Dominik Moll ha sido el encargado de dirigir la adaptación cinematográfica de Solo las bestias, basada en la novela homónima de Colin Niel publicada en 2017. Sería conveniente destacar que el film ha obtenido una recepción muy positiva por parte de la prensa especializada. Además, ha estado presente en varias selecciones de gran importancia como Festival Internacional de Cine de Venecia, en la sección de Giornate degli Autori. Asimismo, se alzó con el premio a la mejor actriz para Nadia Tereszkiewicz y el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Tokio en 2019. Por otro lado, recibió dos nominaciones en los Premios César de 2020: a mejor adaptación y a mejor actriz de reparto, para Laure Calamy. Estreno en salas de cine españolas el 12 de marzo de 2021.
Crítica de 'Solo las bestias'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Solo las bestias
Título original: Seules les bêtes
Reparto:
Laure Calamy (Alice Farange)
Denis Ménochet (Michel Farange)
Damien Bonnard (Joseph Bonnefille)
Nadia Tereszkiewicz (Marion)
Valeria Bruni Tedeschi (Evelyne Ducat)
Año: 2019
Duración: 117 min
País: Francia
Dirección: Dominik Moll
Guion: Gilles Marchand y Dominik Moll
Música: Benedikt Schiefer
Fotografía: Patrick Ghiringhelli
Género: Intriga
Distribución: Festival Films
Tráiler de 'Solo las bestias'
Sinopsis de 'Solo las bestias'
Solo las bestias nos muestra los eventos que se desencadenan después de la desaparición de una mujer durante una tormenta de nieve. Cinco desconocidos de un pueblo remoto de las montañas se verán envueltos en un misterio que trasciende los continentes y que ninguno de ellos esperaba. (FESTIVAL FILMS).
Premios
- Premios César: Nominada mejor actriz secundaria (Calamy) y guion adaptado. 2019
- Festival Internacional de Tokyo: Premio del Público y mejor actriz (Tereszkiewic). 2019
Dónde se puede ver la película
El misterio se esconde en el bosque
Una de las grandes sorpresas del cine francés del pasado 2019 fue Solo las bestias, adaptación de la novela de Colin Niel. Gracias a un guion vertiginoso y con una intriga muy bien llevada, se dibuja una serie de historias que parten de la misteriosa desaparición de una mujer. Lejos de mostrar sus cartas desde el principio, se va tejiendo una tela de araña, que, según va avanzando, deja un suspense que engancha desde el primer minuto. Recordando estructuras narrativas parecidas a “Amores perros”, junto con esa atmósfera oscura y enigmática de realizadores como Alfred Hitchcock, se fabrica una historia igual de compleja como brillante. No se puede negar que se palpa una buena construcción temporal, que se junta con una ejecución de un relato lleno de aristas, matices y, sobre todo, alma.
Desde el principio, se presentan unos personajes que navegan en una cercanía que va tornándose hacia un haz de luz sombrío. Cada uno de los protagonistas, que toman el relevo al anterior, forman parte de un tablero de ajedrez siniestro. Según se van componiendo cada una de las piezas, la coherencia va cohesionando cada uno de los movimientos, para llegar a un frenesí muy inteligente. Lo que, a primera vista, podría parecer un laberinto laborioso, termina por ser la principal atracción del film. Junto a ello, está ese influjo de lo extracorpóreo y como si se tratase de una broma macabra del destino, los personajes se mueven ante una literatura totalmente sensorial. Asimismo, se vierten realidades llenas de verdad, ofreciendo una crítica certera, pero sin regodearse en ello. Lo extraordinario de lo habitual. Únicamente, su desenlace llega a un nivel de enrevesado, que puede no convencer a todos los públicos.
