Este viernes 22 de septiembre de 2023 se estrena Érase una vez en Canarias. Se trata del tercer largometraje del grancanario Armando Ravelo y cuenta la historia de Nola (Diarra Diouf), una joven de Senegal que llega a las Islas Canarias en patera en busca de su padre al que nunca conoció. Moviéndose entre Tenerife y Gran Canaria, la joven vivirá encuentros que le harán constatar la estrechísima e indisoluble relación que existe entre las islas y África.

Entrevista a Armando Ravelo

En Cinemagavia hemos tenido la oportunidad de hablar con Armando Ravelo, quien nos habla en esta entrevista sobre el proceso creativo de la película, en el cual ha sido muy importante escuchar al entorno, en particular, a los inmigrantes que inspiran el viaje de Nola. Además, el cineasta reflexiona sobre la importancia de crear una ficción canaria que muestre una mirada alejada de la visión clásica que existe sobre las islas. Para el director grancanario, es fundamental en la construcción de un nuevo imaginario insular el diálogo con el continente africano, pueblo que no es solo vecino, sino también fundamental en la historia de Canarias.

Armando Ravelo
Armando Ravelo

Cine canario, cine político

Juan Galarza / Cinemagavia: Matar cangrejos (Omar A. Razzak, 2023) se estrenó en cines de toda España a finales de mayo y ahora le toca el turno a tu nueva película. Discursivamente, para mí son dos películas marcadamente políticas por los temas que trata y por su mirada, pero también tengo la sensación de que simplemente por ser un cine totalmente canario, su sola existencia y el hecho de que lleguen a salas de toda España ya es de por sí un acto absolutamente político. ¿Tienes esa sensación cuando comienzas proyectos como este?

Armando Ravelo: Sí. Yo creo que hacer cine en Canarias es un acto revolucionario porque a nosotros nos han inoculado tanto el tema del turismo que nuestra cultura se ha convertido en un souvenir. A Canarias, tanto como espacio como en su propia idiosincrasia la han querido encapsular en ese concepto y así lo están vendiendo y así nos ven porque es lo que exportamos. Entonces, películas como Matar Cangrejos, que lo hacen desde otra perspectiva, pero en esencia con un espíritu similar, son un golpe en la mesa que dice que hay una generación que está cansada de eso. O por lo menos, una parte de esa generación, ya que hay otra que para mí sigue dormida.

Creo que el día que toda Canarias se despierte se va a oír en el mundo, pero ya está pasando en la música o en la literatura. El cine siempre es más complejo por lo que conlleva de medios y presupuesto, pero hay mucha gente que está en la línea de contar nuestra realidad. Lo otro es una fantasía creada para el consumo de la mirada externa, que es encima la mirada del hemisferio norte.

En mi caso, la película va del hemisferio sur, de África, que no solo son vecinos sino además nuestro pueblo porque nosotros también somos africanos. Claro que también somos europeos: tenemos la cultura de Europa, pero como Senegal tiene la cultura francesa de sus colonizadores, por ejemplo. Entonces compartimos mucho con ellos y la película es un dialogo entre dos territorios que están en proceso de descubrirse, de pensarse y de compartirse.

Kira Miró
Armando Ravelo y Kira Miró

Un trabajo colectivo

Juan Galarza / Cinemagavia: Entrando ya en la parte más cinematográfica, quería preguntarte por una de las escenas más potentes de la película, para mi gusto. Me refiero al plano secuencia que empieza con Nola en la cafetería viendo las noticias sobre una patera que acaba de llegar a Gran Canaria y que acaba con ella encontrando a un amigo en el hospital. ¿Cómo fue el proceso de grabar y editar esta escena?

Armando Ravelo: Ese plano secuencia tiene cinco cortes. Lo complicado era que combinaba interiores, exteriores y un coche, pero la verdad es que fue muy divertido de grabar porque a todo cineasta, creo, le gusta el reto y probar cosas distintas. Esa escena en concreto la recuerdo como un día en el parque de atracciones, me lo pasé muy bien y fue muy divertido trabajar los movimientos de cámara o con los extras.

Lo importante era que la escena tuviera la tensión y recogiese esa vivencia del estar constantemente en guardia, sabiendo que en una situación tan dramática siempre puede pasarte cualquier cosa, en este caso conocer que tienes a familiares viajando en un cayuco. De hecho, esta escena está recogida de un migrante que me contó cómo llegaron familiares en una patera a los que no podía ver porque no estaban documentados. La escena fue compleja especialmente para el cámara que lleva un steadicam y acaba sudando, pero los profesionales como él son gente valiente a la que le gusta la ‘marcha’ y cuando sale algo así ves que ha valido la pena.

Juan Galarza / Cinemagavia: Acabas de mencionar que hay partes de la película inspiradas en historias reales de inmigrantes. Me interesaría ahondar más sobre tu proceso de documentación para esta obra.

