chile el 2010, dan crédito a su amplio ejercicio creativo y colaborativo en los ámbitos del diseño, el guion y la dirección.

Recientemente a asumido el diseño de producción de “Noticia de un secuestro”, serie basada en novela de Gabriel García Márquez quien es por primera vez llevado a la pantalla chica por Amazon Prime.

El compositor chileno Jorge Aliaga estudió en el Conservatorio de Música Izidor Handler, en Viña del Mar y en la Universidad Católica de Valparaíso, donde obtuvo la Licenciatura en Ciencias y Artes Musicales. Estudió el Diplomado en Composición de Música para Películas en la Ecole Normale de Musique de Paris, Francia. Recientemente obtuvo el grado de Magister en Musicología Latinoamericana, otorgado con distinción máxima por la Universidad Alberto Hurtado, Chile.

Ha trabajado en diversos medios artísticos, como el cine, la televisión, la danza, el teatro, además de trabajos realizados de autor y por encargo. Ha recibido 4 veces el premio Jerry Goldsmith Award (Best Music Documentary [2008] Testigos del Silencio, Best Song [2009] A un metro de ti, Best Music in Advertising [2011] La Esperanza, Best Live Action Short Music [2014] Necrolovers, y el premio Jerry Goldmith Nobel en 2011, España.

Además de numerosos premios Nacionales como Pulsar por Mejor Música en Audiovisuales los años 2015 [Raíces] y 2017 [Niña Sombra (Shadow Girl)], Premio FICViña los años 2009 [A un metro de ti] y 2010 [El Visitante Nocturno], siendo sus más recientes reconocimientos la “Silver Medal” por el documental Niña Sombra (Shadow Girl) de María Teresa Larrarín en el Global Music Awards, Los Ángeles, Estado Unidos. 

Rodrigo Bazaes y Jorge Aliaga
Rodrigo Bazaes y Jorge Aliaga

Sensibilidad por el mundo femenino

Sabrina Odoguardio/Cinemagavia: Escribiste el guion de Violeta Parra y dirigiste la serie Isabel. Te escuchamos decir en una entrevista: "Mi mirada no es es feminista los géneros no tienen nada que ver con la humanidad. Las pasiones humanas son pasiones humanas." Aunque decís no ser feminista al decir eso te conviertes en uno... ¿Eliges contar historias sobre mujeres o lo que te atrae son los personajes?

Rodrigo Bazaes: Esa respuesta tiene relación con la perspectiva de la dirección. Para mi, los personajes son los que deben conmoverte, es estimulante escribir o dirigir historias con las cuales puedas identificarte e involucrarte profundamente.

Lo primero que provocó esta biografía fue eso, además de un gran honor. Alguna vez imaginé de mí, que tenía una sensibilidad mayor con el mundo femenino, porque me crié entre muchas mujeres y aprendí mucho de sus espacios reservados y de su habilidad para leer a los demás.

Pero ahora te puedo responder que al mirar el mundo desde esa vereda, también supe que había aprendido a conocer y comprender agudamente el paradojal mundo de los hombres. Este incluye a otro porcentaje de la humanidad afectado por no encajar en las creencias de otros hombres.

Estoy comprometido con escarbar y retratar la condición humana. Tengo especial atracción por los personajes que se transforman, ojalá en procesos que no sean puros; la belleza y la virtud aparecen en los lugares más insospechados. El dolor siempre tiene un origen, y donde lo hay, hay también desamor, abuso, familias rotas y también cinismo; si la historia, tiene además un fuerte apego a la vida, entonces consigues un personaje digno de ficcionar.

Es importante afirmar, que no hay un buen biopic sin un buen guion, y tuvimos un gran punto de partida con este. Yo me pude identificar rápidamente con la historia de ausencia paterna, con los lazos familiares y el despertar creativo, entonces supe que podría guiar esta recreación de forma sensible y también práctica, porque había que grabar solo lo necesario.

Sabrina Odoguardio/Cinemagavia: ¿A qué se debe que el equipo creativo y de dirección está conformado por hombres? Pensaron en la posibilidad de incluir a una mujer en algunos puestos de liderazgo? teniendo en cuenta que están contando la historia de una mujer feminista. ¿Cómo fue siendo hombre, sumergirse en la historia de una mujer tan importante?

Rodrigo Bazaes: El criterio para constituir al equipo fue imaginar el mejor de los resultados. No le he preguntado a cada uno por su verdadero género ¡si a eso te refieres!. Pero no es concreto que en el equipo creativo de la serie esté conformado solo por hombres; te cuento el esquema para que saques tus conclusiones.

