María Dueñas ostenta el orgullo de ser una de las autoras más reconocidas en el ámbito literario, gracias a varias de sus novelas. Una de ellas ha cobrado recientemente vida con un nuevo formato con El tiempo entre costuras, el musical. Este proyecto de Beon Entertainment levanta sobre las tablas una gran producción, que sigue las vivencias ficticias de Sira Quiroga. Protagonizada por Laura Enrech, cuenta con actores como Joselu López, Ricardo Soler, Silvia Álvarez, Noemi Mazoy, entre otros. Se puede disfrutar de miércoles a domingo, en doble sesión los sábados y domingos, en el Espacio Ibercaja Delicias hasta el 22 de mayo.



El tiempo entre costuras el musical

Crítica de 'El tiempo entre costuras, el musical'

Ficha Técnica

Título: El tiempo entre costuras, el musical
Título original: El tiempo entre costuras

Reparto:
Laura Enrech
Joselu López
Ricardo Soler
Silvia Álvarez
Noemi Mazoy
María Gago
Pablo Badillo
Nil Carbonell
Xenia García
José Guélez
Rocío Margón
Julio Morales
Sheila Paz
Ernesto Pigueiras
Antonio Recuerda
Amparo Saizar
Fernando Samper
Alberto Scarlatta
Tamara Suárez
Marina Martín
Letizia Pasqualone

Duración: 120 min. apróx.
Dirección: Federico Barrios Fierro
Libreto: Félix Amador
Productor Ejecutivo: Darío Regattieri
Compositor musical:
Iván Macías
Autora:
María Dueñas
Coreógrafo:
Federico Barrios Fierro
Directora Vocal:
María José Santos
Asistente de coreografía:
Félix Romero
Escenógrafo:
Ricardo Sánchez Cuerda
Diseño de Vestuario:
Lorenzo Caprile
Dirección de Vestuario:
Marietta Calderón
Diseñador de Sonido:
Javier Isequilla
Director Técnico:
Pablo Santos
Jefe de Producción:
Héctor Otones
Director Orquesta:
Lawrence Aliganga
Diseñador de Caracterización:
Aarón Domíngue
Producción: Beon Entertainment

Tráiler de 'El tiempo entre costuras, el musical'

Sinopsis de 'El tiempo entre costuras, el musical'

El tiempo entre costuras, el musical llega en 2021, contando con María Dueñas dentro del equipo creativo y de escritura, con un equipo creativo del más alto nivel y bajo la producción de beon Entertainment. (WEB OFICIAL). 



El tiempo entre costuras el musical
Foto de beon Entertainment

La transformación de una buscavidas

El fenómeno que supuso la novela de María Dueñas se ha podido evidenciar en las ventas y en la legión de seguidores todavía vigente entre la cultura popular. En esta ocasión, beon Entertaiment lo traduce en un nuevo formato, bajo el nombre de El tiempo entre costuras, el musical. Para comenzar, hay que aplaudir la valentía de levantar proyectos propios, sin acudir a las adaptaciones de éxitos internacionales. Por ello, es de agradecer que haya ideas que emergen de la cultura nacional, que expone la riqueza que aún está por explorar. Después de esta mención, la adaptación emerge desde una versión más ligera que podría no haber sacado partido a todo lo que ofrece el material original, al tener que comprimir en dos horas las aventuras y desventuras de su protagonista.

Por un lado, hay una sensación de resumen constante, pareciendo que se hablan de muchos acontecimientos pero en un lapso de tiempo tan corto, que no se termina por asimilar. Además, contrasta con una sensación de menor dinamismo narrativamente, lo que choca paradójicamente con esa exposición de sucesos aglutinados. Por ejemplo, se hace mención al reencuentro entre la protagonista y el que otrora fuera su prometido con su respectiva amenaza, sin embargo, no se desarrolla mucho más. Aun así, invita con ganas a conocer más sobre la historia creada por Dueñas, lo que es un aliciente de cara al universo que hay en torno a esta pieza literaria. Asimismo, hay que indicar que es muy complicado lograr transmitir todo detalladamente, por lo que, lógicamente, habría que elegir una manera más efectiva de los pasajes que toman vida sobre el escenario.

