"La gran noche de los musicales": Lo que pudo ser

En La gran noche de los musicales tienes la oportunidad de disfrutar de un concierto en directo con los temas más relevantes del panorama musical internacional.

Cada noche, las grandes voces del teatro musical se reúnen para brindarte un recorrido por los musicales más emblemáticos de la historia. Acompañados de una orquesta formada por 10 músicos que interpretarán los temas más relevantes de la historia en un único espectáculo.

El reparto está integrado por actores, cantantes e intérpretes con amplio bagaje en teatro, cine y televisión, especializados en este género y con carreras ligadas a la música desde sus inicios.

El espectáculo está dirigido por un maestro de ceremonias, quien introduce cada pieza musical y sitúa al espectador históricamente para que disfrute esta experiencia con los cinco sentidos. (BEON ENTERTAINMENT). 

Conocer el género

Beon Entertainment sorprendió estas Navidades con dos propuestas que han llenado de música el Teatro Amaya. Una de ellas es La gran noche de los musicales, donde se realiza un repaso histórico por uno de los géneros teatrales por excelencia. Por ende, se hace un recorrido por temas míticos de montajes míticos como “Sonrisas y lágrimas”, “El fantasma de la ópera” o “Los Miserables”, entre otros. El libreto comienza de una manera interesante, viéndose un cariz de traspaso de sabiduría, lo que expresa un carácter formativo muy bien pensado. Sin embargo, esa primera toma de contacto acaba por diluirse ante un espectáculo que no busca mayor intención que el entretenimiento y hacer pasar un buen rato. El problema es que no consigue una base más sólida para ofrecer un relato más contundente, se queda en un escaparate artístico.

El elenco principal se forma por Gema Bastante, Alberto Vázquez, Maia Contreras y Julio Morales, quiénes también se convierten en maestros de ceremonias. En el caso de Bastante, comienza en un nivel notable, algo menos consolidada en los últimos números musicales que protagoniza, pero con buena solvencia. Alberto Vázquez y Julio Morales realizan un trabajo estupendo, no solamente por sus voces, sino también por una personalidad escénica atractiva. Asimismo, Maia Contreras hipnotiza por su carisma sobre las tablas, así como por una capacidad vocal de gran nivel. Por otro lado, el resto del reparto consigue un trabajo que cumple, aunque haya casos en los que deberían vigilar la entonación, darle mayor cuerpo a las voces y matizar la expresividad dramática. Por lo que, todavía pueden sacarle mayor jugo y madurar el proceso artístico.

Formato en evolución

A pesar de haber podido ver montajes de gran espectacularidad como “El médico, el musical”, Beon Entertainment apuesta por una estructura más minimalista, sin grandes grandilocuencias. No es de extrañar, dado que La gran noche de los musicales al ir por diferentes senderos, identificando cada musical, no puede permitirse cambiar de escenografía a la velocidad con el que surge este recopilatorio. Por tanto, ha sido una decisión acertada llevarlo por una sutil composición escenográfica. Por otra parte, el vestuario seleccionado podría haber seguido dicha estética, dado que hay escenas, como la de Bella, en la que intentan darle algo más de teatralidad y no consiguen el efecto deseado. Seguramente, a nivel estético y artístico podría dar un paso más allá, pudiéndose apoyar más en el juego de luces y en el movimiento.

El diseño de iluminación es uno de los apartados en los que mejor se mueve este espectáculo, dando momentos de verdadera emoción como en “El fantasma de la ópera”. También se agradece que se apoyen en el audiovisual, para transmitir ese formato parecido a los programas de televisión y establecer una línea común que dé coherencia a las distintas partes. Por otra parte, el espacio sonoro y la banda sonora no logran un resultado más regular, sino que mantienen una relación desigual, lo que deja un sabor de boca mejorable. Asimismo, hay que señalar que el desempeño del técnico de sonido fluctuó en algunos momentos, habiendo problemas con la microfonía y los niveles de audio. En consecuencia, la experiencia no logró lucirse en este apartado, lo que, al ser un musical, es un matiz a reflexionar.

Conclusión

La gran noche de los musicales parte de una idea interesante, donde ese repaso histórico con tintes formativos podría haber sido un camino a explotar. Sin embargo, el espectáculo acaba por difuminarse en una consecución de escenas, que no tienen mayor intención que el lucimiento. Además, la ejecución no es brillante, lo que hace que el resultado se quede a medio gas. Aun así, su elenco principal logra una labor exquisita, derrochando carisma por el escenario. Por otro lado, el apartado artístico y técnico no logra unir las piezas como debiera, quedándose en un nivel menor del esperado. Las luces iluminan un megamix de los mejores musicales que se diluye en una propuesta que debería buscar su potencial.

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