Tailor (El sastre) es el debut como directora de Sonia Liza Kenteman, también co-guionista junto a Tracy Sunderland. En Alemania, Japón, Austria y Grecia estuvo en cartelera durante más de 16 semanas, convirtiéndose en un éxito pese a su presupuesto. Además, ha recibido el reconocimiento en diferentes festivales del gremio. El Festival Internacional de Cine de Tesalónica, el Festival de Bérgamo o la Mostra de Valencia. Fruto de una coproducción internacional entre Grecia, Alemania y Bélgica, esta ópera prima pertenece al género de la comedia. Estreno en cines el próximo viernes 11 de febrero de 2022.
Crítica de 'Tailor (El sastre)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Tailor (El sastre)
Título original: Raftis (Tailor)
Reparto:
Dimitris Imellos (Nikos)
Tamila Koulieva-Karantinaki (Olga)
Thanasis Papageorgiou (Thanasis)
Stathis Stamoulakatos (Kostas)
Daphne Michopoulou (Victoria)
Año: 2020
Duración: 100 min.
País: Grecia
Director: Sonia Liza Kenterman
Guion: Sonia Liza Kenterman, Tracy Sunderland
Fotografía: Giorgos Michelis
Música: Nikos Kypourgos
Género: Comedia dramática
Distribuidor: Oliete Films
Tráiler de Tailor (El sastre)
Sinopsis
Un sastre soñador al borde de la ruina, reinventa su vida y alegra la vida a las novias de Atenas.
Nikos vive en el ático de la sastrería familiar. Cuando el banco amenaza con embargar la sastrería y su padre cae enfermo, Nikos entra en acción: con una maravillosa aunque extraña sastrería sobre ruedas, consigue reinventarse a sí mismo aportando estilo y confianza a las mujeres de Atenas con preciosos vestidos. (Oliete Films)
Dónde se puede ver la película
Tailor (El sastre) es una película con mucho oficio
Tailor (El sastre) es una película con mucho oficio, donde el presupuesto limitado no condiciona el resultado final. Desde el principio, Sonia Liza Kenteman demuestra con su dirección que la inexperiencia no está reñida con la calidad. Porque, desde la historia y los personajes hasta la dirección de arte, Tailor (El sastre) tiene elementos para considerarla como cine en estado puro. En este caso, que la directora sea novel es solo un dato, pues muchas decisiones que toma son acertadas. La película es una obra muy digna. Aunque haya elipsis de información que pudiese responder a algunos detalles de la acción, estos no son esenciales para que la trama tenga coherencia. También es verdad que algunos aspectos de las subtramas no son muy evidentes, quizá para dar cierta libertad al espectador.
Nikos es un sastre de segunda generación que trabaja con su padre en una tienda de Atenas. Metódico hasta desarrollar TOC, dedicado toda su vida a la costura de trajes de hombre, no sabe lo que pasa ahí fuera. Y ahora tiene que hacer frente a la amenaza de embargo del banco por impagos y a la enfermedad de su padre. Problemas del día a día. Pero para alguien sometido a la autoridad paternal y que cuyos clientes fieles van muriendo se convierte en un desafío. De modo que Nikos tiene que reinventarse como el sastre para todo. Y como en cualquier situación de crisis, las oportunidades llegan con creatividad. Así que se lanza al vacío montando una especie de sastrería ambulante, una carroza que pasea por el centro de la ciudad.
Nadie tiene tiempo ni dinero
Tailor (El sastre) comienza con mucho ritmo, enlazando planos detalle de lo que es la vida diaria de Nikos en su tienda. Ahí Sonia Liza Kenteman ya ha captado nuestra atención al dedicarle a cada plano su importancia dentro del relato. Después, la construcción de los personajes, muy costumbristas, son llevados al extremo. Su cine tiene retales del neorrealismo italiano, pero también de la nouvelle vague francesa. Pero aportando un tono fresco, adaptado y actualizado. Grecia vive una situación económica difícil. Y nadie tiene tiempo ni dinero para gastárselo en un traje a medida para ocasiones especiales. Desde que pisa la calle, Nikos se da cuenta de que los sueños que había construido bajo el amparo de su padre no eran reales. De modo que se ve claramente una evolución personal en Nikos.
Su ingenuidad a la hora de relacionarse justifica muchas situaciones en Tailor (El sastre). No incomoda su amistad con la pequeña Victoria, iniciándose con barquitos cruzados a través de las cuerdas del tendedero. La película está supeditada a los gestos o situaciones que se generan en la historia más que al diálogo. Por lo que el cine mudo de Buster Keaton o Chaplin también está presente cuando vemos a Nikos. Después, la acción se va hilando más con personajes como Olga, la madre. Vecina y aprendiz de modista, acaba siendo el verdadero motivo por el que Nikos cambia su visión sobre la vida. Le ayuda en cuestiones de moda femenina, economía y superación personal. Porque Nikos, para poder sobrevivir al negocio de la costura, tiene que adaptarse a las necesidades de sus clientas. Futuras novias a las que tiene que rebajarles el precio y los plazos para entregar sus vestidos.
Conclusión de 'Tailor (El sastre)'
Tailor (El sastre) no es tan elitista como El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson. Ni tan intrigante como El sastre de Panamá, de John Boorman. Pero tiene la magia y el poso para considerarse una película entrañable. Porque ahí está la grandeza del cine, que no importa el presupuesto, sino lo que cuentas y cómo lo cuentas. Aquí hay un personaje tierno que parece haber llegado de otra galaxia para ser testigo de los problemas cotidianos. Con su debut, la carrera de la directora Sonia Liza Kenteman es prometedora. La película, en cuanto a referencias del cine, es un cajón de sastre. Pero, en cuanto a originalidad, se ha tejido con su propio hilo. Y eso, para un debut, es mucho decir.
Reportaje de Tailor (El sastre) en Días de Cine TVE
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