Marley Morrison realiza su debut cinematográfico con Sweetheart, una cita que relata las experiencias juveniles y el descubrimiento personal de una joven LGBTQ+. El film ha estado presente en algunos premios de gran prestigio, como el British Independent Film Awards, donde obtuvo cinco nominaciones, incluida a mejor actriz de reparto y mejor interpretación revelación. Asimismo, se alzó con el Premio del Jurado en el Inside Out Toronto LGBT Film Festival, así como el Premio del Público en el Festival de Cine de Glasgow. Llega a España gracias al Festival LesGaiCineMad 2021, encontrándose en la Sección Oficial del certamen.
Reparto: Nell Barlow (AJ) Jo Hartley (Tina) Ella-Rae Smith (Isla) Sophia Di Martino (Lucy) Samuel Anderson (Steve)
Año: 2020 Duración: 103 min País: Reino Unido Dirección: Marley Morrison Guion: Marley Morrison Música: Toydrum Fotografía: Emily Almond Barr y Matthew Wicks Género: Drama Producción: BBC Films, Bohemia Media, British Film Institute, Hazey Jane Films, Microwave, SUMS* Film and Media
Sweetheartnos presenta a una adolescente socialmente inadaptada y consciente del medio ambiente llamada AJ, que es arrastrada a un parque de vacaciones en la costa por su familia dolorosamente "normal". Ahí queda cautivada inesperadamente por una salvavidas que huele a cloro y ama el sol llamada Isla. (LESGAICINEMAD 2021).
El despertar vital
La etapa adolescente es una de las fases más importantes en el desarrollo personal, por lo que no es extraño que el mundo del cine aborde este momento vital. Sweetheart plantea una visión diversa, donde la protagonista es una joven lesbiana que se encuentre en plena guerra interna. A diferencia de otro tipo de producciones de una índole parecida, la problemática no se halla en la falta de libertad sexual en la familia, sino más en la madurez y definición de saber quién es. Por esa razón, el guion se sumerge en una comedia perspicaz, donde se analizan las relaciones que va formando y el impacto que tiene en su progreso introspectivo. Esta vertiente reflexiva, mezclada con un humor sarcástico e irónico, es lo que logra obtener frescura en su resultado.
Además, se valora también la forma de mostrar a los demás personajes adolescentes, donde hay una diversidad que encaja con el progreso social que se está viviendo en la actualidad. Por tanto, refleja de una forma bastante cercana a la generación Z, que se desmarca de anteriores en las que había mayor represión. Así el viaje que realiza es agradable e incorpora conflictos que ya se han podido ver en esquemas heterosexuales y, por fin, se muestra en protagonistas del colectivo LGBTQ+. Sin embargo, el conflicto que plantea tampoco va un paso más allá dentro de esta concepción y se queda en un eje más cómodo. En consecuencia, hay un análisis notable y se agradece el punto de vista, pero hay partes en las que podría dejar salir ese torrente emocional que se va tejiendo en torno a sus protagonistas. Pese a ello, el potencial mostrado refleja un notable debut cinematográfico.
Descubrimiento juvenil
A pesar de otras cintas adolescentes, Sweetheart ha sabido equilibrar el talento adulto con el juvenil. En primer lugar, Nell Barlow encabeza el elenco como AJ, o April, realizando un viaje expresivo que escenifica a la perfección ese remolino interior que sufre su personaje. Además, debe mantener el tono incómodo y políticamente incorrecto de AJ, a la vez que comienza a tejer esa tela de empatía hacia el espectador. Por lo cual, hay que aplaudir que haya sabido exponer todo ese torrente interior de una manera totalmente eficaz y llena de detalles que dejan un retrato real y sincero. Asimismo, Jo Hartley, que se mete en la piel de la madre de AJ, Tina, también aborda su personaje desde una verdad luminosa, dejando salir pequeños detalles oscuros con los que logran un conglomerado dramático interesante. Ambas forman un combo totalmente sinérgico.
Después, Ella-Rae Smith se convierte en Isla, el objeto de deseo de su protagonista. A diferencia de su compañera de reparto, Smith se mueve en un prisma más ligero, quedándose en un plano menos potente. No obstante, en el último tercio del film se ve una sensibilidad artística muy atrayente, revolviendo su personaje para darle unos matices absolutamente sensitivos. Esa mirada de las últimas escenas es cautivadora. Por otra parte, Sophia Di Martino aporta esa combinación entre humor y drama, pero manteniendo siempre esa tonalidad hilarante. De esta forma, comprende a la perfección el lenguaje en el que debe moverse, siendo una de las interpretaciones que más se quedan en la retina del espectador. También hay que aplaudir el trabajo de Samuel Anderson y la joven Tabitha Byron, pura ternura. Por último, los actores de reparto juvenil cumplen con su labor de una manera muy orgánica.
Una familia peculiar
El sello de identidad de Sweetheart se mueve por una vertiente independiente, influenciada por un estilo relacionado con el género coming-of-age que ya se ha podido ver en otras películas. Por tanto, hay ese influjo de colores azulados y verdosos, acompañado de localizaciones frescas y abiertas, que sirven de perfecto acompañamiento en ese viaje vital. Aun así, hay que destacar una labor excelente por parte de la dirección de fotografía, que ha sabido dar magia al resultado completo del largometraje. Hay varias escenas en las que se siente esa fiebre juvenil, lo que demuestra un acabado visual excelente. Además, los parajes se encuadran en la cámara de una forma que crean ese oasis dentro de la normalidad, para ser el perfecto escenario de cambio, previo al regreso a la cotidianidad fuera de ese espacio de vacaciones.
El montaje se guía por una propuesta agradable y suave, dando su lugar a la comedia y a las secuencias más hilarantes. A ello se le suma el hecho de haber sabido plantear puntos de mayor emoción. Con lo cual, el espectador puede experimentar cambios en el ritmo, lo que suma dinamismo a la propuesta. Siguen dentro de ese sello de identidad de descubrimiento, pero ofrecen una dosis de energía que equilibra esa tensión constante del cambio. Aun así, podría desarrollarse de una forma todavía más vital, dando aún más movimiento al film. Por otra parte, vestuario y peluquería culminan el apartado artístico, con una propuesta que escenifica a la perfección la personalidad de sus personajes. Por tanto, es uno de los aspectos mejor elaborados dentro del apartado técnico. Para terminar, el final es una de las mejores elecciones, por la notable construcción que se realiza en torno a esa despedida realista.
Conclusión
Sweetheart es un drama coming-of-age que se mezcla con la comedia pícara e incorrecta, dando momentos de auténtica hilaridad. Se aprecia una vertiente que apuesta por una evolución personal, ajustada a las nuevas generaciones, en especial la Z, donde la visibilidad es cada vez mayor. Por tanto, no se mueve desde el rechazo familiar, sino desde la montaña rusa que supone ser adolescente. Sin embargo, no va más allá dentro de esta metamorfosis, lo que indica un resultado notable, que puede ser todavía más potente.
Por otra parte, el elenco juvenil y adulto obtiene una buena combinación, dando espacio para el desarrollo artístico de cada actor. Asimismo, el apartado técnico y artístico sigue un sello de identidad relacionado con el cine independiente, apostando más por la artesanía de la dirección de fotografía y el vestuario. El trance de encontrarse a uno mismo, con una mirada sincera y sin un uso del drama excesivo.