El triángulo de la tristeza es la nueva película del muy galardonado director sueco Ruben Östlund (The square, Fuerza mayor). Se trata de una comedia satírica de alto contenido social, protagonizada por una serie de variopintos personajes. Todos ellos tremendamente ricos y pasajeros de un crucero de lujo. Un crucero que se tendrá que enfrentar a una virulenta tormenta que pondrá en riesgo los privilegios de sus clientes.

La cinta está protagonizada por Charlbi Dean (Una entrevista con Dios), Harris Dickinson (Blitz) o Woody Harrelson (Venom"). Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, la segunda para su director. El triángulo de la tristeza tiene dos nominaciones a los Globos de Oro y cinco a los Premios del Cine Europeo, entre otras. Estreno el 17 de febrero en salas de cine españolas. Puedes leer AQUÍ otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.



El triángulo de la tristeza

Crítica de 'El triángulo de la tristeza'

Ficha Técnica

Título: El triángulo de la tristeza
Título original: Triangle of Sadness

Reparto:
Charlbi Dean (Yaya)
Harris Dickinson (Carl)
Dolly De Leon (Abigail)
Woody Harrelson (The Captain)
Zlatko Buric (Dimitry)
Vicki Berlin (Paula)

Año: 2022
Duración: 149 min
País: Suecia
Director: Ruben Östlund
Guion: Ruben Östlund
Fotografía: Fredrik Wenzel
Música: Mikkel Maltha, Leslie Ming
Género: Comedia. Drama
Distribuidor:  Avalon Distribución Audiovisual

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'El triángulo de la tristeza'

Sinopsis

Una pareja de modelos son invitados a un crucero de lujo. Cuando el yate se hunde acaban en una isla desierta con un grupo de multimillonarios y una señora de la limpieza. En la lucha por la supervivencia, las antiguas jerarquías se trastocan ya que la limpiadora es la única que sabe pescar. (Avalon Distribución Audiovisual)

Dónde se puede ver la película en streaming



Vendedores de mierda y un par de influencers

El triángulo de la tristeza comienza con una secuencia muy cómica en un casting de modelos masculinos. Una prueba de selección a la que se presentará Carl (Harris Dickinson), que es el novio de Yaya (Charlbi Dean). Yaya, al igual que su novio, se dedica a cultivar su imagen. Vamos, que es una influencer con muchos seguidores y gran dotes para la manipulación. Como comprobará su novio, tras una cena surrealista y una discusión por temas de dinero y algo más.

Una peculiar pareja que se embarcará en un crucero de lujo, gracias a sus miles de seguidores. Y en él, se encontrarán con una serie de excéntricos ricachones. Empezando por Dimitry (Zlatko Buric), un ruso capitalista que hico dinero vendiendo mierda, es decir, fertilizantes. Jarmo (Henrik Dorsin), un tipo que se ofrece a regalar Rolex como si fueran chupachups, tras vender su empresa por millones. Así como una pareja de ancianitos británicos que han hecho dinero a base de vender granadas de mano. Todos ellos capitaneados por un americano marxista y desquiciado (Woody Harrelson).

Sin embargo, lo que al principio parece un apacible crucero de lujo, en el que tomar el sol y beber vino caro. Se acabará convirtiendo en una desquiciada locura, cuando una tormenta pone en jaque a los pasajeros. Produciendo mareos, vómitos y toda una serie de pueriles evacuaciones para tan refinados huéspedes.

El triángulo de la tristeza película
Copyright Distribuidora Avalon Distribución Audiovisual

La especulación frente a la utilidad

Y es que El triángulo de la tristeza no deja de ser una corrosiva crítica social. Una crítica al sistema de clases que nos tiene asfixiados. Gracias a esa clara distinción entre los empleados del crucero/siervos y los ricos pasajeros/amos. Dos mundos muy alejados, pero que tienen un hilo de unión en el culto al dinero. Porque son también los oprimidos, los que deciden aguantar. Muy demoledora resulta una secuencia inicial, en la que los empleados, acaban gritando ¡dinero!. Tras imaginar las generosas propinas que pueden recibir al llegar a puerto.

También, junto al culto al dinero, El triángulo de la tristeza refleja el culto obsesivo por la imagen. Personificado en la figura de los influencers. Una joven que pasa las horas haciéndose fotos. Llegando a fotografiarse mientras simula comer unos espaguetis, aunque sea intolerante al gluten. En un ejemplo, de la sociedad vacía que ocupa los peldaños del éxito social. No obstante, cuando el orden que permite a Yaya pensar únicamente en su bronceado se desequilibra, el constructo social se desmorona. Y aquellos que saben hacer cosas prácticas pasan a liderar al grupo.

De hecho, cuando estás en una situación límite los Rolex pasan a valer mucho menos que las habilidades para pescar. Un ejemplo que permite reflexionar sobre todas aquellas personas anónimas sin las que la cadena no funcionaría. ¿Qué sería del crucero sin nadie limpiara los váteres? ¿Qué sería del mundo si se valorara menos la especulación? Dilemas morales muy interesantes, que tristemente el realizador parece abordar desde una forma pesimista. Realista, pero desalentadora.

Triangle of Sadness filme
Copyright Distribuidora Avalon Distribución Audiovisual

Excesiva, pero muy interesante sátira

Junto a la crítica, El triángulo de la tristeza destaca por sus excesos conscientes. Desde un metraje muy largo, costumbre ya en el cine actual. Hasta algunas secuencias muy explícitas y escatológicas que quizás rechinan. En mi opinión, lo mismo podría haberse contado de forma más sutil. Sin embargo, el acertado conjunto quita importancia a esas partes muy enfatizadas. Además, puede decirse que su último capítulo pierde un poco la chispa de lo acontecido en el crucero. Aunque la forma en la que cierra el círculo resulta muy congruente con el tono amargo de la misma.

Después, mencionar algunas interpretaciones realmente convincentes. Como el siempre especial Woody Harrelson y una magnífica secuencia con Zlatko Buric. En lo que parece un reto a la cita más ingeniosa posible. Sin olvidar, el magnetismo de Dean y Dickison o el desparpajo de Dolly De Leon.

El triángulo de la tristeza película
Copyright Distribuidora Avalon Distribución Audiovisual

Conclusión 'El triángulo de la tristeza'

En resumen, El triángulo de la tristeza es una película que no deja indiferente a nadie. Una ácida sátira que intenta dinamitar el sistema de clases. Con un grupo de ricos, pasajeros de un crucero de lujo que acabará teniendo problemas tras una tormenta. El nuevo largometraje de Ruben Östlund vuelve a ponernos ante una serie de situaciones incómodas. Protagonizadas por personajes de moral dudosa y actos más que cuestionables.

Si bien peca en algunos momentos de excesiva y escatológica. Su tono muy acentuado resulta un arma estudiada que visto el conjunto no desentona. Porque pocas veces el espectador tendrá la ocasión de visionar una cinta tan corrosiva con nuestra sociedad. Una película que difícilmente provocará ese triángulo de la tristeza que le da nombre. Es decir, ese feo y poco estético gesto tristón que la moda y la sociedad de la felicidad constante prefieren arrinconar.

Reportaje de El triángulo de la tristeza en Días de Cine TVE

Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí