Leni es un filme de terror argentino escrito y dirigido por Federico Gianotti. Un mujer sufre terribles pesadillas tras superar una tortuosa relación sentimental. Las secuelas psicológicas le impiden dirimir entre la realidad y los monstruos del pasado.
Está protagonizada por Ailín Zaninovich(La Odisea de los Giles, Caballo de Mar), Francisco Macia, Natalia Santiago, Ana Balduini, Víctor Malagrino y Laura Casalongue. La película ha tenido su estreno en España a través de Filmin, dentro del Molins Terror 2020, el día 31 de octubre de 2020.
Pesadillas recurrentes y las secuelas de una violenta separación tienen a Leni al límite de su cordura. Para recuperar el control de su vida deberá enfrentar sus monstruos y desentrañar los traumas de un pasado que no logra recordar por completo. (LENI WEB OFICIAL).
Película argentina de presupuesto modesto que nos propone un relato de terror clásico, pero con un contundente trasfondo social. Leni es una chica que sufre unas terribles pesadillas que le impiden descansar adecuadamente por las noches. Todo deriva de un pasado trágico donde sufrió abusos familiares y una relación sentimental tóxica que ha resquebrajado su mente hasta hacerle confundir la realidad con los monstruos del pasado que le acechan.
El director debutante Federico Gianotti concentra todos sus esfuerzos en el perfilado de ese personaje central y su mundo interior. Leni está interpretada de manera convincente por Ailín Zaninovich. La actriz se convierte en una presencia magnética que sostiene los momentos donde el guion flojea. La sobreexposición de las pesadillas en imágenes es un recurso demasiado facilón en el cine de terror, especialmente cuando las apariciones surgen sin una motivación lógica en medio de situaciones cotidianas. En Leni ese recurso está justificado y tiene la obligación de sustentar toda la narrativa. Aunque las escenas oníricas están bien construidas, no siempre son efectivas y acaban saturando un poco al espectador.
La nueva ola del terror argentino
Leni es una película estimable dentro de sus limitaciones. Es interesante la interacción que tiene el aspecto psicológico con la acción. Se evitan los sustos gratuitos al dotarles de un contexto, ya que el miedo a los fantasmas es también un miedo físico real al maltrato sufrido en el pasado. Creo que esto se podría haber explorado mejor y con una mayor sutileza en algunos momentos. Por ejemplo, toda la parte final con el amigo abusador está tan pasada de rosca que pierde impacto, aunque se agradece el esfuerzo de dotar al terror de profundidad.
Leni forma parte de una corriente de cine argentino que ha emergido estos últimos años. Los jóvenes realizadores se adentran sin complejos en el cine de género, ya sea de una manera directa o indirecta. Gran parte de culpa de esta eclosión del terror argentino podría achacarse al éxito de la excelente Aterrados(Demián Rugna, 2017). Pero no es la única, hay muchas otras películas recientes como Hipersomnia(Gabriel Grieco, 2016), Luciferina(Gonzalo Calzada, 2018), Muere, monstruo, muere(Alejandro Fadel, 2018), Los que vuelven(Laura Casabé, 2019), La funeraria(Mauro Iván Ojeda, 2020) o Historia de lo Oculto(Cristian Jesús Ponce, 2020). Cada una a su estilo, ha colaborado en esa extra life del terror argentino.
Siendo Argentina un país que durante toda su historia ha apostado siempre por el terror y el fantástico, está claro que está viviendo un renacimiento de esa tradición en la actualidad. Habrá que tenerla en cuenta y hasta donde es capaz de llegar. Lenies una de las propuestas a destacar dentro de esa nueva ola del terror argentino.
Conclusión
Leni es un filme de terror argentino, escrito y dirigido por el debutante Federico Gianotti. Es una película sencilla y pequeñita, que se adivina realizada con pocos recursos. Su mayor virtud reside en una aproximación honesta al género desde el drama social. Su argumento se centra en una mujer acosada por los monstruos de sus pesadillas al igual que en la realidad cotidiana fue acosada en el pasado por monstruos reales. Esa dualidad entre realidad y ficción está bien plasmada desde el punto de vista de la mente escindida de la protagonista, interpretada de forma excelente por Ailín Zaninovich. Pasión por el género y una narrativa bastante consistente, dentro de sus limitaciones, convierten esta modesta propuesta en una buena oportunidad para que los espectadores se acerquen a la nueva ola del terror argentino.