A la cabeza está Isabel Miquel, ella es la productora ejecutiva que empujó el proyecto desde su escritorio y obtuvo el fondo local audiovisual CNTV, junto a ella está la directora de programación del canal. Ambas pensaron en mi, y estoy agradecido por eso, habría que preguntarles a ellas la razón. La jefatura de producción la llevaba una colega mía, años trabajando juntos.

La producción hoy en día, es un rol absolutamente creativo. Para la dirección de arte, cabeza fundamental en este proyecto, entrevistamos a dos talentosas mujeres, Marichi fue quien se hizo cargo finalmente. En el set había muchas actrices fuertes, creamos juntos los caracteres, me refiero a Paula, y a todas las niñas que la interpretaron, a Ema como Isabel niña, y para que decir las dos actrices que hicieron a la madre; Daniela, llevando el protagónico, tuvo que estar presente en casi todo el rodaje. Muchas mujeres.

Como artista, me gusta pensar que mi participación hizo una buena resonancia en el proceso y en el resultado. Cuando pensamos en cómo queríamos que se viera la fotografía, fue que invitamos a Enrique, nunca habíamos trabajado juntos y fue su sobriedad y sensibilidad la que nos atrajo. Prefiero intentar verlo al revés, quizás la presencia de ambos en el set ha equilibrado el diálogo y un resultado más universal. La serie buscaba un espectador amplio.

En general, mis equipos creativos han estado conformados en su mayoría por mujeres, de eso me di cuenta recién, al mirar hacia atrás, pero fue algo que nunca había siquiera intencionado; en todos los casos, nos reunimos por la afinidad y sensibilidad con el perfil de cada proyecto. Así veo yo el trabajo, cada ficción debería encontrar a sus realizadores ideales. Muchos hemos crecido y aprendido juntos en esta pequeña industria audiovisual. No es una industria a la escala de otras, dónde las políticas de género tienen que asegurar ambientes laborales justos.

Para intentar ayudar a tu reflexión, y ponerme en otro caso, no sé como habría sido tener que descartar artistas y trabajadoras mujeres, para incluir igual número de hombres. La búsqueda de la paridad es una necesidad política y humanista que comparto, vital para salvaguardar espacios afectados por esa desventaja, pero en general no ha sido mi experiencia.

Rodrigo Bazaes
Rodrigo Bazaes

El concepto musical del la serie

Micaela Carballo/Cinemagavia: Hay al menos tres tiempos que van y vienen en la serie. Isabel adulta y sus hijos son pequeños, Isabel pequeña y cuando empieza a viajar a Argentina, Venezuela, Madrid. ¿Cómo organizaste el guion musical en relación a estos cambios? ¿Cuál fue el concepto que te ayudó a componer las primeras ideas de la serie?

Jorge Aliaga: Independiente de los tiempos, lugares o acciones, la protagonista siempre fue Isabel y desde ese tronco central se ordenó la mirada de la estructura. Hubo cinco miradas, desde una Isabel interna en relación con ella misma, que iban desde, la confusión errática, la inspiración, sus reflexiones, su oráculo y el abandono, todos ellos lugares íntimos, que se proyectan como extensiones de Isabel, en donde su confusión se transforma en su relación errática con Paula.

La inspiración termina en sus lanzamientos, sus reflexiones internas se abren a una narradora presente de los hechos, el oráculo transmuta a los espíritus de la casa de su abuelo y finalmente su abandono se proyecta en la culpa de una madre ausente. 

El proceso estuvo lejos de componer para una serie, fue más bien el componer cada capítulo, como una parte de una sola gran película y de una misma protagonista, por eso cada música nace desde y para cada momento que la hizo aparecer. Isabel, un gran árbol de 5 ramas que se abren a una frondosidad hermosa de proyecciones sutiles, y en donde la raíz de ese árbol es el impulso de la creación, que nutre todo el árbol.

Por otra parte, sí hubo una intención dedicada en trabajar Perú con una sonoridad de “cuatro” más íntimo y que remitiera, como en el libro “los ríos profundos” de Arguedas a una vertiente de sonoridad Latinoamericana, que es origen territorial de la serie. Mi idea fue que ese sonido viniese desde el lugar en donde todo empezó, el baúl de recuerdos del padre Además, las zonas territoriales tuvieron tratamientos diferenciados, para así ayudar a la correcta lectura contextual de los escenarios.

