François Ozon dirige Verano del 85, basado, en parte, en la novela "Dance on My Grave", de Aidan Chambers. El film estuvo presente en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, nominado a la Concha de Oro en la Sección Oficial. También optó al premio a la mejor película en la categoría Sebastiane. Además, también obtuvo una nominación en el Festival Internacional de Cine de Chicago, nominado al Gold Q-Hugo. Igualmente, ha recibido una recepción mayoritariamente positiva de la prensa especializada, destacando su vuelta a los orígenes, del realizador, con este largometraje. Llega a los cines españoles este 9 de octubre de 2020.



Verano del 85

Crítica de 'Verano del 85'

Ficha Técnica

Título: Verano del 85
Título original: Été 85

Reparto:
Félix Lefebvre (Alexis Robin)
Benjamin Voisin (David Gorman)
Philippine Velge (Kate)
Valeria Bruni Tedeschi (Sra. Gorman)
Melvil Poupaud (Sr. Lefèvre)

Año: 2020
Duración: 100 min
País: Francia
Dirección: François Ozon
Guion: François Ozon
Música: Jean-Benoît Dunckel
Fotografía: Hichame Alaouié
Género: Drama
Distribución: Golem Distribución

Filmaffinity

IMDb

Sinopsis de 'Verano del 85'

Alexis, a punto de cumplir 16 años, casi se ahoga al volcar su barco en la costa de Normandía. David, de 18 años, le salva heroicamente. Alexis acaba de conocer al amigo de sus sueños. Pero ¿durará ese sueño más de un verano? El Verano del 85. (GOLEM DISTRIBUCIÓN).

Dónde se puede ver la película



Verano del 85
Foto de Golem Distribución

Siempre se vuelve al primer amor

François Ozon se ha convertido en uno de los realizadores más asentados en la industria del cine francés. Asimismo, es una de las figuras del cine LGBTQ+, gracias a la composición que realiza en sus historias de personajes de diversidad de género y sexual. En esta ocasión, Verano del 85 es una adaptación de una novela de Aidan Chambers, que cuenta la historia de un joven y la extraña promesa que le realiza a su amigo especial. Al comienzo del film se puede ver cómo se fragua la historia entre los dos protagonistas, recordando a films de descubrimiento sexual, juventud y ese amor idealista que surge en las primeras relaciones. Sin embargo, el libreto goza de un suspense que le da un halo de misterio, que permite no enfrascarse en la relación que surge entre los dos jóvenes.

Lejos de convertirse en tan solo una película nostálgica de lo que puede significar una relación basada en la pasión de la primera vez, reflexiona sobre las figuras que emanan sobre ella. Por lo cual, complica el pensamiento de saber si el amor es una construcción del beneficio propio, o si interviene el verdadero enamoramiento de la persona en sí, con lo que ello conlleva. Además, surgen diversos conflictos personales, que dan esa disparidad de conceptos de lo que significa tener una relación y de los límites en el amor. Aun así, hay ciertas problemáticas que no consiguen proceder de una forma natural, como, por ejemplo, la trama en paralelo con el personaje de Kate. Con lo cual, hay algunos matices que podrían pulirse aún más, para dar todavía un resultado más íntimo, verosímil y cercano.

Verano del 85
Foto de Golem Distribución

La juventud

Como no pudiera ser de otra forma, en Verano del 85 se cumple, aparentemente, con el prototipo físico de un amor de juventud francés con la elección de Félix Lefebvre y Benjamin Voisin. Sin embargo, en ambos casos se retuerce su imagen para que lo físico no sea tan relevante como lo que se forja alrededor de ellos. En primer lugar, Lefebvre se consolida como actor, dando una interpretación donde extrae ese sufrimiento interno, disfrazado de una oscuridad emocional. Gracias a ello, no se queda en un plano superficial, sino que poco a poco va quitando ese caparazón y establece una conexión directa con el espectador. No obstante, hay algunas escenas en las que se queda a medio gas, donde se echa en falta una mayor vigorosidad por su parte y un mayor desgarro interpretativo. Sin duda, tiene potencial, pero todavía tiene que explotarlo.

