A Little Taste es un cortometraje cuyo guion firma Carlos C. Tomé. Dirigido por Víctor Català, estos intensos cinco minutos de metraje llegaron al Festival de Sitges, el Festival Nocturna de Madrid, la Semana de Horror de Donosti y el Mórbido Fest de México, entre otros festivales internacionales como el Trieste de Italia o el Grossmann de Eslovenia.



A Little Taste

Crítica de 'A Little Taste'

Ficha Técnica

Título: A Little Taste
Título original: A Little Taste

Reparto:
Zoe Arnao (Cebo)
Miko Jarry (Cazador)
Ayla López (Bruja)

Año: 2019
Duración: 5 min
País: España
Dirección: Víctor Català
Guion: Carlos C. Torné
Fotografía: Víctor Català
Música: Joan Vilà
Género: Terror
Producción: Fosca Films
Distribución: FREAK Independent Film Agency

Filmaffinity

IMDb

Tráiler de 'A Little Taste'

Sinopsis de 'A Little Taste'

A Little Taste muestra cómo una niña huye desorientada por el bosque. Algo parece acecharla de modo amenazante. Al llegar a un pequeño claro, se encuentra con otra niña jugando sola en un balancín...



A Little Taste
Foto de Fosca Films

El terror de cuento

Con los años, los cuentos conocidos por todos nosotros parecen haber tomado gusto por recuperar parte de la esencia terrorífica que tuvieron en sus orígenes. Hoy, cualquiera puede encontrar en la red aquello que cada vez ha despertado más curiosidad: las diferencias entre los cuentos que conocimos y sus orígenes, de aires mucho más siniestros. Las versiones inocuas de Disney cada vez quedan más atrás. Todo sabemos hoy que, en la versión original de La Cenicienta, las hermanastras se mutilan salvajemente parte de sus pies con el fin de encajar en el icónico zapato de cristal.

Poco a poco esta oscuridad llegó al mundo del celuloide. "El secreto de los hermanos Grimm" es un ejemplo de ello, oscura aunque bien equilibrada entre la ambientación aún con retales de ensueño propios de Disney y jirones hollywoodienses forzados. En el otro extremo tenemos "Gretel y Hansel", largometraje canadiense aterrador, con una ambientación siniestra, casi diabólica. A Little Taste se acerca más a esta segunda.

Víctor Català
Foto de Fosca Films

A Little Taste, un cuento de miedo

El director Víctor Català nos lanza con fuerza al meollo del asunto. Nos encontramos en un bosque de paleta verdosa y grisácea, corriendo junto a una niña. Un comienzo muy inteligente en el que ya nos encontramos a nuestra protagonista en peligro. Nos mantenemos alertas desde el comienzo, imposible perder la atención.

Unas pocas frases escuetas pero situadas con inteligencia nos sitúan de frente al conflicto. Observamos cada detalle, cada mirada y cada sonrisa ladeada mientras fingimos jugar plácidamente con el visionado. La tensión es palpable, las apuestas están lanzadas al aire, no hay vuelta atrás. ¿De dónde procede el peligro que percibimos? Solo sentimos con claridad el miedo. Ahí se encuentra la magia.

Víctor Català
Foto de Fosca Films

El toque mágico

Víctor Catalá recurre (con calma, pero al detalle) a la ambientación, la iluminación y el vestuario. Juega con nosotros, que intentamos situarnos temporalmente para encontrar pistas de lo que está sucediendo ante nuestros ojos. Sin darnos cuenta, el sonido es el que nos lleva de la mano. Pobres ilusos, atentos al mínimo movimiento de peligro. Al fin, cuando se da el salto, no podemos decir (aunque queramos) que era esperado. La calma precedía a la tempestad, el juego estaba en marcha.

Rematamos con un plano que no se nos escapa como algo familiar… un ángulo de cámara muy habitual en el director Quentin Tarantino. Un plano que, por el escenario e incluso el diálogo y varios detalles más (propongo al espectador el juego de detectarlos), nos recuerda a uno de los finales más magistrales de este peculiar director. Un homenaje, una influencia o una idea… ¿Quién sabe? Acertado y brillante, sea como sea. Y, por supuesto, en A Little Taste queda espacio para exhibir una excelente canción principal del mismo título acompañada de unos créditos bellísimos.

A Little Taste
Foto de Fosca Films

Conclusión

Lo maravilloso de los cortometrajes es la intensidad y la estructura de narración que aporta su corta duración. Esto exige dar en el clavo en el guion, diálogos contundentes que nos sitúan con rapidez, detalles que nos dirigen sin saberlo y elipsis que nos arrasan con fuerza. Como en un microrrelato, cada palabra y cada instante nos aceleran hasta el desenlace. Esto a veces puede provocar soberanos tropezones o que, al finalizar, el espectador tenga la sensación de haberse perdido algo. No es el caso de A Little Taste. Sus escasos cinco minutos de metraje son embaucadores y muy prometedores. Estamos ante un cortometraje aparentemente muy sencillo, dirigido con talento, gusto por el ritmo y personalidad propia. Se nota que Víctor Català es un director muy cercano al mundo musical y, como él mismo se declara, amante de las historias de brujas. Una combinación excelente.

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