Por ejemplo, en el cap. 2 en Venezuela, hay mayor presencia de las Guitarras y cuerdas pulsadas, que en Madrid y EEUU, en donde es más orquestal. Fueron contrastes que ayudaron desde la orquestación a favorecer una comprensión temporal de la serie. 

Jorge Aliaga
Jorge Aliaga

El arte cosmopolita de la serie

Sabrina Odoguardio/Cinemagavia: Las casas de Isabel en la serie son muy importantes, pasa gran parte de la serie en esos espacios. Chile, Venezuela y California. La fotografía parece que une todas esas casas. ¿Cómo fue el trabajo con el director de fotografía?

Rodrigo Bazaes: Estábamos conscientes de que el relato no sería cronológico, si no inevitable y atractivamente fragmentado; eso había que tenerlo en cuenta y era fundamental darles un carácter. Durante la etapa de diseño, nos propusimos narrar el Chile de fines de los 60’s y el de 70’s en forma más monocroma, sin dejar de atender al estimulo de color que se tiene en la memoria sobre esos años de despertar. La Caracas que recibiría a Isabel, nos daba como primer desafío reconstruir una luz y una vegetación de fondo que no tiene similitudes con Chile. 

El segundo capítulo dialoga con la infancia de Isabel, un campo chileno imaginario en los años ‘40. Debían contrastar dos tipos de paisaje y de verdores; ésta fue una dinámica común para poder pasar de un universo a otro, que en lo narrativo nos impuso la tarea de encontrar algunos códigos de lenguaje de cámara que fueran transversales y comunes al relato general. 

Confiamos en una caligrafía audiovisual simple, creo que de esto resultó la mayoría del tiempo un tono sobrio y elegante. Las diferencias siempre estuvieron dadas por las épocas, contextos culturales y recuerdos imaginarios, siempre diferenciados por contrastes realistas en el diseño de arte. California, como los otros capítulos, está resuelta fundamentalmente en interiores. En este caso, optamos la mayoría del tiempo por una imagen menos contrastada, nítida y limpia. Así imaginamos el mundo privado de una Isabel más cosmopolita y sofisticada. 

Isabel: La historia íntima de la escritora Isabel Allende
Fotograma de Isabel: La historia íntima de la escritora Isabel Allende

Música original y canciones populares

Hay dos tipos de músicas en la serie muy marcados. Por un lado la música original compuesta por Jorge Aliaga y por otro la música que denota las distintas épocas y lugares que ayudan al espectador a ubicarse en tiempo y espacio.


Sabrina Odoguardio/Cinemagavia: ¿Cuál fue tu participación en las decisiones musicales tanto de la música original como en las músicas preexistentes?

Rodrigo Bazaes: No hay recreación histórica que no se fortalezca con un gran soundtrack de época. Yo hubiese querido tener más, pero nos ajustamos a las características del proyecto; no hay ningún secreto en reconocer que las canciones que son parte del imaginario popular universal, no están al alcance de todas las producciones. Así es que la selección debió ser precisa. 

El primer capítulo debía ser mas chileno, pero incluimos un hit de Los Náufragos “Te quiero ver bailar”; en el capítulo dos, el guion hacía referencia a los venezolanos Billos Caracas Boys y pudimos trasladarnos a la época de bonanza de ese país. Soñé que lograríamos poder oír “Muchacha ojos de papel” para las secuencias con el amante argentino, pero no fue asequible para nosotros.

Como yo lo concibo, se podría decir que la música está en las bases de la ficción televisiva como entretenimiento; para este proyecto sentía que debía ser muy protagonista, y descubrir elementos y dimensiones nuevas dentro de las convenciones habituales. 

Fui formado en el teatro, como diseñador, antes de la invitación del mundo audiovisual. Hoy sigo trabajando dirigiendo obras y espectáculos escénicos, donde la función de la música es para mi, siempre un lenguaje fundamental; aunque no soy un experto, me he esforzado y preparado sistemáticamente para comunicarme con los compositores, de ello depende que resulten muchas ideas.

Una cosa que cuidamos era no terminar cambiando el estilo y la factura musical cada vez que saltábamos en el tiempo. En mi manera de verlo, así como el lenguaje narrativo audiovisual debía ser la mayoría del tiempo homogéneo, discreto en la cantidad de planos. El desafío era lograr cierta unidad musical que condujera todo el viaje ¿Pero cómo lograr esa unidad, si la aventura de Isabel iría cambiado radicalmente de objetivos, conflictos y escenarios?.

