Otra película presentada en la Sección Oficial del Festival de Cine de Donostia ha sido Los Destellos, escrita y dirigida por Pilar Palomero (La maternal). En ella aparecen los recuerdos, cuando la muerte se aproxima, como los sutiles destellos de toda una vida. Patricia López Arnaiz (20.000 especies de abejas, Nina) nos deleita con una sensible interpretación, la misma que muestra hacia su ex marido, Antonio de la Torre (El reino, La trinchera infinita), cuando decide acompañarle las últimas semanas de vida. Es la hija de ambos, Marina Guerola, quien por cierto debuta como actriz, el punto de unión entre ambos. Una hija cariñosa y responsable que siente la obligación de asistir a su padre que se encuentra solo, convenciendo a su madre para que haga lo propio.
La nueva pareja de Isabel, Julián López (Matusalén), se mantiene en un segundo plano para que ella pueda cumplir su poco deseado cometido. Al mismo tiempo, es la roca en la que aferrarse sin sucumbir ante los fantasmas del pasado. Estreno en salas de cine españolas el 4 de octubre de 2024.
Crítica de 'Los destellos'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los destellos
Título original: Los destellos
Reparto:
Patricia López Arnaiz (Isabel)
Antonio de la Torre (Ramón)
Marina Guerola (Madalen)
Julián López
Año: 2024
Duración: 101 min.
País: España
Director: Pilar Palomero
Guion: Pilar Palomero. Relato: Eider Rodríguez
Fotografía: Daniela Cajías
Música: Vicente Ortiz Gimeno
Género: Drama. Familia
Distribuidor: Caramel Films
Tráiler de 'Los destellos'
Sinopsis
La vida de Isabel da un inesperado giro el día en que su hija Madalen le pide que visite regularmente a Ramón, que se encuentra enfermo. Tras quince años alejada de su exmarido, un hombre al que ve como a un desconocido pese a que fueron familia durante años, en Isabel comienzan a reavivarse resentimientos que creía superados. Sin embargo, al acompañar a Ramón en su momento más vulnerable, Isabel conseguirá ver con otros ojos el fracaso que vivieron para centrarse en el presente de su propia vida. (Caramel Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un duro trance
Ya sabemos que nuestro paso por la vida es temporal, una obra que representar con introducción, nudo y desenlace. A veces es accidental, totalmente inesperada. Otras viene tras un proceso, más o menos largo, que permite volver la vista atrás para recordar los aciertos, los errores, si nuestras neuronas así lo permiten, claro.
Cuando es un familiar el que se está yendo, alguien querido o que lo haya sido, nos aferramos a ellos para cuidarlos y que no se sientan solos en ese trance. Algunos se sienten en la obligación de hacerlo, es lo que se espera de ellos, también en cierto modo para no reprochárselo a ellos mismos cuando se vayan. Pero hay personas que no se ven capaces de pasar por ello, bien porque el vínculo no es tan fuerte, bien porque es demasiado el dolor que padecen al ver el paulatino deterioro del que va a partir.
Los destellos muestra las dos caras diferentes de la moneda. La de la hija que siente un verdadero cariño y apego por su padre, y el de la ex mujer que no quiere implicarse en algo que ya pasó hace años. Se siente incómoda en ese brete que las circunstancias le presentan. Lo que ella no imagina es que va a ser liberador, algo luminoso para reconciliarse con el pasado.
Naturaleza sanadora
Los destellos está rodada en el Maestrazgo, para eso es maña Pilar, una histórica comarca a caballo entre la provincia de Castellón y la provincia de Teruel. La pareja formada por Isabel, Patricia López Arnaiz y Julián López, viven en el campo, rodeados por plena naturaleza.
Los árboles, el viento, el sol...todo ello produce serenidad y, en cierto modo, la idea de que la sabia naturaleza perdura en el tiempo. Una de las veces que Isabel lleva al campo a Ramón, su ex marido, la redención traspasa la pantalla. Ambos se dejan acariciar por los cálidos rayos de sol, dejando volar sus pensamientos que, irremediablemente, regresan a su pasado juntos. Es la conciliación en el último viaje de la vida.
Conclusión de 'Los destellos'
En Los destellos las miradas lo dicen todo; los gestos, las confesiones, los silencios, adornan la triste despedida de la que somos testigos desde la butaca de cine. La tímida y sensible personalidad de Pilar Palomero queda patente en esta bonita película que muestra la belleza del duelo.
Unos grandiosos Patricia López Arnaiz y Antonio de la Torre no podían haber logrado una atmósfera tan triste, pero tan luminosa a la vez. De nuevo, la hermosa naturaleza se convierte en otro personaje, tranquilo y seguro de sí mismo, imprescindible en todas las etapas de la vida del ser humano, y de la muerte.
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