La tensión impresionante
Una historia, donde cada episodio es una puerta abierta hacia la revelación de los secretos que se esconden, necesita de unos intérpretes con el suficiente talante para hacerles frente. De esta forma, Solo las bestias se llena de un reparto coral espectacular, donde absolutamente todos sus actores están brillantes. En orden cronológico, Laure Calamy es la que abre la veda. La actriz comienza con una presencia escénica brutal, que va adaptándose a las circunstancias y las motivaciones que hay detrás de su personaje, lo que demuestran su capacidad de control y calidad actoral. Después, Damien Bonnard maneja a la perfección ese halo de misticismo y de oscuridad que sobrevuela sobre su Joseph, dando una actuación que enternece, a la par que sorprende y deja los pelos de punta. Sin embargo, ambos terminan equilibrando la oscuridad, con una luminosidad compleja y alejada de clichés.
Luego, Valeria Bruni Tedeschi ofrece una interpretación certera, llena de matices y con una elegancia que deja helado al espectador. Demuestra esa pasión desenfrenada, que se combina con una frialdad directa, que encandila y encumbra su personaje. Junto a ella, una Nadia Tereszkiewicz increíble, asombrando con un trabajo interpretativo desgarrador, sin caer en los tópicos ni mucho menos en el melodrama barato. Pese a ser, tal vez, el personaje menos oscuro, mantiene la sintonía con el resto de personajes y transmite esa profundidad. Por otro lado, Denis Ménochet está excelso, con una actuación tan humana como realista. No se puede más que aplaudir su gran labor en pantalla. Por último, Guy Roger ‘Bibisse’ N’Drin comienza en un perfil más bajo, hasta que llega a una interpretación que se basa en los pequeños detalles y en la expresividad más sutil.
La encrucijada de lo intangible
Un guion tan complejo y un cruce de historias que confluyen en una sinergia excelente, se debe afrontar técnicamente con una preparación muy bien planteada. Por lo cual, Domink Moll se consolida en su papel como realizador con Solo las bestias, demostrando la maestría que tiene ya como director. Prueba de ello, es el uso de la fotografía, maravillosa, con unos planos hermosos, donde la propia naturaleza y las montañas son un personaje en sí mismo. Para conseguir ese efecto cautivador, se ha sabido posicionar la cámara, no dejándolo al azar, sino con un significado creativo de gran importancia. Lo mismo ocurre con la dirección artística, que cubre al espectador en una nube mística de naturaleza salvaje, que subraya esa sensación de fábula lóbrega. Es un regalo para los ojos trasladar la acción a unos exteriores alucinantes, en los que se respira vida.
Para mantener esa esencia tan personal y única, no solamente se cuidan los elementos más estéticos y visuales, sino que también se realiza una composición sonora a la altura. Para ello, la música, que envuelve las imágenes, se mezcla en una neblina sensitiva, entrando en la mente del espectador. Además, tiene un punto que evoca a una magia encubierta y oculta, que flota en el film. En consecuencia, el resultado de toda esta disposición fascina al público, provocando que caiga en su propio hechizo experimental. No obstante, sin duda, hay que aplaudir el gran trabajo también del montaje, que no cae en vacíos temporales y desengrana cada detalle a un ritmo apropiado. Sin darse cuenta, los espectadores terminan totalmente sugestionados por la atmósfera creada y caen rendidos ante tanta expectación hasta su desenlace. Dicho de otra forma, atrapa e impresiona en la totalidad de su metraje.
Conclusión
Solo las bestias es una película llena de misterio y suspense, que crea un juego oscuro, donde las piezas van juntándose para impactar al espectador hasta el final. Mientras que el guion nada en una estructura narrativa llena de matices, provocando un interés brillante, el trabajo técnico es maravilloso y ambos forman un combo extraordinario. Solamente, el desenlace podría ser demasiado enrevesado para algunos espectadores. Aun así, el resultado global es fascinante. También hay que destacar un reparto coral con una calidad interpretativa excelente, con un uso de la expresividad y la presencia escénica soberbio. Sin duda, una tela de araña intrigante, que provoca una emoción e incertidumbre prodigiosas. Un embrujo cautivador y atrayente, con una atmósfera sombría y compleja, que arrasa en su remolino de sensaciones.
Reportaje de Solo las bestias en Días de Cine TVE
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