Para mi, era fundamental que descubriéramos un capital melódico sentimental permanente, íntimo e introspectivo, y que no se volviera una monotonía. Definitivamente debíamos acompañar un viaje largo y diverso, y la música debía ser capaz de cerrar el circulo.

El primer capítulo fue un laboratorio, para cotejar ideas e imaginar resultados con Jorge, y muy pronto comenzar a desafiarnos con lo que vendría con la música original. Lo más concreto para mi era abordar el pasado, el despertar creativo y fantasmal en la infancia, ahí veía mucha libertad expresiva. La otra tarea era poder acompañar la narración; en algunos casos, con una estrategia más incidental, en otros un tono introspectivo que no siempre estaba en el presente de la escena.

Efectivamente el capítulo dos obligó a buscar cosas diferentes, era mas largo, diverso y exigía incorporar la musicalidad caribeña. Ya a punto de iniciar el tres nos dimos cuenta que tendríamos que caminar hacia descubrir una idea distinta, porque se aproximaba una gran densidad y el conflicto más poderoso e interno de Isabel y nada de lo anterior, habría sido suficiente. 

Como director, siempre tengo una gran resistencia a perder la unidad estética, algo que ves con mucha frecuencia en la ficción más industrial. Era bien difícil el encargo para la composición, con relación al amplio y diverso desarrollo argumental. Aliaga trabajó mucho para encontrar el concepto y uno de sus aciertos fue dejar algunas secuencias o arcos dramáticos acompañados de solos instrumentales.

Cuando llegamos a la última secuencia de la serie, luego de varias vueltas con la edición, tomé el teléfono y llamé a Jorge: Necesitamos un tema de 5 minutos para el cierre, quisiera que arrancara y no se detuviera nunca. 

Pretendíamos que el momento de la muerte tuviera una fuerte carga emocional, pero también inspiradora y reflexiva. Ahora me doy cuenta mejor de lo que buscábamos tanto: que el espectador ingresara tomado de la mano y pudiera sentirse parte de la transformación del personaje. Asistir al sentimiento de la muerte, pero también a una especie de renacimiento.

Cuando acaba la música y se oye el silencio en la habitación donde comenzará a escribir Paula, te das cuenta de que has aterrizado en alguna parte. Lo que menos deseábamos, es que la respuesta en el espectador fuera la angustia.

En la sinergia de todo -recordando siempre que estábamos retratando la cabeza de una artista-, estaría la fuerza de nuestra producción; no íbamos a poner en escena una ópera, pero podíamos crear un buen concierto de cámara, en lo visual, en lo sonoro, en lo interpretativo, y en lo musical. Si logras dar a tiempo con la forma de lo que buscas, usarás tu tiempo en explorar, equivocar, hallar matices y soluciones.

Me gusta pensar las cosas de manera sistémica, respeto las formas viejas y nuevas, y de esta manera de trabajar sabe mucho Jorge. Me encontré con la persona correcta, que nos ofreció su tiempo, durante el largo confinamiento de la pandemia, para buscar y equivocarnos juntos. En definitiva, aportó una sensibilidad e inteligencia músical excepcionales sin las cuales el resultado no sería el mismo.

Micaela Carballo/Cinemagavia: ¿Cuánta libertad creativa tuviste a la hora de componer? ¿En qué momento de la producción de la serie comenzó tu trabajo? 

Jorge Aliaga: Para ser exacto, el proceso partió una semana antes del inicio del rodaje, y así como comentas, partió con la composición de algunas canciones que serían usadas en la filmación. En lo concreto “Buenos días caballero” que era una de las canciones necesarias para la escena del musical en Caracas. 

Hubo otra canción “Margarita” que con un aire de “Les Luthiers” nace para cubrir un vinilo de referencia que Isabel debía escuchar en el proceso de creación junto al músico argentino. Esos fueron mis aportes de canción a la serie.

En paralelo a la composición de canciones estaba trabajando en el análisis conceptual y narrativo de los guiones, para levantar desde ahí, lo que erróneamente fue la idea de partir con una librería de temas para el montajista. Digo erróneamente porque la serie fue exigente desde el primer montaje en pedir música dedicada a cada momento.

No hubo otro camino sino trabajar de forma dedicada, por lo que los 20 minutos de música inicial compuestos sin imagen sirvieron solo como un acercamiento estético a la serie. Igual muchos de esos temas quedaron en la serie, pero con las adecuaciones que las escenas pedían.

