La directora Maren Ade estuvo el martes 17 de enero en los Cines Golem de Madrid para presentar su película Toni Erdmann en rueda de prensa. Al acto asistimos, expectantes, diferentes medios de comunicación para poder realizar preguntas y recoger las impresiones de la directora de moda, referente del cine europeo y máxima favorita para alzar, el 26 de febrero próximo, la estatuilla a la Mejor Película de Habla no Inglesa en la 89ª Entrega de los Premios Óscar. Debido a su apretada agenda como a sus numerosos compromisos, la presentación duró apenas 50 minutos, y tan solo hubo tiempo de responder a ocho preguntas de todos los medios. Yo tuvo la suerte de poder realizar una de ellas.

Rueda de prensa de Maren Ade

Mi pregunta y su respectiva respuesta fue la siguiente:

El padre piensa que su hija no es feliz y que es una mujer seria, por ello se pasa toda la película haciendo tonterías y bromas para romper de algún modo esa coraza, pero, realmente, ¿ella es infeliz? ¿Ella es consciente de eso? ¿O realmente ella se ve obligada a ser así por el mundo en el que vive, por su entorno laboral…?

Saber si es infeliz o no, es difícil, porque la vemos en un periodo de tiempo muy corto. Sí podemos decir que ambos son infelices, tanto el padre como la hija, ambos se sienten infelices en ese concreto momento de su vida. Ahora bien, que ella conscientemente sepa que es infeliz, es otra cosa bien distinta. Con este personaje me documenté muchísimo, hablé con muchísimas mujeres. Les pregunté a ellas precisamente cómo se sentían trabajando, especialmente en un mundo profesional mayoritariamente masculino, y las respuestas eran muy diversas, había de todo, algunas incluso me contestaron que se sentían muy cómodas siento la única mujer en un entorno totalmente masculino, otras en cambio no. ¿Qué ocurre en ella?, que es muy buena en su trabajo, lo hace muy bien, es una gran profesional, por ello desde el punto de vista profesional no se siente en absoluto infeliz. Es una mujer totalmente libre, nadie la obliga, por ejemplo, a ir de compras con la mujer del gran jefe, lo hace un poco porque quiere, porque ella se impone ciertas obligaciones.

También ocurre que durante el proceso (mis personajes no son uniformes, sino que hay subcapas, por eso también la película dura mucho, ya que se necesita tiempo para conocerlos y comprenderlos) y el desarrollo del personaje de ella, se da cuenta que lo que hace su padre es muy valeroso, y eso la hace pensar y reflexionar si también es valiente lo que hace ella. Que su padre vaya a verla y haga todo eso la hace incluso ser un poco más feminista aunque no lo sea, está claro, porque en un momento de la película le dice a su jefe que si yo fuera feminista no estaría trabajando contigo, pero si de alguna manera su padre la hace reflexionar, ver a su padre la hace cambiar.

 

A continuación hago un resumen de lo más destacado de la rueda de prensa de Maren Ade, que servirá para descubrir algún dato interesante e importante nuevo de la película. Estoy seguro que muchos de ellos ayudarán a profundizar más en esta película, conocer mejor a la directora, dar respuesta a algún posible interrogante, e introducirnos en el interior de los personajes que dan vida de forma magistral Peter Simonischek y Sandra Hüller para entender muchas de sus reacciones y emociones, además de conocer algunas anécdotas.

En un principio, ella pensó hacer una película de doble género, comedia y drama: “la comedia la aporta el padre, hace una comedia para su hija pero la hace por desesperación, porque está desesperado por tener un contacto con ella, y de ahí la comedia y el drama”. Aunque siempre tuvo claro que el tono principal del film sería de comedia, a medida que avanzaba el rodaje se dieron cuenta de cómo la historia iba tomando un giro más triste: “impregnada de tristeza y eso es algo que me empezó a preocupar por lo que hablé con el productor, y le dije, que la historia va a ser más bien melancólica y triste, debido a que aparece el tema familiar sobre el distanciamiento entre el padre y la hija, entonces me contestó que aunque la idea inicial de hacer una comedia no iba a poder ser, mala suerte me da igual seguimos rodando así”.

