Basada en la novela homónima de Pedro Lemebel, la película Tengo miedo torero, de Rodrigo Sepúlveda, es el último film del realizador chileno. Este largometraje estuvo en el Festival de Cine de Venecia, optando al León Queer. Además, se alzó con dos Premios en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el Mezcal y el Maguey, a mejor actor en ambas categorías para Alfredo Castro. Asimismo, Castro estuvo nominado en los Premios Platino 2021 a mejor actor. Por otro lado, ha formado parte de las proyecciones especiales del Festival LesGaiCineMad 2021.



Tengo miedo torero

Crítica de 'Tengo miedo torero'

Ficha Técnica

Título: Tengo miedo torero
Título original: Tengo miedo torero

Reparto:
Alfredo Castro (La Loca del Frente)
Leonardo Ortizgris (Carlos)
Julieta Zylberberg (Laura)
Amparo Noguera (Doña Olguita)
Luis Gnecco (Myrna)

Año: 2020
Duración: 93 min
País: Chile
Dirección: Rodrigo Sepúlveda
Guion: Rodrigo Sepúlveda y Juan Elías Tovar
Música: Pedro Aznar
Fotografía: Sergio Armstrong
Género: Drama
Producción: Productora Forastero, Tornado, Caponeto y Zapik Films

Filmaffinity

IMDb

Tráiler de 'Tengo miedo torero'

Sinopsis de 'Tengo miedo torero'

Tengo miedo torero se presenta entre disparos y boleros. Una relación apasionada florece entre un travesti solitario y un joven guerrillero durante la dictadura de Pinochet. (LESGAICINEMAD 2021).



Tengo miedo torero
Foto de LesGaiCineMad 2021

Una revolución

En 2001 Pedro Lemebel traía la dictadura de Pinochet al recuerdo con una historia que combinaba con una perspectiva LGBTQ+, gracias al personaje protagonista homosexual. Rodrigo Sepúlveda y Juan Elías Tovar retoman esta historia con Tengo miedo torero, título que da nombre a ambas producciones. En esta ocasión, nuevamente se retoma ese retrato del travestismo de incógnito, durante una época convulsa para el país de Sudamérica. Desde un inicio, se justifica su encuentro de una manera excesivamente rápida y oportuna, lo que lleva a no sentar unas bases sólidas durante su inicio. Sin embargo, una vez aceptada esa consistencia más ligera, se presenta un thriller que mezcla el romanticismo entre los dos personajes principales y el propio concepto de la guerrilla. Por un lado, la relación sentimental y esa emoción contenida en las vivencias personales llegan a buen puerto, con un desarrollo plausible.

Por otro, el contexto social e histórico se pasa de puntillas, lo que provoca que esa falta de concreción pase factura al guion. La razón es que es un film de este calibre necesita, mínimo, de una interacción con ese trasfondo para entender de una manera más lógica la forma de actuar de sus personajes. Se descuida demasiado al presuponer que los espectadores, los cuales no todos serán chilenos, una vez escuchen el nombre de Pinochet, deben completar por sí mismo la situación en la que está ambientada la acción. A pesar de ello, el film logra mostrar cómo las revoluciones se presentan, en algunas ocasiones, de una forma poca satisfactoria para el colectivo LGBTQ+, sea la ideología que sea, dentro de la época en la que transcurre el film. Así deja varios mensajes que tiene importancia social.

Festival LesGaiCineMad 2021
Foto de LesGaiCineMad 2021

Dos hombres sin destino

Alfredo Castro es una de las razones por las que no hay que perderse Tengo miedo torero. El actor da vida a La Loca del Frente, la travesti protagonista de este drama político romántico. Desde el comienzo se puede ver cómo se mimetiza con el personaje, dotándolo de una humanidad exquisita. Además, no pierde en darle verosimilitud, sin caer en tópicos exacerbados ni en la reiteración, lo que se agradece. Con lo cual, evita que haya una sensación de caricaturas, para darle una humanidad espléndida a su personaje. Asimismo, aplaudir las diferentes tonalidades por las que se mueve, siempre en esa línea alocada y divertida que caracteriza a su Loca del Frente hasta el final. Junto a él, Leonardo Ortizgris realiza una interpretación que cumple con su cometido, moviéndose también en un realismo cercano, con detalles que hacen que el resultado sea bueno.

No es la mejor actuación de Ortizgris, pero termina por crecerse en aquellas secuencias que comparte con Castro. No obstante, podría dar todavía más en torno a este personaje a nivel expresivo. Luego, Luis Gnecco, Sergio Hernández y Daniel Antivilo, como Myrna, Rana y Toñita son el picante ante los trabajos más dramáticos de sus compañeros. Igualmente, los tres no pierden la sinceridad con la que trabajan, mostrando un retrato alegre y como homenaje a las travestis de antaño, en este caso, en Chile. Después, Amparo Noguera, pese a tener un personaje más secundario, llega a quedarse dentro de la mente del espectador. Le falta soltarse en escena, pero su planteamiento termina por darle una identidad concreta a su personaje. Por lo que, queriendo o sin querer, la estrategia le sale de una manera positiva.

Festival LesGaiCineMad 2021
Foto de LesGaiCineMad 2021

El pasado

Ese ambiente convulso, complicado y marginal se representa sin problemas en Tengo miedo torero, expresando esa clandestinidad que envuelve a todos los personajes que forman parte de este drama. Por lo cual, la dirección de arte ha sabido llevar al público ante esos muros derruidos, dar la sensación de estar fuera del privilegio y la visibilidad pública total. Gracias a ello, logra ir tejiendo esa perspectiva de clandestinidad y de oscuridad, que define a la perfección la personalidad y el carácter de las acciones que ejecutan sus personajes del guion. Lleva ese factor de mirada hacia el pasado, cumpliendo con una realización que evoca a aquellos años. Asimismo, la selección de color, en unas tonalidades más apagadas, termina por determinar cuál es la intención de la cinta, y colaborar en cómo termina siguiendo su identidad fílmica.

La dirección de fotografía también saca partido a los encuadres elegidos, con una transmisión de esa inestabilidad temporal. Intensifica y fideliza los espacios más conocidos por el público, con planos generales que permiten que el espectador identifique fácilmente los lugares por los que transita, metiéndole en la acción sin problema. Tampoco falta un contraste con la forma de fabricar las imágenes desde una mirada más ingenua e inocente, concentrándose en recoger planos más centrados en los personajes. En ambos casos, triunfa con ambos trabajos artísticos y técnicos. Así, se concretiza el estilo del film que desea ser. Por último, la selección musical es un canto a la nostalgia, con canciones que, a día de hoy, siguen siendo un referente no solo en Chile, sino en todos los países de habla hispana.

Tengo miedo torero
Foto de LesGaiCineMad 2021

Conclusión

Tengo miedo torero es un drama romántico político, donde triunfa más en la exposición sentimental que en el contexto histórico. Aun así, logra mostrar alguna pincelada de la dificultad del colectivo LGBTQ+ de existir en tiempos convulsos, donde no había cabida en ningún espacio público. Gracias a ello, hay un planteamiento suficiente, que podría haberse explotado más y dar una recreación más completa de la época que se relata. Por otra parte, Alfredo Castro triunfa en el film, con una interpretación con matices, humanidad y mucho respeto. Se come la cámara.

Después, a nivel técnico y estético establece su sello de identidad, apostando por una conexión directa con el espectador al dar una imaginario específico al lugar habitual del film. Asimismo, la música es otro de los grandes aciertos de este film. La guerrilla exterior e interior, que se sublima en su carácter personal, pero se pierde en el plano social e histórico.

Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM

CINEMAGAVIA
6 / 10
60 %
Artículo anteriorEl Drive-in de Cinemagavia 88: El último duelo, Ejército de los Ladrones, The North Water y Eternals
Artículo siguiente"Años de Sequía": La omnipresencia del pasado
Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
tengo-miedo-torero-criticaUn drama romántico político, donde triunfa más en la exposición sentimental que en el contexto histórico. Hay un planteamiento suficiente, que podría haberse explotado más y dar una recreación más completa de la época que se relata. Alfredo Castro triunfa en el film, con una interpretación con matices, humanidad y mucho respeto. A nivel técnico y estético establece su sello de identidad. La música es otro de los grandes aciertos de este film. La guerrilla exterior e interior, que se sublima en su carácter personal, pero se pierde en el plano social e histórico.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí