Segunda temporada de "El internado: Las Cumbres": Despierta el cuervo

La segunda temporada de El internado Las Cumbres continúa con la disciplina dentro del centro, que será aún mayor tras el motín provocado por la muerte de Elías. A esto se le suma el asesinato de Rita, cuyas semejanzas con crímenes previos hacen pensar que un asesino en serie está rondando las inmediaciones del colegio, por lo que todos podrían estar en peligro.

Además, mientras Amaia, Paul, Paz, Eric y Julio intentan destapar a las personas que pretenden experimentar con alumnos, Inés empieza a recordar algunos hechos de su pasado. (AMAZON PRIME VIDEO).

Los misterios se resuelven

La segunda temporada de El internado Las Cumbres retoma las tramas abiertas en ese apoteósico final en el que se dejaron abiertos varios misterios en un punto alto. Sin embargo, esta segunda tanda de episodios retoma desde una perspectiva menos acelerada para tomarse una relajada transición hacia los acontecimientos más importantes. Por tanto, durante los primeros episodios se van dando pinceladas de aquellas pistas que tomarán forma a partir de la segunda mitad de la ficción. En consecuencia, puede haber espectadores que sientan que todavía les cuesta arrancar, y no se ha sabido aprovechar del todo ese potencial que emergió en su último capítulo. Aun así, se sigue cociendo esa mezcla de suspense, que gira en torno al famoso Nido del cuervo y a ese oscuro secreto que va enlazando distintas piezas del rompecabezas que se propone.

Por ello, se valora que hayan sabido dar ese punto energético, aunque haya que esperar, no se queda en tierra de nadie y obtiene un resultado que llama la atención y deja con un buen sabor de boca en sus últimos episodios. Gracias a ello, se ve que hay esas luces que permiten ver el potencial hacia una tercera temporada que podría ser el frenesí total de la serie. Con lo cual, de cara a lo que está por venir, sería importante cuidar no alargar en exceso tramas personales y aspectos que ya han evidenciado cierto desgaste. Por ese motivo, en un análisis global, se percibe cierta irregularidad al no saber dar ese dinamismo que se presenta en los cuatro últimos episodios en los primeros. Asimismo, se aplaude la evolución del personaje de Inés y Amaia, pero se echa en falta más en aquellos personajes más de reparto.

Dos mujeres frente al destino

Las grandes protagonistas de la segunda temporada de El internado Las Cumbres no son otras que Asia Ortega y Claudia Riera, las cuales aprovechan la evolución de sus personajes para poner toda la carne en el asador. En primer lugar, Ortega aporta frescura y mantiene esa naturalidad llena de fuerza que ya cautivó a la audiencia en la primera temporada. Además, le añade cierta fragilidad que hace que no caiga en una heroína al uso y muestre esa parte más humana. De esta forma, conecta con el espectador de una forma muy orgánica. Únicamente, hay momentos en los que opaca a algunos de sus compañeros, pero no por el trabajo solo de sus actores, sino también por una dirección que no saca partido a todos ellos. Aun así, su interpretación es clave para esta segunda tanda de capítulos.

Claudia Riera se convierte en uno de los mejores trabajos de la serie, con esa mezcla de ambigüedad, desconcierto y oscuridad que envuelve a su personaje. Se entrega absolutamente a ello y no pierde ocasión para lucirse. Por tanto, Riera logra exponer unas aristas que cultivan un resultado complejo y estupendo. Luego, Albert Salazar mantiene la línea que ya obtuvo en la primera temporada, no perdiendo fuelle, lo que muestra un trabajo que cumple y sigue en ascendencia. Aun así, hay que realizar una mención especial a Clara Galle, la cual se incorpora a la serie con un trabajo muy bien traído, donde se combina esa locura y peligrosidad con sutileza, pudiendo exponerlo mediante su lenguaje no expresivo. No obstante, el elenco más adulto se encuentra más flojo en su ejecución, salvo excepciones como Ramiro Blas y Natalia Dicenta que siguen siendo el bastión de esta parte del reparto.

Oscura membresía

Uno de los aspectos que hace especial la segunda temporada de El internado Las Cumbres es la manera en la que siguen apostando por una ambientación lúgubre y asfixiante. El miedo y el misterio no solo emergen desde las tramas de ese estilo, sino que el propio espacio se convierte en un personaje más del mismo. Por este motivo, hay que subrayar la importancia del cuidado visual de la ficción, el cual se encuentra totalmente bien desarrollado en su propuesta cromática y espacial. Además, la dirección de fotografía ha sabido sacar partido a estos elementos artísticos, logrando una imagen destacable. Así envuelve a los espectadores en esa vorágine y se acomodan para introducirse sin problemas en el universo que se les propone ante sus ojos. Una manera de atrapar al público desde los estímulos.

Por otra parte, como se ha comentado, el ritmo comienza desde una vertiente más pausada y, a veces, incluso lenta. Al presentarse poco a poco, puede dar sensación de no estar aprovechando las posibilidades que le ofrece el montaje. Sin embargo, pese a ese giro final algo más oportunista, la segunda tanda remonta y llega a esa tensión y thriller que mantiene a los televidentes atentos a lo que sucede en la pantalla. Aun así, hay partes que deberían mejorarse, como los efectos especiales, los cuales no funcionan tan bien como la composición de lo lúgubre. Se entienden y cumple con su efecto, pero tras la realización de otras partes del montaje, se queda en un nivel menos contundente. Con la puerta abierta hacia una tercera temporada, puliendo aquellos mejorables, podrían obtener un final que saque pecho de lo creado, dado que ya no necesita de la nostalgia.

Conclusión

La segunda temporada de El internado Las Cumbres logra transmitir ese suspense y misterio en su compendio general, llevando al espectador dentro de una manera apropiada. Sin embargo, le cuesta dar ese punto dinámico hasta la mitad de la serie, ofreciendo un ritmo algo más irregular en su resultado global. A pesar de ello, se respira el misterio y se agradece que haya evolucionado en varias partes. El reparto de ven encabezado por unas maravillosas Asia Ortega y Claudia Riera. A nivel técnico, triunfa en su composición en una atmósfera llena de secreto y oscuridad, que encaja a la perfección con el tono de la serie. Avanza en su resolución con momentos llenos de thriller, dejando una historia notable que mantiene el sello ya creado.

Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM