"Usted tiene ojos de mujer fatal... en la radio": Un clásico, un romance y Jardiel Poncela

Usted tiene ojos de mujer fatal en la radio coge las mejores escenas de “Usted tiene ojos de mujer fatal” de Jardiel Poncela, ponles una pizca de cómicos absurdos, échales la historia de amor del mismo Jardiel con Carmen, la mujer que le robó el corazón y que, después de abandonarle, ha regresado de cantar tangos en Argentina, sazónalo todo con el contexto social de la postguerra española y para terminar, intenta servir este plato en la radio... Usted tiene ojos de mujer fatal... en la radio... El Jardiel que el siglo XXI estaba esperando.

Jardiel Poncela ha preparado su comedia “Usted tiene ojos de mujer fatal” para hacerla en la radio, cuando reaparece Carmen, el amor de su vida. La historia del autor y de la mujer que le robó el corazón se entremezcla con la obra, que cuenta la historia de un Don Juan que se llama Sergio, que le ha robado el corazón a una Inés, que se llama Elena. Al final, el humor triunfa... pero, ¡de qué manera! Absurdo, teatro, humor, amor y final feliz: Jardiel Poncela. (TEATRO REINA VICTORIA). 

La gran familia

Ramón Paso homenajea su legado familiar en Usted tiene ojos de mujer fatal en la radio, rescatando una de las piezas más destacadas de Enrique Jardiel Poncela, su bisabuelo. Sin embargo, Paso apuesta por un revisionar el clásico mediante una reivindicación de la figura de su familiar, explorando su contexto socio-político. Por tanto, no se limita solamente a traer la historia del casanova Sergio a la vida, sino que aporta una subtrama que tiene vida propia. Gracias a ello, se realiza un progreso en paralelo, donde no solamente hay una combinación adecuada en la que se llegan a difuminar en algunos momentos los límites entre una y otra, sino que se forma una sinergia orgánica. Con lo cual, respira una esencia propia esta versión.

Sobre el lenguaje utilizado, logra captar el código y la ambientación de la España que busca reflejar, llevándolo no solo a un contexto riguroso, sino también a las reminiscencias de una comedia concreta. De esta forma, se agradece el cuidado del humor, dando puntos muy accesibles para todos los públicos, aderezados con esa perspicacia que ofrece reflexiones algo más profundas. Además, también hay un buen equilibrio entre los personajes que participan en la acción, dando suficientes matices a cada uno de ellos para tener un peso suficiente y justificado en la trama. También se agradecen los puntos en los que se desprende cierta emotividad, para contrastar y no se convierta en un mero divertimento. Una muestra del buen hacer del autor primigenio y quien restaura su memoria sobre la escena. Únicamente, puede sentirse algo de reiteración en torno al conflicto sentimental.

Todos a una

Ana Azorín vuelve a encabezar el elenco principal de una producción de Paso Azorín Teatro. Como ya se ha podido ver anteriormente, vence con maestría el reto y logra una interpretación exquisita. Por lo que, se puede decir sin problema, que está en su salsa, totalmente impoluta en su labor en Usted tiene ojos de mujer fatal en la radio. Por otro lado, Inés Kerzan logra una actuación sólida, donde se ve la evolución artística que ha logrado en los últimos años. Gracias a ello, coge fuerza y la utiliza a su favor. Después, Juan Carlos Talavera llena de humanidad su personaje, dándole una sobriedad que contrasta, así como esa pizca de locura que hace que encaje a la perfección con sus compañeros. Un trabajo muy bien hecho.

Ángela Peirat se sumerge en un vaivén que provoca cierta dicotomía. Por una parte, hace del histrionismo su sello de identidad, siendo su baza para conectar con el espectador. Sin embargo, por otra, se excede en su elemento algo aniñado que le resta credibilidad a su papel en escena. Luego, Sergio Otegui realiza una labor que cumple, pero en la que falta una pizca de alma. Además, al ser el eje central de la trama, se espera más emoción, sentimiento, de una forma sutil, pero que capte con la expresividad, con los gestos. En consecuencia, se queda algo plano en algunos momentos, siendo salvados por su profesionalidad sobre las tablas. Mejorable. Por último, Carlos Seguí se embarca en una interpretación dinámica, con la que logra engatusar a los espectadores por su gracia natural. De esta manera, consigue quedarse en la mente y retina de los asistentes.

Off the record

La puesta en escena de Usted tiene ojos de mujer fatal en la radio apuesta por una producción más minimalista, en la que se establecen dos espacios concretos: la radio, en vivo, y el entre bambalinas. A pesar de resultar fácil de identificar, podría haberse potenciado una diferenciación más clara y que aportara un resultado visualmente más potente. Por ende, a pesar de cumplir de forma contextual y espacial, no se explota todo lo que se pudiera. A pesar de ello, hay partes, como la expansión del escenario mediante los fueras de escena, o el patio de butacas, que fomentan una experiencia en activo. Gracias a ello, el espectador puede sentir las acciones de una manera más cercana, lo que es un plus para la pieza.

El diseño de iluminación cumple con su intención, aunque podría jugar con efectos que hicieran a la pieza más atractiva a ojos de los asistentes. Después, el vestuario elegido encaja con los personajes a representar, además de mantenerse en una gama cromática en coherencia. Así, se presenta una estética en equilibrio. Por otra parte, el ritmo de la pieza es totalmente dinámico, la comedia se aligera de una manera sabrosa, lo que hace que sea muy disfrutable para el público. No es una consecución de acciones que buscan solo el humor físico, sino que da respiro a cada escena para que se pueda degustar y que se valore cada punto de comedia. En resumen, halla su principal fuerza en las interpretaciones actorales y en la identidad a la que es fiel el montaje de principio a fin.

Conclusión

Usted tiene ojos de mujer fatal en la radio es un homenaje a Enrique Jardiel Poncela, mediante una herencia artística que logra su propio sello de identidad. Por tanto, la dramaturgia no sólo mantiene el clásico, sino que lo refreca con una aportación que encaja sin problema. Después, cuenta con un elenco más que notable, liderado por una magnífica Ana Azorín. A nivel técnico y artístico, cumple con lo que se pide, poniendo especial atención en las interpretaciones de los actores y en los golpes de humor. Gracias a ello, el ritmo se mueve en un dinamismo que le sienta muy bien. Una comedia que abraza el legado de Jardiel Poncela, con tintes de su bisnieto, que hace que el público lo acoja con carcajadas y sonrisas.

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