beon Entertaiment
Foto de beon Entertainment

Voces y música

Como se ha mencionado en otras producciones, el género musical ha revivido tras apagar sus luces durante el 2020, por la crisis de la COVID-19. Por tanto, los grandes repartos vuelven a estar sobre el escenario y no es una excepción en El tiempo entre costuras, el musical. A lo largo de la obra va viéndose un grupo que pisa las tablas con ilusión y se puede ver esa energía que desprende en cada acto en el que participa. Por tanto, su labor y su compromiso son destacables, lo que hace que haya ese incentivo a la hora de disfrutarlo en directo. También hay una nivel más que notable en las voces, lo que hace que se muestre una selección muy apropiada a la hora de seleccionar el casting. Además, no sólo se ve en los actores principales, sino en cada uno de los intérpretes.

Por otro lado, Laura Enrech se convierte en una estupenda Sira Quiroga, con esa evolución que va desde la ingenuidad hasta la oscuridad de la supervivencia. En su expresión se elabora ese camino interno, de quien elige sus designios a través de la circunstancia. Por ello, se convierte en una eficaz maestra de ceremonias, que podría lucirse más si tuviera más tiempo de desarrollar esa emoción para exponer su trabajo ante el público. Después, ver a María Gago es una delicia, con esa salero y esa personalidad que brilla en todo momento. Sucede lo mismo con Julio Morales, que pese a no mostrarse tanto en escena, se queda en la mente del espectador por su contundente apariencia. Algo menos consolidados se presentan Joselu López y Ricardo Soler, a quien también se une Pablo Badillo, que no terminan de cuajar en la potencia que se les plantea.

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Foto de beon Entertaiment

Una idea potente

Como se ha comentado en la primera parte de la crítica, El tiempo entre costuras, el musical destaca por atreverse a realizar un montaje que no se había hecho nunca. En la composición de la escenografía se mantiene una construcción vistosa y de grandes dimensiones, que van llevando al espectador por aquellos escenarios de los pasajes de la vida de Sira. En algunas partes impresiona, mientras que en otras ese primer contacto mengua al sentirse que ya se ha disfrutado previamente. Aun así, hay elementos realmente preciosos, como las telas, que exponen esa elegancia y leitmotiv de la propia obra. También hay que valorar el vestuario, el cual emula de una manera verosímil aquella España de los años 30 y 40. El color tenía posibilidad de explotarse más y ser una exposición de combinaciones mucho más estéticas.

El Espacio Delicias Ibercaja se erige como uno de los nuevos símbolos del musical, trayendo propuestas que siempre se han relacionado con la Gran Vía madrileña. Por ello, se agradece que se abran espacios que apuesten por ello. Aun así, todavía tienen la tarea pendiente de otorgar mayor cuidado a la sonorización del espacio, dado que influye con una serie de ruidos externos a la producción que despistan a los asistentes. Por otro lado, el sonido flaquea en sus volúmenes, los cuales se comen las voces de los cantantes, al encontrarse los instrumentos demasiados altos. En consecuencia, se dificulta el entendimiento de las letras de las canciones, lo que perjudica que se queden en los oídos de los espectadores. Un ejemplo claro es el número de Noemi Mazoy, uno de los momentos más emotivos, que pierde cierto efecto por ello.

El tiempo entre costuras el musical
Foto de beon Entertaiment

Conclusión

El tiempo entre costuras, el musical plantea un idea interesante, que anima a la producción española a buscar entre su propia cultura nuevos desafíos artísticos. Por ello, se valora esta propuesta por el riesgo y la innovación de hacerlo. Sin embargo, flaquea en una adaptación que desea acaparar demasiado y termina por ser un conglomerado que no consolida en su contenido. El reparto realiza una labor notable, liderados por Laura Enrech que se levanta como una auténtica maestra de ceremonias. Aun así, las voces del reparto deslucen por unos niveles de audio de la orquesta demasiados altos. Por otra parte, la escenografía se plantea con buen hacer y una construcción magnánima que plantea un trabajo notable. Un proyecto con potencial que en su búsqueda todavía debe afinarse más.

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