Daniel Sánchez Arévalo ha vuelto. Netflix le ha abierto las puertas de regreso a nuestras pantallas y el director de AzulOscuroCasiNegro, Primos y La gran familia española nos deja Diecisiete, un drama sencillo con toques de humor en su justa medida para evitar que dejemos todo perdido de lágrimas. La cinta fue estrenada el 18 de octubre en la plataforma Netflix.
Crítica de 'Diecisiete'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Diecisiete
Título original: Diecisiete
Reparto:
Biel Montoro (Héctor)
Nacho Sánchez (Ismael)
Lola Cordón (Cuca)
Itsaso Arana (Esther)
Chani Martín (Ignacio)
Año: 2019
Duración: 100 min
País: España
Director: Daniel Sánchez Arévalo
Guion: Daniel Sánchez Arévalo
Fotografía: Sergi Vilanova
Música: Julio de la Rosa
Género: Drama
Distribuidora: Netflix
Tráiler de 'Diecisiete'
Sinopsis de 'Diecisiete'
Un chico de 17 años se escapa del centro de menores para buscar por Cantabria a su perro de terapia. Ahí comienza un viaje que lo unirá a su hermano y a su abuela. (NETFLIX).
Dónde se puede ver la película
Diecisiete años y un hermano un poco perro
Vemos a Héctor y, casi al momento, le conocemos. Tiene 17 años, desdén por las normas y una sola motivación: cuidar a su abuela enferma. Encerrado en un centro de menores durante dos años tras la denuncia de su hermano, un perro, al que llama Oveja, consigue en él un amago de sonrisa que parece costarle un riñón.
Ismael tampoco está pasado un gran momento cuando, muy a su pesar, recoge a su recién fugado hermano pequeño. Juntos emprenden la búsqueda del venerable perro, lo que podría terminar con alguno de ellos a la sombra una temporada en Diecisiete.
Notable en interpretación
A lo largo del camino se suceden unos diálogos eficaces tremendamente bien interpretados. Héctor habla justo cuando debe para complementar con palabras una actuación que bien podría valerle una nominación a actor revelación. Su hermano, también exento de palabras superfluas, equilibra la balanza entre personalidades tan diferentes y que, a su vez, comparten una misma infancia de abandono parental, raíz de algún que otro conflicto emocional actual.
En Diecisiete no hay escena que no ayude a avanzar la trama ni momento que cruce la línea a lo lacrimógeno (aunque esto dependerá de lo blandito que sea el espectador). Si bien toda la película es un drama, el director se permite aportar un toque de humor, muy bienvenido, que generalmente logra llevando a Ismael al límite con el comportamiento de Héctor.
No nos lo dicen directamente (bien, Daniel Sánchez Arévalo, confías en nuestra inteligencia), pero entendemos que Héctor comparte rasgos con una persona con Asperger, lo que el director utiliza a su favor para buscarle las cosquillas a Ismael cuando su hermano menor no comprende, por ejemplo, la ironía.
Aunque ambos empiezan el trayecto unidos únicamente por su abuela, que les mantiene los pies en la tierra y sirve de recordatorio sobre lo realmente importante, su viaje es la búsqueda de un reencuentro entre dos hermanos que casi son ya desconocidos. Este trasfondo, que se huele desde el principio, no parece significar mucho para quien sólo quiere recuperar a su Oveja perdida, lo que nos encamina hacia un final que resulta, así, mucho más interesante.
Conclusión
Diciesiete no necesita grandes artificios, ni una fotografía recargada, ni rellenar silencios vacíos con música. La última creación de Daniel Sánchez Arévalo se presenta pequeña pero, en realidad, su sencillez es su mejor valor. Una trama a priori simple, personajes potentes y muy bien definidos y una adecuada armonía entre drama y humor: la apuesta de Netflix fue certera.
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