Después de películas como "Historias de Lavapiés" o "Hollywood", Ramón Luque se sumerge en el mundo de William Shakespeare con Rosalinda, adaptación de la obra de teatro "Como gustéis". Una comedia amorosa que es considerada una de las piezas teatrales más representadas del dramaturgo inglés. El film ha contado con Olivia Baglivi, Elena Furiase, Diego Landaluce, José Troncoso, Rut Santamaría, entre otros actores. Llega a los cines españoles el 11 de diciembre de 2020.
Reparto: Olivia Baglivi (Rosalinda) Elena Furiase (Celia) Diego Landaluce (Orlando) Rut Santamaría (Petra) Laura Cepeda (Eva)
Año: 2020 Duración: 97 min País: España Dirección: Ramón Luque Guion: Ramón Luque Música: Matt Gunston Fotografía: Iván Sánchez Alonso Género: Comedia Producción: Proyecto Manhattan y Clapham Films
Unos actores y actrices ensayan en un teatro la obra "Como gustéis" de William Shakespeare: se cuentan las peripecias de unos personajes exiliados en un bello bosque, a través de sus historias de amor, especialmente la que une a Rosalinda con Orlando. Rosalinda es una mujer activa y vitalista que sabe lo que quiere: el amor del noble aunque algo torpe, Orlando. Para ello, se disfrazará de hombre y, junto a su prima Celia y la bufona Petra, vivirán una serie de aventuras en el bosque de Arden. Como contrapunto, Eva, la directora de la obra teatral que están ensayando, medita sobre la posibilidad de estar, a sus sesenta años, de nuevo, enamorada de un hombre mucho más joven que ella. (PROYECTO MANHATTAN).
El amor cortesano
Ramón Luque adapta la famosa obra de teatro “Como gustéis”, de William Shakespeare, bajo el nombre de Rosalinda. Esta película se ha convertido en el cuarto proyecto del realizador, en esta ocasión, con la famosa historia de Rosalinda y Orlando y su particular mirada del amor. Desde el principio se puede ver el respeto por el material original, por lo que se conserva la esencia total de éste. Con la intención de llevarlo a una visión metateatrera, le da mayor importancia a la propia historia teatral y no a la visión de la realidad ficcionada, donde hay esa dualidad. Así, consigue acercar la historia teatral, mezclando ambos universos en un mundo donde triunfa más en su relación con la naturaleza y lo que se desarrolla en ella, que en el resto de escenarios.
Aun así, hay ciertas tramas que se omiten, para centralizarse sobre todo en aquella que tienen que ver con Rosalinda, Orlando, Celia y los Duques, dando mayor enfásis en las peripecias que deben pasar. Sin embargo, aunque hay una buena adaptación de la comedia shakesperiana, donde flaquea es en la manera de realizar la historia en paralelo entre la directora del montaje y su vida personal. Esa parte contemporánea no termina de explorarse, por lo que se queda en un plano externo y con una duración que tampoco deja que el espectador comprenda totalmente su función. Por lo cual, se intuye lo que quiere decir en sí, pero no obtiene suficiente valor como para llamar la atención. En consecuencia, la historia peca en su tono ligero, al convertirse en una comedia que no va mucho más allá del concepto que desea mostrar del amor.
El palacio del bosque
Olivia Baglivi se mete en la piel de la propia Rosalinda. Para comenzar, le da una personalidad sencilla, a la par que tiene una belleza característica que impresiona al público. A través de su trabajo expresivo, saca partido a esa luminosidad que aporta su presencia en escena. Únicamente, le falta algo más de potencia y naturalidad en ese lenguaje más elevado que le exige el papel. En cambio, Elena Furiase contrasta con una interpretación muy orgánica, que le permite sacar al máximo su participación en la cinta. Por lo que, va evolucionando durante toda la película, sin perder en ningún momento ni un ápice de verosimilitud. Esto le permite suplir algunas flaquezas de Baglivi, ya que entre ambas forman un combo muy agradable, que se consolida hasta el final del largometraje.
Luego, Diego Landaluce tiene un carisma ligero muy especial, que muestra una química interesante junto a su compañera de reparto, Baglivi. Hay escenas en las que obtiene mayor vigorosidad positiva, mientras que, en otras, mengua en un carácter más llano. Por lo tanto, se encuentra entre dos aguas. Por otro lado, Rut Santamaría da esa impostada voz a su personaje, muy en sintonía con lo teatral, que refuerza la atmósfera que se quiere dejar salir durante todo el film. Se disfruta más su trabajo durante las escenas en los frondosos bosques. Por último, hay que mencionar el reparto coral que se va formando con distintos nombres. Cada uno de ellos pone su granito de arena, para ir acompañando la acción de sus protagonistas. Por lo que, cumplen su función sin ningún problema.
Del teatro a la naturaleza
Al igual que la propia estructura narrativa de Rosalinda, el despliegue técnico también se divide en dos. De esta manera, se deben analizar por separado, ya que los frutos de cada una de ellas no están al mismo nivel. Para comenzar, la realización en el teatro es sobria, en unos colores más oscuros, con un juego de sombras interesante. No obstante, es una pena que no se haya aprovechado más y no haya tenido un tiempo preciado en pantalla. En esa sencillez ante el escenario se ve un bonito homenaje al teatro. Sin embargo, no conecta con el segundo espacio. Con lo cual, esta segunda parte visual goza de unos exteriores luminosos, llenos de vivacidad y con esa ambientación pastoril muy acorde a la propia película, que aprovecha esa naturaleza para cautivar al espectador.
La fotografía sabe encuadrar una puesta en escena trabajada, en la que se ve un esfuerzo por parte de la dirección de arte para con los elementos que hay. Transporta al espectador a esos valles de princesas, enamorados y pastores. Por lo cual, hay que apreciar que hayan sabido llegar a su cometido, sobre todo, porque son las partes en las que más partido se sacan a los actores y a la propia historia. No ocurre lo mismo con las transiciones, las cuales abusan demasiado de los planos aéreos, que terminan por volverse repetitivos. La música deja una sensación amena, aunque no empasta totalmente como pudiera con la imagen. Para terminar, el film es una comedia simpática, que entretiene, tiene momentos dulces, pero sin buscar la profundidad, o la introspección.
Conclusión
Rosalinda es una adaptación ligera de “Como gustéis”, de William Shakespeare. A través de una dualidad, con metateatro incluido, brilla más en las recreaciones que suceden en el bosque. El guion entretiene y deja escenas tiernas, pero se queda en una atmósfera más liviana. El reparto, en conjunto, realiza una buena función, destacando sobre todo el trabajo de Elena Furiase. Después, a nivel técnico logra unas escenas bien desarrolladas, donde los colores y el contraste entre ellas es uno de sus fuertes. Una historia de amor luminosa que se convierte en una velada grácil.