Infiesto es un thriller criminal ambientado en las zonas rurales de Asturias. Está dirigido por Patxi Amezcua (Séptimo, 25 kilates) e interpretado por Isak Férriz (Las distancias, La niebla y la doncella) e Iría del Río (El increíble finde menguante, Las niñas de cristal). Se estrena en Netflix el 3 de febrero.
Crítica de 'Infiesto'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Infiesto
Reparto
Isak Férriz (Inspector Samuel)
Iría del Río (Subinspectora Castro)
José Manuel Poga (El Demonio)
Luis Zahera
Patricia Defrán (Ayudante del comisario)
Año: 2023
Duración: 96 minutos
País: España
Director: Patxi Amezcua
Guion: Patxi Amezcua
Fotografía: Josu Incháustegui
Música: Sergio Moure de Oteiza
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Infiesto'
Sinopsis
Marzo de 2020. El primer día del estado de emergencia, dos inspectores de policía se personan en un pueblo minero asturiano tras la aparición de una chica que llevaba meses desaparecida. Enfrentados a un mundo que se desmorona y sus tragedias personales, los agentes pronto se dan cuenta de que el virus podría no ser la única amenaza siniestra que se cierne sobre ellos. (Netflix España)
Dónde se puede ver la película en streaming
Días de miedo
Infiesto presenta un marco cronológico general que nos lleva a unos días todavía cercanos y todavía dolorosos. El comienzo de una investigación policial coincide con la adopción del estado de alarma decretado en 2020 y por ende con los inicios de la pandemia. En un clima de miedo extendido, una joven dada por muerta reaparece en estado de shock y con señales de agresiones. Aunque inicialmente esperanzadora, esta noticia conllevará acto seguido una investigación con el propósito de encontrar al responsable del rapto de Saiosa, la chica recién aparecida.
Al frende de la investigación se ponen el inspector Samuel (Isak Férriz) y la subinspectora Castro (Iria del Río). Al ir tirando de una madeja de hilo más enrevesada de lo que parece, los policías descubren algo mucho más sórdido de lo que esperaban rondando por la zona donde se desarrolla la acción: los pueblos mineros de la montaña asturiana. La aparición de una catástrofe general como la pandemia, se emparenta y superpone con una de carácter particular como la investigación de un acto criminal con ramificaciones múltiples.
La elección de estas fechas para situar la acción obedece a añadir un componente dramático extra y también como catalizador de las acciones de los personajes. Los protagonistas no son inmunes y sus propias vidas se verán afectadas por la infausta expansión del Covid 19.
Mirando hacia thrillers oscuros
Infiesto tiene unas influencias que constituyen la semilla del resultado final. La estética sucia, oscura y nublada nos remite a thrillers del orden de Seven (1995). Si unimos esto a la importancia del ambiente y el paisaje rural, no exenta de supersticiones y folclorismos, vemos algo de la Trilogía del Baztán. También picotea de ciertas vibraciones de la primera temporada de True detective (2014), o La isla mínima (2014). Es decir, el común denominador podría ser la ambientación sombría, un tiempo atmosférico siempre basculando entre lo lluvioso y lo lúgubre, y un desarrollo de acontecimientos más o menos truculentos, mostrando una faceta oscura del ser humano.
Queda ver si todas estas influencias se han digerido debidamente y han conseguido dar lugar a una creación con entidad suficiente. Los resultados no dejan de ser muy tributarios, pero hay momentos interesantes. Si bien el guion va al grano y no tardamos en introducirnos en la historia, el inicio muestra algunas dudas. El inspector Samuel y la subinspectora Castro van rondando lugares, moviéndose de acá para allá en un pequeño carrusel de pistas e indicios algo funcionarial.
Según va pasando el metraje, la película parece como si fuese entrando en calor, e Infiesto va cogiendo entidad y contundencia. Por otro lado Patxi Amezcua, en un estilo que le viene al dedo, va sembrando el guion de giros e informaciones deconcertantes. No olvidemos su labor dirigiendo el apañado rompecabezas, con desaparición de niños incluida, de Séptimo (2013). O la coescritura también algo enrevesada de El aviso (2018). En cualquier caso, la resolución de algunas situaciones es forzada y tensa, quizá demasiadas veces, la suspensión de incredulidad.
Los paisajes de Infiesto
En Infiesto la intensidad emocional va subiendo enteros según avanza el metraje, en parte pon la coincidencia en algunas cosas de la trama policíaca con la del Covid, y también por la creciente exasperación de la pareja de investigadores. Un acierto del guion, a pesar de sus irregularidades, es que no es una película condencendiente y juega con elementos duros de llevar que tiene capacidad de impacto. Material sensible hay para ello. Una especie de contubernio de seguidores de la mitología celta que tiene en su punto de mira a los niños, entre otras cosas.
En la narración de la historia es importante el paisaje de Asturias. Los entornos de los pueblos mineros están fotografiados con gran esmero, mostrando una belleza intensa pero siniestra a un tiempo. La asociación de la naturaleza, bosques, etc, con lo oculto, lo amenazante siempre ha sido fertil. Un antecedente más remoto podría ser la magistral El cebo (1958), de Ladislao Vajda. Si a ello unimos la presencia de un folclore amenazante, el clima de misterio está servido. Hay que aceptar que no se trata de un recuros excesivamente original (véanse las influencias que hemos señalado arriba), aunque no se puede negar que se usa de manera efectiva.
La ambientación está cuidada en otros aspectos también, incluyendo la geografía humana, en detalles como los acentos o los fragmentos de bable insertados ocasionalmente en los diálogos. La parte más urbana también tiene relevancia; las calles desiertas, la profusión de ambulancias, etc. nos remiten a los duros momentos del confinamiento más estricto de 2020. Ello genera una desazón añadida que sin duda incumbe a un espectador, que recuerda perfectamente aquellos tenebrosos días.
Elenco de Infiesto
En Infiesto el peso actoral lo tienen casi completamente la pareja investigadora formada por Isak Férriz e Iria del Río. Un añadido importante en este tipo de películas es la química o el grado de complicidad entre los componentes de dicha pareja. En ese apartado la película resulta un tanto fría, no hay nada reseñable en la interactuación entre ellos, más allá de la indespensable. Ello no quiere decir que forzosamente haya que hacer una buddy movie, o que se deba establecer necesariamente un vínculo afectivo, pero el inspector Samuel y la subinspectora Castro a veces parecen compartimentos estancos.
En cuanto a las actuaciones individuales, las principales son interesantes a rachas. Isak Férriz da el do de pecho cuando las circunstancias llevan a su personaje al límite, quebrando la contención anterior, que a veces rondaba la frialdad. Iria del Río se contagia de la sobriedad imperante la mayor parte del tiempo, aunque no deja de presentar dignamente el rol de policía aguerrida, particularmente en algunos momentos postreros que casi recuerdan a El silencio de los corderos (1991).
Los personajes secundarios, en su vertiente malvada, tienen una tendencia a ser demasiado grotescos y exagerados en sus ademanes. La "sutileza" de sus apodos (El demonio, El profeta...) no hace presagiar un compendio de bondad, pero la plasmación es demasiado teatral. Tenemos, además, una aparición de Luis Zahera que, aunque breve, parece hecha a su medida.
Conclusiones de 'Infiesto'
Patxi Amezcua dirige de forma eficiente y con conocimiento de causa un oscuro thriller rural que tiene su mayor Talón de Aquiles en las abundantes referencias estilísticas, y en una historia no demasiado original. Puede apuntarse el tanto de una buena ambientación y de una cuidada fotografía, que sirve de marco a un guion irregular pero que no desaprovecha un par de oportunidades de lanzar un directo a la barbilla del espectador. Si además somos tolerantes hacia alguna inverosimilitud, Infiesto puesto ser una opción interesante para los fans de la intriga.
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