No sucede lo mismo con Benjamin Voisin, el cual tiene una frescura innata, que se transporta a lo largo del film. Por este motivo, su luminosidad contrasta con ese ambiente de seducción que incita a través de sus miradas y su expresividad. Igualmente, se conjuga una buena disposición en su relación con el movimiento y en su química con Lefebvre. Por tanto, aprovecha su magnetismo cotidiano ante la pantalla, para dar un trabajo orgánico y muy fluido. De igual forma, se puede aplaudir el trabajo interpretativo de Valeria Bruni Tedeschi, mostrando un registro histriónico, pero desde una sinceridad arrolladora. Gracias a ello, no se vuelve una caricatura, sino que da unas pinceladas profundas que triunfan. Después, mención especial a Philippine Velge, que, pese a sus esfuerzos por convencer ante la pantalla, se queda en un plano inferior de lo que requiere. 

Benjamin Voisin y Félix Lefebvre
Foto de Golem Distribución

El misterio de una promesa

La estructura que se dibuja en Verano del 85 es una vuelta al pasado, mientras se intercalan imágenes de lo que le ocurre al protagonista en el presente. Por esta razón, se va construyendo el misterio según los datos que se dan. Para ello, el uso del montaje es fundamental, dado que debe saber donde incidir y dar paso a las escenas del ayer. Por lo cual, hay un buen acabado en torno al ritmo y el dinamismo de la cinta, con un buen uso de la templanza y de la observación. Únicamente, hay algunos puntos, en especial, en la última parte de la película que no mantiene la brillantez del principio. Aun así, es importante destacar ese juego de sensaciones, aunque no haya realmente una sorpresa para el espectador, ya que se intuye lo que va a ocurrir.

Para equilibrar ese efecto premonitorio de los sucesos, Ozon aprovecha su buen hacer con la artesanía de la imagen. Por lo que, regala al espectador una dirección de fotografía que mezcla ese influjo de los cuerpos, con aquellos espacios más de la vida de la pequeña ciudad francesa. De esta forma, dota al relato de un costumbrismo elegante, que se intercala con la belleza de la intimidad personal y la felicidad. No es extraño que difieran estas tonalidades más claras, con un uso del lenguaje plástico más oscuro en las escenas del presente. De esta forma, el vestuario es algo de destacar en esta obra, dado que habla perfectamente del estado de cada uno de los personajes gracias a la indumentaria que va desarrollándose a lo largo del film. Por último, una banda sonora acorde a la época, donde destacan más ciertas canciones, que el conjunto en sí.

Verano del 85
Foto de Golem Distribución

Conclusión

Verano del 85 es una película que busca reflexionar sobre el verdadero significado de las relaciones personales. Por lo cual, no es su intención hacer un homenaje al primer amor, sino abordarlo desde una visión más introspectiva. Gracias a ello, el guion goza de preguntas interesantes, que se mezcla con el halo de misterio de ir revelando lo ocurrido. No obstante, la historia flaquea en algunos puntos y termina siendo intuitiva en su último episodio.

Por otro lado, un reparto protagonista brillante, sobre todo, Benjamin Voisin y Valeria Bruni Tedeschi, espléndidos. Después, a nivel de imagen, hay un buen equilibrio entre la selección de tonalidades, unos encuadres poéticos y a la par efectivos, que se conjugan con el detalle que habla por sí solo de lo que ocurre en escena. Mantiene vivo el recuerdo de lo que fue, pero proponiendo un nuevo comienzo donde el idealismo deja paso a la madurez interior.

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
verano-del-85-critica-peliculaBusca reflexionar sobre el verdadero significado de las relaciones personales. Lo aborda desde una visión más introspectiva. El guion goza de preguntas interesantes, que se mezcla con el halo de misterio. Un reparto protagonista brillante, sobre todo, Benjamin Voisin y Valeria Bruni Tedeschi. Hay un buen equilibrio entre la selección de tonalidades, unos encuadres poéticos y a la par efectivos, que se conjugan con el detalle que habla por sí solo de lo que ocurre en escena. Mantiene vivo el recuerdo de lo que fue, pero proponiendo un nuevo comienzo donde el idealismo deja paso a la madurez interior.

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