Finalmente, mi libertad creativa fue sometida a una dependencia absoluta a cada necesidad de la serie, y desde ahí hubo una gran exigencia autoral en la coherencia integral de todas esas demandas parciales y exclusivas. Trabajo de sastre, en resumen.

Rodrigo Bazaes
Rodrigo Bazaes

Una vida en tres capítulos

La serie podría haber sido tranquilamente una película, sin embargo son 3 capítulos de una miniserie a la cual no le sobra ni le falta nada. 

Sabrina Odoguardio/Cinemagavia: ¿Qué desafío encuentras al tener más tiempo para desarrollar la acción dramática en el formato miniserie? Como director en cuanto a la puesta en escena ¿ Optás por contar partes más íntimas del personaje o preferís centrarte en el entorno?

Rodrigo Bazaes: Un biopic requiere de habitar muchos lugares distanciados en el tiempo y en la psiquis del personaje; no existe un único o gran super objetivo, pues, como en la vida, estos van cambiando de acuerdo avanza la existencia. Esto es un elemento muy anti dramático, sobre todo para la entretención televisiva. Esta es la ventaja pero también la dificultad que te pone una serie. 

Cuando resulta, es porque has podido equilibrar muchas cosas y también no olvidarte de generar entretenimiento. Muchos desafíos pasaban por mi cabeza, pero teníamos restricciones; el encargo era ambicioso debido a la naturaleza del personaje y no sería una súper producción. 

Te doy un ejemplo, sabíamos que necesitábamos traslados de auto, cuando Isabel recorre la ciudad, pero no íbamos a poder recrear el Santiago de entonces, así que optamos por confiar en la historia y quedarnos sobre su rostro. La tarea fue siempre hallar una fórmula local como realizadores, poner a prueba lo que ya habíamos aprendido haciendo en el cine entre muchos y muchas de nosotros. Sin duda dejamos bastantes defectos. Yo tengo varios anotados en mi cabeza; los fui aceptando mejor gracias a la respuesta de las personas que se han concentrado en el viaje y no en el detalle. 

Volviendo a tu pregunta: no hay personajes sin contexto. Tengo una gran preferencia por los proyectos que a partir de la vida privada o intima de sus personajes consiguen, al mismo tiempo, ser expresión de su cultura. Me importan los escenarios socio políticos tanto como los psicológicos; la relación entre personaje y medio no debe ser nunca inocua ni inofensiva. Las recreaciones históricas son perfectas para esto, a diferencia de un drama o melodrama contemporáneo, donde el contexto tiene el riesgo de parecer invisible. (Por ejemplo, en el largometraje “La buena vida”, los personajes eran contemporáneos al espectador, pero una década después, puedes mirar que esa película no existiría sin su contexto).

Soy hijo de la tv, mas que del streamimg, y soy de los que piensa que tienes más posibilidades de lograr una buena ficción televisiva, cuando aceptas su vocación de masividad -aunque todos entiendan ese concepto de manera distinta-, mejor aún si esto se consigue por medio de la relación de estos dos aspectos que nombras, pero siempre pensando que del otro lado hay un espectador exigente. Jamás imaginaría dialogar con un televidente flojo e indiferente al mundo emocional de los personajes, ni menos cooperar con enajenarlo aún más de su entorno.

En la ficción, Isabel avanza con una sonrisa confiada y optimista porque es una mujer, en algún sentido, más preparada que el total de mujeres de su generación para librar una batalla contra las malas creencias; pareciera que avanza cuestionándose cuánto de esto importa, pero poniendo siempre a prueba su entorno. Para descubrirse realmente debe entrar en conflicto también con su grupo de confianza, hasta finalmente, en el capítulo final, tener que disentir con ella misma. Con sus propias palabras, ella ha dicho que es otra mujer después de esa experiencia y estoy absolutamente seguro que Isabel Allende es mucho más vital y compleja que nuestra síntesis, pero eso es lo que hacen las ficciones. 

Al igual que en la vida y en las películas, el éxito no se consigue sin los otros, sin reciprocidades, o poniendo en crisis nuestros vínculos más fuertes. Para bien o para mal, no existiríamos sin la cultura que nos reprime o nos acoge, pero que nos ha dado forma. Isabel es un artista y escritora super ventas, no necesita más atención, buscábamos identificación, desplegar un viaje de vida, y con ello también entender a una generación de mujeres.

