"Señora de rojo sobre fondo gris": Y bajaron los ángeles…

Un pintor, con muchos años en el oficio, lleva tiempo sumido en una crisis creativa. Desde que falleció de forma imprevista su mujer, que era todo para él, prácticamente no ha podido volver a pintar.

Estamos en el verano y otoño de 1975. La hija mayor de ambos está en la cárcel por sus actividades políticas, y es en esas fechas cuando surgen los primeros síntomas de la enfermedad de su madre que la hija vivirá desde dentro de la prisión. Es otro recuerdo permanente en la vida de su padre, que también ahora revive.

Esta obra teatral, Señora de rojo sobre fondo gris, es el relato de una historia de amor en camino desenfrenado hacia la muerte, que nos sitúa en aquella España con rasgos inequívocos, que nos habla de la felicidad y de su pérdida, y que llega a la intimidad de cada ser humano, y a su emoción, por el camino recto y simple de la verdad. (PENTACIÓN ESPECTÁCULOS).

No hay palabras

Aunque haya visto grandes obras este año, esta es la única que me ha desbordado por completo. Me supera toda la vorágine de emociones que esta función llegó a provocar en mi fuero interno, y siendo totalmente sincero, no creo que haya palabras para expresar y hacer justicia a esta maravillosa adaptación de Delibes que nos regala Sacristán. Encuentro a esta obra como algo que sobrepasa la mera historia de amor que relata y que pone de manifiesto muchas cuestiones ligadas a la condición humana. Es desoladora, hermosa, pero ante todo ofrece humanidad a raudales durante algo más de una hora y veinte de función.

Es desde luego una de las obras más personales que escribió Delibes, que se ha sabido impregnar brillantemente de su esencia en esta adaptación teatral. Sin parafernalias, sin trucos y sin historias vanas, simplemente el corazón y la magia del teatro al desnudo. Siempre hay una verdad que se intenta perseguir en el arte, que actúa como si de un espejo se tratase; despojando la superficialidad de nuestros días, recordándonos cuál es nuestra verdadera naturaleza como individuos. Es normal que cuando te encuentras con esa verdad,  acabes experimentando  un sinfín de emociones de cosas que llevabas dentro desde hace mucho tiempo; es precisamente eso lo que hace que el teatro sea tan grande y son proyectos como esta obra, Señora de rojo sobre fondo gris, las que nos dan fe de ello.

No sabemos lo que tenemos

Efectivamente, no nos percatamos de la gran suerte que tenemos en este país, de contar con artistas de la talla de José Sacristán. Siempre tenemos en el recuerdo a actores y actrices de fuera, pero no les damos el valor que se merecen a los de casa. José Sacristán es ya un mito y patrimonio nacional de este país, haga lo que haga el resto de su vida. Este trabajo suyo es otra demostración más de su genuino talento actoral, constatando que es uno de los mejores actores españoles de todos los tiempos.

Su interpretación en la obra Señora de rojo sobre fondo gris es inclasificable y como he dicho anteriormente en esta crítica, no creo que ninguna crítica ni alabanza que le pueda hacer desde este medio, acabe haciendo justicia a la tremenda actuación que llega a hacer.

Uno podría pasarse horas viendo sobre un escenario a José Sacristán y no cansarse, ya que su capacidad de poner su alma al servicio de su profesión como actor, está fuera de todo entendimiento; al menos, para mí. Es un privilegio como amante del teatro, ver a Sacristán dando vida a las eternas palabras de Miguel Delibes. Pongo en duda, de que pueda haber otro actor que de vida al personaje de Nicolás, con tanta brillantez como lo llega a realizar Sacristán en este montaje.

La vida después de la vida

Señora de rojo sobre fondo gris me recuerda a esa maravillosa canción de Serrat, titulada  “Aquellas pequeñas cosas”. Un relato nostálgico y lleno de amor, en el cual todo espectador va a sentirse identificado de una manera o de otra. Todo aquel que haya amado lo suficiente en la vida, comprenderá y se emocionara con la historia vital y de amor de Nicolás. Y lo más maravilloso de todo, es que es una puesta tremendamente imaginativa, que llega a producirse y experimentarse de forma distinta en cada uno. ¿Qué bien lo tiene que hacer un actor, para que a través de un monologo consiga trasmitirte hasta una leve caricia? Estando en la butaca, no podía de dejar de ver a Nicolás y a su amada, al mismo tiempo que me retrotraía a momentos pasados de mi vida.

Es por ello y sabiendo que el que lea esta crítica lo va a encontrar tremendamente exagerado, que encuentro a esta adaptación teatral de Delibes, como una de las mejores que se han visto en el teatro nacional en los últimos años. Tiene todo aquello que pretende encontrar uno al asistir al teatro, por lo que es difícil ponerle un pero a la obra.

Conclusión

Señora de rojo sobre fondo gris no es una de las mejores obras del año, es la mejor obra del año. Emotiva, sincera y llena de humanidad, esta obra es toda una experiencia teatral única a vivir como espectador. Teniendo al gran José Sacristán como protagonista, esta obra que cuenta con una puesta íntima y elegante, hará las delicias de todos aquellos que estén ansiosos de ver teatro del bueno. Toda alabanza hacia ella se queda corta y sinceramente no vale para nada; lo que realmente valdrá, es si vais al Teatro Bellas Artes de Madrid y la veis con vuestros propios ojos.

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