Armando Ravelo: En el anterior largometraje que hice, La piel del volcán, realicé un trabajo histórico en el que me tuve que documentar. En este caso la documentación no estaba ya escrita o en libros, sino que había gente que me la podía cantar de primera mano. Por ello me reuní con migrantes para que me contasen. De hecho, la historia de Nola está contada a través de muchos testimonios: casi todo lo que le ocurre son cosas que a mí me han comentado que suceden y este es el retrato convertido en cuento.

Me gusta llamarlo cuento porque no busco hacer un retrato fidedigno, no creo que lo consiga. Esto no es un documental y tampoco busco mostrar de forma realista cómo lo vive una persona en concreto, en parte porque no hay dos personas que lo vivan igual. Como digo, es la suma de muchas vivencias y yo ofrezco un relato que, en lo emocional y lo humano, va a la raíz de lo que ellos sufren y viven. Cuando la han visto se han sentido reflejados y eso para mí ese es el éxito de la película.

Juan Galarza / Cinemagavia: Has mencionado antes a tu anterior largometraje y precisamente quería destacar que esta es tu película más larga hasta la fecha. Imagino que habrá habido un proceso de rodaje y edición bastante extenso, por lo que me gustaría saber si sido un trabajo completamente ceñido al guion o has dejado que la improvisación o las impresiones a lo largo del proceso cambiasen lo planeado.

Armando Ravelo: Yo aprendí a hacer cine con siete años junto a mis primos. Cogía la cámara de mi abuelo y me ponía a jugar con ellos. Ahora hago cine igual, aprendí de esa forma, es mi escuela. Sigo haciendo eso con los actores y con el equipo, pero lo bueno es que ahora cuento con un equipo profesional que sabe lo que hace, así que juego sobre seguro. Me gusta llevar al rodaje ese espíritu curioso y divertido, así que fluimos. Algunas cosas del guion funcionan, pero hay otras que vemos que podemos cambiar o mejorar.

Escucho mucho las sugerencias de la gente que quiere aportar y es un trabajo donde todos se sienten partícipes. Al final uno decide porque es el director, pero todos nos sentimos niños jugando. Creo que ese es precisamente el espíritu del artista: no tener miedo, lanzarse y divertirse.

Armando Ravelo
Armando Ravelo

En busca de una identidad propia

Juan Galarza / Cinemagavia: Como canario hay una aparición en la película que me ha emocionado y estoy seguro de que a más gente le pasará al verla en la pantalla grande. Hablo de esa escena con Manolo Vieira, una persona que nos ha marcado a muchos y del que todavía tenemos muy reciente su fallecimiento. ¿Cómo fue trabajar con él?

Armando Ravelo: Manolo es un icono de la cultura canaria, va más allá del humor. Es una persona que es identidad: los canarios vamos a estar vinculados con él siempre. Para nosotros fue un lujo y un placer porque además participó con mucho cariño. Nos conocíamos de antes, había un aprecio mutuo y cuando él me dijo por primera vez que admiraba mi trabajo fue como un premio.

La película es como un homenaje a Manolo y se muestra en la forma en la que Nola se vincula con la canariedad a través de él. De hecho, él mismo me contó que extranjeros que habían venido a Canarias aprendieron, como le sucede a Nola, viéndole. Nos dejó grabar en El Chistera, que era su casa, y fue muy generoso: no quiso cobrar un euro pese a que le ofrecimos su caché. Me dijo que guardase ese dinero para la promoción porque esta película se tenía que ver ya que su mensaje le pareció muy importante. Me emociona pensarlo y yo creo que uno de los fuertes de la película es que esté él en ella. Es un lujo.

Juan Galarza / Cinemagavia: Además de Manolo Vieira, la película cuenta con actores canarios como Mingo Ruano o Yanely Hernández y figuras que resultan muy familiares en las islas como Kike Pérez o Lili Quintana. Pero, además, también cuentas con la colaboración de Álex García y Kira Miró, actores de mucho renombre en España a los que aquí vemos interpretar a sus personajes con acento canario, el mismo al que ellos y muchos otros deben renunciar para poder integrarse al mundo laboral fuera del Archipiélago. ¿Escribiste el guion con ellos ya en mente?

Armando Ravelo: Sí, escribí los personajes de Kira Miró y Álex García pensando en ellos, igual que el resto. Yanely Hernández y Mingo Ruano habían trabajado ya conmigo en La piel del volcán. La mezcla de actores canarios remite un poco al concepto de la película, que es reivindicar la mirada isleña autocentrada. Esto también se traslada a la propia producción, tanto en lo económico, como en lo artístico pasando por las localizaciones. No es por una cuestión chauvinista, sino que es un tema natural, orgánico y digno: decir que podemos hacerlo desde Canarias y hacia el mundo.

Creo que faltan vínculos, tengo la sensación de que Canarias, además de estar rodeada por un océano real, también lo está por uno de miedo que nos hace pensar que fuera no va a gustar lo nuestro o que no lo van a entender. Sobre La piel del volcán me llegaron a preguntar cuando se proyectaba fuera de Canarias si la entendían o si gustaba, casi con miedo. Y obviamente se entiende. Creo que falta confiar en que se puede exportar nuestro talento. Por eso contamos con Kira Miró y Álex García, porque tenemos la intención de que en el resto de España nos pongan atención y creo que habrá espectadores o medios que se acercarán a la película porque salen ellos dos.

Para nosotros eso es importante porque mi anterior película ya fue muy bien en Canarias con una media de 168 espectadores por sala y ahora queremos que nos conozcan fuera. Queremos enseñar que no hace falta salir para triunfar. Eso es muy cruel y creo que debe estar la opción de triunfar desde tu propia región. Habrá gente que quiera salir y eso es muy lícito, pero creo que quedarse en las islas es igualmente libertad. También dignidad.

Juan Galarza / Cinemagavia: Está claro que todos tenemos la capacidad de entender, de una forma u otra, una película. Lo que creo que puede ser interesante es saber si tú cuando trabajas en tus obras lo haces teniendo en cuenta que seguramente una persona canaria va a conectar de forma distinta que una persona externa.

Armando Ravelo: Realmente no pienso en eso, y de hecho no creo que ningún creador en el mundo piense en que va a conectar con uno que con otro. ¿Cuándo Kurosawa hacía sus películas pensaba que iban a gustar menos fuera que dentro? No lo creo, yo creo que esa era su cultura y contaba lo que conocía. ¿Cuándo John Ford hacía películas del Oeste pensaba en si iban a entender el tema de los vaqueros en países donde no existen? No, él hacía esas películas porque era lo que conocía y quería contar. Yo creo que estas preocupaciones, ese pensamiento de si algo se entenderá o no, suceden sólo en Canarias.

Creo que existe el complejo de que lo que pasa en las islas no importa, cuando han sucedido cosas muy interesantes, pero hay un desconocimiento de nuestra propia historia y cultura. La servidumbre que nos han inoculado también afecta, eso de que debemos servir, sonreír al turista y ser un pueblo afable. Esa es la imagen que hemos vendido y es falsa. Hago estas historias porque son las que he conocido y al conocerlas las quiero compartir. Hoy en día veo que llegan miles de inmigrantes, así que me acerco a conocerlos porque creo que sus historias son importantes y deben ser contadas.

Érase una vez en Canarias
Armando Ravelo en rodaje de 'Érase una vez en Canarias'

África y Canarias, un vínculo irrefutable

Juan Galarza / Cinemagavia: Hay una frase que pronuncia Nola a través de la voz en off que dice algo así como “Ayudándome a buscar a mi padre, ella se reencontró con el suyo”. A mí, viendo la película me da la sensación de que los espectadores, acompañando a Nola en un viaje hacia sus orígenes, también descubrimos el origen del pueblo canario. Entiendo que las películas no se hacen únicamente pensando en un único fin, pero creo que esa tesis se ve muy bien representada en el epilogo que cierra la película, donde vinculas claramente la tradición y la historia canaria con la africana.

Armando Ravelo: Sí. Hay que tener en cuenta que Canarias está en África y tiene una cultura evidentemente africana, desde la raíz indígena guanche hasta los propios esclavos negros que están genéticamente en nosotros. Yo le pregunté a Manuel Lobo, un historiador que me habló sobre estos esclavos, que donde está ahora su huella. Me respondió: “mírate las venas, están ahí en tu ADN”. Se mezclaron. Los canarios tenemos mucha sangre negra: somos una mezcla absoluta, por lo que renunciar a una parte y decir “yo quiero ser europeo solamente” es muy cruel. Es como tener un padre y una madre y renegar de ella porque, además, tu padre te ha mentido y te ha contado historias de tu madre que no son reales.

Opino que Canarias tiene que redescubrirse y dejar de dar la espalda al continente africano para virarse hacia él y dialogar. Creo que se le está susurrando algo desde arriba que no es del todo cierto que tiene que ver con racismo, aporofobia y un eurocentrismo cruel. Y digo cruel porque nos hace olvidarnos de vidas humanas, no solo fallecidas, sino vivas, que tienen que tomar decisiones durísimas. Diría que en su lugar haríamos lo mismo, pero la realidad es que ya lo hicimos, porque nuestros abuelos y nuestras abuelas tuvieron que marcharse. Si escuchásemos más a nuestros mayores, recibiríamos distinto a los inmigrantes.

Hay espacios de la sociedad en los que los ciudadanos no podemos hacer mucho pero sí que podemos sonreír a los inmigrantes si pasan a nuestro lado, hablar con ellos, conocerlos… Empatizar, porque al final somos humanos.

Perfil de Armando Ravelo en IMDB

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