Micaela Carballo/Cinemagavia: ¿Qué desafío encuentras entre un formato fragmentado como es la miniserie y una película que se narra en una unidad? 

Jorge Aliaga: Algo de esta pregunta ya está expuesto en una respuesta anterior, aprovecho de reiterar el hecho de que no compuse en ningún momento una serie, fue una sola película, que tuvo dos interrupciones. Lejos ha sido la película de más alta dificultad que he compuesto, dada su extensa duración. Intentamos inicialmente componer como una serie, pero rápidamente nos exigió un trabajo formal, dedicado, autoral, de dedicación absoluta y con una claridad que consideró tener los 3 capítulos en una sola línea de pensamiento.

Isabel: La historia íntima de la escritora Isabel Allende

La voz de Isabel

Sabrina Odoguardio y Micaela Carballo/Cinemagavia: Nos gustaría que nos cuenten el proceso creativo en las distintas secuencias que se narran con la voz over de la protagonista, que en general son escenas acompañadas por música que sumerge al espectador para sentirse parte de la historia que cuenta en primera persona Isabel. Sabemos que es la voz que sabe toda la historia.

Jorge Aliaga: Habría imaginado un momento en específico, pero como este recurso es frecuente en la serie, dada la extensa cantidad de zonas en donde la voz relata, reflexiona, tensiona y distiende la trama, es difícil unificar una sola estrategia, sí puedo decir algunos parámetros de relación y criterios que fueron considerados.

El cuidar de que la música no sobre exponga ni anticipe las reacciones de la protagonista, que la música sea un canal complementario, muchas veces psicológico de acompañamiento, en donde se pueda profundizar en emociones que no son evidentes, y también es necesario estar en la funcionalidad de dar ritmo a largos textos que sin música habrían perdido la conducción de su desarrollo dramático, y cuando la voz es poesía, solo magia puede ser la música, es decir, pierde toda voz de comentario y se transforma en aura de un relato fundacionalmente creador.

Rodrigo Bazaes: La voz en off no debía demandar una estética ni una función musical particular. Tampoco compitiera o mermara la presencia de la música que tenía por función empalmar o modular un universo con otro. Sin ponerse limitaciones expresivas, el encargo tuvo que tener en cuenta esta presencia. Y por supuesto, confiábamos mucho en lo que obtendríamos en la mezcla durante la post producción. A veces iban ligadas, otras dialogaban por contraste u oposición.

Para mi, la fuerza estaría en la estructura general de la propuesta musical, cuyas ideas centrales que describe Jorge, equivalían al curso de distintos pequeños riachuelos, que irían a desembocar en una gran caudal de agua hasta formar el río, y rematar en una catarata, más sublime que estruendosa, que sería el final del que ya hemos hablado.

Isabel: La historia íntima de la escritora Isabel Allende
Fotograma de Isabel: La historia íntima de la escritora Isabel Allende

La música de la escritura

Micaela Carballo/Cinemagavia: Nos encantan las escenas en las que se la ve a Isabel escribiendo sus libros.  ¿Cómo pensaste la música en esos momentos tan importantes de la serie y de la vida de la escritora?

Jorge Aliaga: Es el tema principal de la serie, es el gesto creativo llevado a la composición, básicamente había que unificar una célula rítmica de carácter inquieto. dinámico, pero que no solo quedara en un color funcional de una máquina de escribir. Había que traspasar la magia de lo que estaba en la escritura, es por eso que la atmósfera fue modal y no tonal.

Sin ser muy técnico en esta parte, era necesario usar el aura etérea del modo lidio, que montado sobre la nota Re, fue la base de la creación en la que el tema se desarrolla, en rigor si cambias el G# por G, apagas literalmente toda la magia del tema. 

Además, la base del piano que contiene esta estructura, no era suficiente para abordar las distintas capas de necesidad que las escenas de escritura tenían, se debía reforzar de textura rítmica con ostinatos de cuerdas, dar más amplitud con vientos y algunas líneas solistas para poder dar mayor profundidad y perspectiva a la relación de la música con la escena. Como es habitual en mi escritura, la viola posee un lugar especial dentro de la formación, siempre instalando la mirada interior de la personaje.

Jorge Aliaga
Jorge Aliaga

Sin ilusión no hay ficción

Sabrina Odoguardio/Cinemagavia: Como director de teatro, cuando pasas al formato cinematográfico, ¿Te gusta ensayar con los actores? ¿Buscas el tono con los actores, o dejas que suceda la acción y haces muchas tomas?