Sin embargo, Maren Ade cuenta que ocurrió algo curioso a la hora de realizar el montaje, la comedia volvió a resurgir de sus cenizas y eso implicaría aumentar el metraje de la película a los 150 minutos actuales, a pesar de que la idea suya era no sobrepasar nunca los 120 minutos. Este aumento, nos explica la directora, es debido a que “me di cuenta que no era posible a la hora de montar, porque cuando había dos chistes seguidos se esperaba un tercero y si cortaba era como una caída. Luego también las escenas largas crean una especie de tensión que va en aumento, y si la cortas, esto se rompe”. Para comprender mejor este concepto, pone el ejemplo de una de las escenas más emotivas de la película: “cuando van Toni y su hija a la casa de la señora rumana a hacer los huevos de pascua y tocar la canción, si se cortaba la escena anterior con todas las explicaciones de la elaboración de los huevos, lo de la canción perdía fuerza, es decir no había un equilibrio”.

Sobre la falta de música en el desarrollo de la película, ella confiesa que nunca piensa en la música cuando escribe un guión, a pesar de que admite que puede ayudar en algunos momentos a la trama, pero ” a mí lo que me gusta y de esta manera lo consigo, es permitir al espectador que decida desde qué punto de vista quiere seguir la historia, desde la hija, Inés, o desde el padre, Toni, y eso sucede al no haber música”. A pesar de ello, aclara que siempre en sus historias hay música, aunque surge de forma espontánea, pero no está construida especialmente para la película, “siempre pongo alguna canción pop en algún sitio como para decir perdón, perdón, por no haber puesto música, de ahí la canción de Whitney Houston“.

Uno de los momentos mágicos y más conmovedores del film es cuando Inés canta The Greatest Love of All de Whitney Houston junto a su padre tocando el piano. Maren Ade revela que estaba en el guión desde un principio la idea de poner una canción en la casa de la señora rumana como también se sabía que Sandra Hüller la cantaría porque “era como un poco recordar sus momentos de niñez, lo que cantaban papá y la niña siempre juntos cuando ella era pequeña o quizás cuando ella le obligaba a poner el disco una y otra vez, es decir lo típico…”. Además de estar decidida esa escena, la directora tenía claro que la canción seleccionada debía ser en directo, y esto le creó cierta preocupación, por lo que tuvo que ensayar muchas veces con la actriz antes del rodaje para asegurarse el éxito de ese momento, para ello “nos fuimos a un karaoke, y no solo se cantó esa canción sino muchas más, pero al final quedó ésta”. Con esta revelación nos enteramos de que el título de la canción se eligió a posteriori del guión.

Por otro lado, descubrimos que Peter Simonischek no sabe tocar el piano y se enfadaba con la directora cuando ella se lo recordaba de vez en cuando: “por eso me da mucha pena, porque había muchas noches, cuando acabábamos el rodaje, que me decía «¡jo, ahora tengo que ir a casa y practicar otra vez!», porque teníamos un vídeo para saber dónde colocar las manos para hacer la canción”.

Ella remarca repetidas veces a lo largo de su explicación que siempre había tenido claro que la canción iba a ser en directo, daban igual las complicaciones que pudiera tener. Para el rodaje de esa escena se había contratado a un pianista profesional que tocaría con ella mientras cantara. Pero, por fin llegó el día de rodaje, y nos enteraríamos cómo se eligió la escena definitiva: “… y fue un día muy tenso, estábamos quizás cansados, no sé, pero el caso es que no funcionaba. No salía lo que yo quería para esa canción”. Ella tenía varios tipos de canciones y ninguna le entusiasmaba, ya que quería algo intermedio para que funcionara en el montaje, pero de repente se acordó de que en los ensayos previos habían grabado algo que Sandra Hüller llamaba “la versión las Vegas, era como muy irónico, entonces se lo enseñé, y entre eso y el cabreo que tenía ya porque llevaba 9 canciones, le salió un arranque de furia y rabia que supuso la canción de la película”. De todas formas, la canción de la escena definitiva no fue la última, ya que la directora la haría contar otras tres o cuatro veces más antes de escogerla.

Ante la pregunta de cuánto había de autobiográfico en la historia, Maren Ade confesó que no había nada de ello, aunque si admitió la existencia de hechos y circunstancias personales a lo largo de la película, porque “si hubiera sido autobiográfico tendría que haber vivido algo así y no fue el caso, pero sí es verdad que mi padre tenía un gran repertorio de chistes, además de un gran sentido del humor”. Pronto averiguamos que la idea de los dientes en la película fue motivada por otros idénticos, que la realizadora regaló a su padre cuando trabajaba como azafata de estrenos para pagarse los estudios en la escuela de cine, y por lo visto hacía buen uso de ellos: “estábamos en el coche, había un semáforo y se los ponía para asustar al coche de al lado, o también, para decir una cosa muy seria se colocaba los dientes y se iba… Le encajaban perfectamente, podían parecer sus propios dientes”.

