Este año se cumple el primer centenario de la gran cineasta Argentina: María Luisa Bemberg. Nos ha dejado películas inolvidables como: “Momentos”, “Señora de nadie”, “Camila”, “Miss Mary”, “Yo la peor de todas” y “De eso no se habla”. Y dos lúcidos cortometrajes para la época, y para la actualidad ya que se siguen repitiendo los modelos, como: "Juguetes" (1972) y "El mundo de la mujer" (1976). Con este homenaje, abrimos una serie de varios artículos donde repasamos su filmografía. Recordémosla mirando sus películas.
El cine de María Luisa Bemberg
Pavimentando nuevas calles
Su cine nos lleva por nuevas calles, recién asfaltadas, llenas de inteligencia femenina nunca antes contadas y filmadas. Con una lúcida y fuerte intención por revertir la imagen de la mujer; sacándola de esas calles viejas, oscuras y llenas de pozos. Donde la mirada patriarcal la instaló como un objeto que interpretó, representó y asoció directamente a su mirada y al placer masculino.
Por eso fue fundamental y de valiosa necesidad, su mirada. La otra mirada que faltaba desde el inicio del cine, la opinión y punto de vista del otro 50% de la humanidad: la mujer.
Las mujeres de su cine
Las mujeres en el cine de María Luisa Bemberg patean un tablero heredado y organizado por sus antepasados y antepasadas. Deciden por ellas mismas y eligen vivir sus vidas, lejos de la impuesta por la familia y la sociedad. Pero no les será sencillo circular por esas nuevas calles recién construidas. Hay muchos que se niegan a aprobar los de registros de conducir y lo peor de todo, a poner luces.
Instalando y prendiendo luces
María Luisa Bemberg es una de esas ciudadanas pioneras que prendió la luz de esas nuevísimas e intransitadas calles, que hoy más que nunca están pobladísimas en el cine nacional argentino e internacional. Fue la portadora de la voz y deseos de las mujeres en un ambiente que parecía ciego y sordo a preguntas y reflexiones, y no por maldad de ninguna de las partes, sino por una arraigada y mala educación sobre los vínculos hombre/mujer.
¿Sino soy yo, quien?
No había otra opción. Tenía que ser una mujer la contara estas historias. Un hombre, nunca hubiera salido a defender lo que no sentía, ni entendía; porque es hombre y está muy bien que así sea y que tenga su mirada. A esa mirada importante del hombre, le faltaba algo fundamental desde el inicio del cine: la otra mitad. La opinión y la mirada de la mujer, y más en la época de María Luisa Bemberg que era una mirada de reojo, tanto para hombres como para mujeres.
Como dice Carl Jung en "Civilization in transition" que Victoria Ocampo cita en el número 326 de la revista Sur, en el especial llamado “La Mujer”:
"Cuando una monstruosidad social o psicológica se ha creado, se presenta una compensación desafiando todas las legislaciones y expectativas. Algo así está sucediendo con la mujer en este momento… Demasiadas cosas inadmisibles, demasiadas cosas que no se han podido vivir se acumulan en su inconsciente, y eso fatalmente producirá su efecto".
La Cineasta Argentina
La gran representante de las directoras de cine en Argentina que cambió el rumbo de nuestro cine. Logró en 10 fructíferos y profundos años de cine junto a Lita Stantic, filmar desenfrenadamente, lo que nunca se había contado en la historia audiovisual argentina. Filmó su primera película, casi a los 60 años y de ahí en adelante rodó 6 películas de forma continuada sin parar, hasta que falleció en 1995. Pensaba solo filmar, decía que había empezado tarde, que ya no tenía tanto tiempo y que tenía que aprovecharlo: …filmar…
Como dijimos más arriba, todas sus historias son historias de mujeres que patean tableros y ya nada vuelve a ser como antes. Personalmente, no creo que sea solo un cine feminista, habla de los vínculos deformados tanto del hombre como de la mujer, y como ambas partes aceptan (hasta el momento del quiebre) sin cuestionar, formatos de vida heredados.
Los hombres de María Luisa Bemberg
Aunque no vemos, que le sucede al personaje de Miguel Ángel Sola en Momentos, algo se modificó en él para siempre. En Señora de nadie, tampoco vemos que pasa con el marido de Leonor, pero la mirada fija del personaje de Rodolfo Ranni, cuando sale del aeropuerto, nos dice que ya él, no es el mismo hombre.
La mayoría de los hombres con pensamiento propio, sentido común y valor por la vida, en Camila, luego de la atroz decisión, se modifican para siempre. Los hombres de Miss Mary, son los únicos quizás, que no tienen un cambio importante. Esa película, tal vez por ser autobiográfica, no mostró una evolución o que algo se modificara, quizás porque ella misma lo vio así al ser tan cercana.
En Yo la peor de todas definitivamente todos los hombres religiosos se ven modificados por el accionar de Sor Juana. Aunque el personaje fracasa en su libertad y opinión, ya que ella misma firma con su propia sangre, el título de la película. Y finalmente en De eso no se habla la mirada de todos los hombres frente a “una mujer distinta” (siempre remite al título de la película) la miran con sorpresa, sonriendo o con pena, pero nunca aceptando que puede ser distinta.
Una mirada filosa y extremadamente inteligente de María Luisa Bemberg nos deja al descubierto, como una sábana que se levanta de algo que hasta ese momento, se nos tenía prohibido ver y obviamente, pensar. Todas estas situaciones cotidianas (en forma de metáforas audiovisuales) siempre nos dejan pensando y nos remiten a lo que citamos de Jung.
El tiempo de la voz en el aire
Sin interrupciones y sin ser sometida a la mirada de reojo del escrutinio masculino, dando la posibilidad de dar una visión completa femenina. Sus películas son una forma de encontrar la respuesta audiovisual a preguntas que se venían formulando hace mucho tiempo en charlas, libros y artículos; que quizás solo estaba al alcance de una parte de la sociedad. María Luisa Bemberg logra poner todo eso, al alcance de todos y todas, en un formato popular y accesible, como lo es el cine.
Sus guiones buscan encontrar la tan añorada armonía, una mirada comprensiva, equitativa. Y hay algo sonoro, que llama la atención. En sus películas hay un registro sonoro de más tiempo de “la voz femenina” y no tanto la voz de hombres, que son los siempre llevan la historia y la voz del saber. Se han hecho estudios, donde se corrobora estadísticamente que la voz de la mujer en la historia del cine nacional y mundial, es muy inferior al 50%.
Forcinito, el análisis de la voz de Bemberg
El 35° Festival de Cine Internacional de Mar del Plata en el año 2020 editó una compilación sobre MLB. Hay un pasaje que me parece fundamental a la hora de entender los cambios fundamentales del punto de vista y sonoro que aportó su cine. Ana Forcinito, gracias por explicarlo tan lucidamente.
“...Kaja Silverman, da el ejemplo de la voice over de los documentales, con voces recurrentemente masculinas. Para Silverman las mujeres quedan siempre relegadas a su imagen corporal (a través de la sincronización cuerpo-voz) mientras que las voces masculinas acceden a la trascendencia y al saber. "...en el trabajo que hace Bemberg, en el cual se nota una afirmación de la trascendencia de la voz de las mujeres así como un uso doble de la voz femenina. (Tanto voice over, como la hablada). Desplazan el monopolio masculino de la trascendencia de la voz…"
Algunos análisis son tan fundamentales como las películas mismas, ya que prenden luces en esas nuevas calles y en esas casas que estuvieron construidas desde siempre, pero a las que se les negaba electricidad.
Conclusión de 'María Luisa Bemberg'
Para homenajearla, publicaremos una serie de artículos (este es el primero) con algunas de sus películas como guionista y directora. Es importante que las nuevas generaciones, y no solo de cineastas, conozcan la mirada tan definida y concreta de una cineasta, como dice la compilación del 35 Mdpff: “...una cineasta visionaria que modificó para siempre el cine argentino…”
Más información en http://www.marialuisabemberg.com/
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