Rodrigo Bazaes: Tengo una profunda admiración por el trabajo de los actores, conozco su grado de auto exigencia y también sus miedos. He tenido la fortuna de trabajar y aprender de excelentes interpretes, y transitar con un gran capital de ellos desde el teatro al cine. Cuando imaginamos un elenco fue necesario tener en cuenta varias cosas. Cómo que actrices y actores principales tuvieran la suficiente experiencia para lidiar con un rodaje intenso y acotado, eran 27 jornadas. 

No acostumbro a hacer muchas tomas y el primer ensayo en set es fundamental, previo a las conversaciones que intento tener por separado con cada integrante del elenco; una vez en el set, lo importante es hacer andar la visión de la escena y su puesta en cámara; este momento es vital para comprobar lo que funciona y lo que no, siempre estoy receptivo a las resistencias. Cuando algo no fluye naturalmente, lo inteligente será restarle tiempo a la grabación y descubrir antes cuales son los obstáculos. 

Si ensayas mucho, ya sabes, también corres el riesgo de mecanizar las reacciones. Lo que uno quisiera es que lo que imaginaste, resulte perfecto, pero si no te dejas perturbar, sobre todo por un elenco comprometido, corres el riesgo de filmar una escena muerta. En este caso, sin verdad no hay ilusión, sin ilusión no hay ficción. Desearía ensayar más, y alargar los procesos previos al rodaje, pero he aprendido a adaptarme. 

Con los niños siempre es más complejo, pero la estrategia fue crearles un breve espacio de taller para que llegaran manejando ciertos códigos. Para los roles pequeños es siempre como una carrera de 100 metros planos, casi nunca tienen ensayos previos, fue el caso de muchos interpretes extranjeros, muchos con una o dos escenas, y que para mi eran la base para crear la ilusión de estar grabado en otro país. Lo hicieron muy bien.

Prácticamente todos son artistas buscando nuevos horizontes en Chile, y todos actuaron en su lengua y acento nativos, de Argentina, Venezuela, España y EEUU. Fue una gran concesión del canal, dejarme trabajar con rostros absolutamente nuevos.

Compañeros creativos

Sabrina Odoguardio y Micaela Carballo/Cinemagavia: ¿Cómo fue el proceso de trabajar juntos? 

Jorge Aliaga: Perfecto, demandante, desafiante, estético, formativo, de pocos o casi ningún desencuentro, y por sobre todo, lleno de amor por lo que estábamos creando.

Rodrigo Bazaes: Tal vez he sido escueto, pero he intentado resaltar la importancia de la música en la serie; a través de ella se completan muchas cosas que no están explícitamente dichas frente a cámara. 

Sin duda me he encontrado con un tremendo compañero creativo; ambos somos autoexigentes, analíticos y estructurales a la hora de trazar el mapa de los propósitos artísticos, este trabajo no se trata solo de sensibilidad, si no también de talento para optimizar recursos y tiempo, imaginar y planificar, que incluye también frustraciones, aunque esté no fuera el caso. 

Creo que el confinamiento nos concedió los plazos y nos dio alas. Lo que más disfruté, fue la libertad y la confianza para no siempre acompañar o relatar de manera incidental, buscar resultados simples para llevar al espectador al encuentro con la historia, sin obviedades, pero tampoco pudor de construir territorios emocionales; y lo mejor de todo, es que aunque buscáramos un resultado bello, el dolor no siempre estuvo coloreado de oscuridad.

No olvido que trabajamos para una industria, que en nuestro caso es pequeña pero que invierte paulatinamente, que también tiene expectativas con los buenos resultados y la respuesta del público. La actual ficción televisiva me parece un espacio privilegiado para explorar y jugar con las formas sin prejuicios. Algo que aún sigue dando un poco de pudor en la pantalla grande.

Ese es el contexto donde nos expresamos por ahora; y cada uno de nosotros desea convertir ese lugar de trabajo en uno donde podamos también sentirnos identificados. Tengo en común eso con Jorge, y estoy seguro que vamos a seguir creando cosas juntos, para mí sería un privilegio.

Repercusiones en el público

Sabrina Odoguardio y Micaela Carballo/Cinemagavia: ¿Qué comentarios les han llegado después de estrenada la serie que no esperaban?