Otro aspecto importante en la película es que sus actores protagonistas provienen del mundo del teatro, y aunque en Alemania hay una gran cultura de teatro y es muy normal ver muchos actores alternar ambos tipos de interpretación, a Maren Ade le gusta contar con este tipo de actores en sus films porque “cuando ruedo no hago tomas muy pequeñas, por ejemplo en la escena de la fiesta hay tomas de once y doce minutos, y necesito actores que sean capaces de aguantar una toma larga, y que además de aprender un diálogo, sepan llevarlo a una escena.”

Uno de los puntos fuertes de Toni Erdmann es la crítica social seria y profunda bajo un tono distendido y divertido donde aparecen la oscura labor realizada por las grandes corporaciones en clara contraposición con la gente más humilde, y por tal motivo eligió rodar en Rumanía, porque “aunque no me gusta usar esas palabras, quería enseñar esas diferencias entre los países grandes de la Unión Europea y los menos importantes… La gente de los países ricos tenemos la tendencia de venir como a tierra conquistada, actuar un poco como si lo supiéramos todo mucho mejor que los demás”.

Dentro de ese importante análisis social, otro aspecto a destacar descrito en la película, es la gran brecha generacional existente entre el padre y la hija. El padre viene de una generación de la postguerra, “nacido a finales de los cuarenta y principio de los 50, cuyos padres han pasado por algo terrible y esta generación no quiere bajo ningún concepto que vuelva a ocurrir algo parecido, han vivido todo el movimiento del mayo 68, quieren un mundo sin fronteras, un mundo abierto, e inculca a su hija Inés, esos principios de libertad y generosidad”.

Por el contrario, ella es consultora, una mujer bastante nihilista a la hora de escoger su profesión, “porque un consultor no está ni aquí, ni allá, siempre está entre medias… El consultor normalmente lo que hace es despedir a los obreros de las empresas para subcontratar siempre porque les sale más barato y hay menos responsabilidad”. Por tal motivo, la presencia de Toni en la vida de Inés resulta tan incómoda, porque ella se da cuenta de que le enseñaron otros valores muy diferentes de los que lleva en la práctica: “Él le recuerda con su presencia quién es ella, pero a la vez Inés le dice a su padre «despierta, porque el mundo ha cambiado»”. Maren Ade asevera con una frase para hacernos reflexionar a todos: “Para mí, esta generación (en referencia a su padre) la asocio siempre en mi mente como una isla que se hunde, y realmente es triste, pero los culpables de que esa isla se hunda somos nosotros, nuestra generación”.

A punto de acabar la rueda de prensa, Maren Ade bromea y ríe cuando reconoce sentirse algo abrumada ante el nivel tan alto de reconocimiento alcanzado con tan solo tres películas, “a veces sí me da un poco de miedo morir de éxito, pero por eso hago una película cada siete años, a veces sueño con volver a ir a la playa con mis hijos y no hacer nada, que eso también es trabajo, pero ahora con todas las entrevistas, todo el trabajo de promoción, está muy bien, pero lo que realmente me gusta, lo que más me alegra de esta película es que haya sido vendida a tantos países… Y que haya funcionado a pesar de los 150 minutos”.

La idea de Toni Erdmann surgió por la familia: “no escogemos de dónde venimos, no lo podemos cambiar, sí podemos cambiar quiénes somos, pero nunca podemos cambiar de dónde venimos”, y porque le apetecía muchísimo plasmar ese distanciamiento familiar en la gran pantalla, pero “siempre desde el lado cómico, con un padre un poco bufón, bromista e incluso llego a imaginar un padre y una hija que se vuelven a encontrar como si no se conocieran, donde sus reacciones tuvieran que partir de cero”.

Para finalizar, Maren Ade dejó claro que no la obsesiona ser la máxima favorita para recibir el Premio Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa en la próxima gala de febrero: “mucha gente piensa en los Oscar como en un partido de fútbol, pero para el director, el partido es cuando hacemos la película, aquí es cuando realmente estamos jugando al fútbol, no después, y para mí sinceramente lo importante es la diversidad, que cada uno hayamos hecho una película diferente y eso es lo fantástico”. La directora deja muy claro que es un honor recibir esta nominación, pero es un premio donde influyen muchos factores.

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