Jorge Aliaga: Ha sido muy especial el sentir que lo que vivimos en el proceso creativo terminó siendo recibido por la audiencia en la forma en que se ha vivido la experiencia de la serie, es decir, de forma emocionalmente integral, sin un milímetro más o menos de lo que debía ser, y fue así como lo vivimos en cada escena, sin un milímetro mas o menos que lo que se requería. Es bello, ya que no siempre el compositor recibe comentarios de parte de la audiencia cuando el trabajo es integralmente vivido, ha sido el caso, y de personas anónimas que han querido expresar esa vivencia en las redes sociales o directamente.

Rodrigo Bazaes: La respuesta tan amplía y honesta de los espectadores, y por otro lado, los efectos en el medio cultural chileno, pues parece estar removiendo nuestra discusión en torno a la importancia de Isabel Allende en la literatura local y universal. Discusión antigua, pero vital para desmantelar una infundada subvaloración, que la serie parece iluminar. Para algunos fue un pecado que Allende fuera sumando millones de lectores que eligieron identificarse con sus historias.

Para otros, la serie ha servido para reivindicar su talento; tarea semi pendiente desde el contexto literario chileno de hace 40 años atrás, que nunca quiso dejarla entrar del todo en el panteón de los escritores chilenos, quizás porque ya había demasiados hombres, hay que decirlo.

Jorge Aliaga
Jorge Aliaga

Reflexiones personales

Sabrina Odoguardio y Micaela Carballo/Cinemagavia: ¿Quieren decir algo en particular como reflexión o a modo de análisis para finalizar la nota?

Jorge Aliaga: Quisiera agradecer la sensibilidad y el alma de Rodrigo, quien desde una formación artística íntegra y muy musical, supo desde el primer momento dialogar en un lugar que no es habitual en el oficio, sin ser técnicamente complejo, supo encontrar el punto de madurez que la música requería y desde una verdadera dirección de actores.

Intervino de forma sensible en la producción musical de la banda sonora, dando siempre el punto de cocción exacto al que debíamos llegar, sin ir más arriba o abajo, la serie es lo que es, gracias a ese sentido artístico que nos tuvo a todos en un equilibrio de perfecta armonía.

En lo personal, hay un antes y un después, en la vida del compositor hay muchos trabajos, proyectos, obras, grandes obras y solo contadas veces nos sucede un hito, es el caso. Hito es ese lugar en donde el proyecto te toma y te lleva a una versión de ti, que no es la misma del que entró al proceso, te transforma y da un nuevo lugar de resonancia artística para todo lo que vendrá. Como dice Ernesto Guevara en el final de Diarios de Motocicleta “Yo, ya no soy yo. Por lo menos no soy el mismo yo interior”.

Rodrigo Bazaes: Si pudimos hacer volar muy lejos una serie local, que integró aportes estatales y privados con éxito, con una respuesta positiva de otros países -sin duda gracias a los artistas que hay detrás-, es de esperar que aumenten nuevas confianzas, así como iniciar políticas reales de apoyo al entretenimiento cultural, que es lo que ha puesto en tela de juicio la pandemia. No solo en Chile, si no en muchos lugares, el apoyo a la producción audiovisual se ha sacado de las prioridades.

En el caso de las necesidades comerciales de las plataformas, me gustaría que no se olvidasen de los conceptos que funcionaron siempre en una buena televisión. Sobre todo ahora, en que necesitamos volver a identificarnos con historias cercanas y con emociones reales.

Estoy terminando de grabar en Colombia “Noticia de un secuestro”, otra recreación histórica. Estoy a cargo del diseño de producción, trabajo que amo hacer acompañando a otros directores y con el que me he ganado la vida desde hace algunos años.

He quedado convencido de que latinoamérica tiene muchas historias por contar, y que estas se pueden abordar sin apostar siempre por mercantilizar y frivolizar el concepto de entretenimiento; una cuestión que a la larga, no va formar mejores espectadores, si no volverlos menos exigentes con la industria y también con los artistas.

Perfil de Jorge Aliaga en IMDB

Perfil de Rodrigo Bazaes en IMDB

Sabrina Odoguardio

Nadando entre la escritura y realización del Cine y el Teatro. Siempre digo que es la primera vez en la historia que nos pensamos en movimientodesde que el cine nació. Antes,  nuestra memoria era eternizada en una pintura, escultura, fija y quietas. Pintores y escultores, nos dejaron un pasado inmóvil, que hoy nos toca vivir y ver, en cine y 4D. Disfrutemos del mejor cine y nuestra historia en movimiento.
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