Mariano Rochman dirige y escribe Noches de hotel, obra teatral protagonizada por Xoel Fernández, José Bustos, Sauce Ena y Elena Rey. La idea general de este proyecto está formada por cuatro partes que pueden ser, o no, correlativas en el tiempo. La inspiración de la obra está generada por cuentos de Raymond Carver, Adolfo Bioy Casares y los cuadros de Edward Hopper. Los domingos a las 19:30 hasta el 26 de enero de 2020 en los Teatros Luchana.



Noches de hotel

Crítica de 'Noches de hotel'

Ficha Técnica

Título: Noches de hotel
Título original: Noches de hotel

Reparto:
José Bustos (Hugo)
Sauce Ena (Victoria)
Xoel Fernández (Álex)
Elena Rey (Elena)

Duración: 75 min
Dirección: Mariano Rochman
Dramaturgia: Mariano Rochman
Escenografía: Juan Sebastián Domínguez
Vestuario: Guindalera
Iluminación: Raquel Rodríguez
Operación técnica: Sergio Guivernau
Diseño gráfico: Raquel Rodríguez
Fotografía: Raquel Rodríguez & Mayte Romero
Distribución: Mara Bonilla Distribución
Género: Comedia dramática
Productora: Doble Sentido Producciones

Tráiler de 'Noches de hotel'

Sinopsis de 'Noches de hotel'

Cuatro noches de hotel desordenadas en el tiempo. Cuatro personajes in- tentando encauzar sus vidas después del fracaso en buscar un ideal que acaba dejándolos insatisfechos.

En Noches de hotel nada es lo que parece, nadie es completamente ino- cente ni culpable. Aquí los encuentros acaban en desencuentros o derivan en situaciones inesperadas y cómicamente absurdas, tal vez como la vida misma.

Una comedia dramática o un drama muy cómico. (TEATROS LUCHANA).



Noches de hotel
Foto de Doble Sentido Producciones

Tras la puerta del amor

El guion de Noches de hotel realiza un ejercicio de actividad creativa en los espectadores. La obra teatral de Mariano Rochman es influida por una especie de “Escoge tu aventura”, que tantas historias sorprendentes ha revelado a lo largo de este formato a los espectadores. En este caso, no propone una sucesión de posibilidades infinitas, sino que expone dos tipos de opciones y de esta forma, inventa un ejercicio para encajar en esta historia emocional a cada personaje en su momento. No se puede negar que Rochman ha sabido utilizar este juego de percepciones a su favor y sin ir a la complicación innecesaria. Invita a los asistentes a este entresijo amoroso, sin perderse en encrucijadas. Todas las opciones son válidas y la razón no es otra que el espectador es el que elige los mecanismos que los une.

Dejando la concepción espacio-temporal del libreto, la historia muestra a cuatro personajes que se verán marcados por las habitaciones de hotel y lo que se desarrolla en ellas. El dramaturgo ha sabido fabricar un recorrido sentimental muy interesante, en el que se exponen no solamente las flaquezas del sentir, sino también el bagaje propio y las trabas emocionales que cada persona guarda en sí misma. Ningún personaje se basa en un estereotipo, sino que representan una naturaleza de cómo las relaciones se complican, sin juzgar, simplemente buscando entender qué se esconde detrás de las flaquezas que les llevan a estar en dicha situación. La pasión, el miedo, la confianza, la frustración... Un conglomerado sensitivo que les da profundidad tanto a los personajes, como a las situaciones que viven.

Foto de Doble Sentido Producciones

Todos a una

El reparto de Noches de hotel está formado por Xoel Fernández, Sauce Ena, Elena Rey y José Bustos, los cuatro actores son los encargados de convertirse en Alejandro, Victoria, Elena y Hugo, respectivamente. En primer lugar, Fernández muestra una versatilidad en escena. Se aplaude su evolución durante la obra siempre. Va de menos a más. El actor maneja esa comedia inherente en él, sin tener que recurrir a un humor más físico. La expresividad corporal y facial está muy trabajada, dando una gran muestra de su trabajo actoral. Muy natural y con fuerza escénica. Por otro lado, José Bustos otorga una energía distinta, que equilibra a la acción. Recorre esa transformación más comedida hasta un efecto más impetuoso. Conecta con la personalidad de su personaje y se transforma sin interrupción en él.

Luego, Sauce Ena es una muestra de calidad interpretativa en escena con esta obra. La actriz llega a esa vorágine de sentimientos tan contradictoria, que le permite exprimir al máximo su exposición actoral. De forma incesante, transmite las sensaciones que va viviendo su personaje, una elegancia en escena que se agradece. Delicada, pero vigorosa. Controla constantemente el nivel pasional que da en cada situación, sin dejar nunca la comedia aparte. Por último, pero no menos importante, Elena Rey se mete de lleno en la piel de su tocaya. La actriz es ese punto picante y dinámico que ilumina la escena. Cumple a la perfección la coreografía dramática que se expone encima del escenario, domina la verborrea que hay detrás de su personaje y le da una identidad propia. Los cuatro manejan una química espectacular y constituyen una sinergia muy orgánica.

Foto de Doble Sentido Producciones

Debajo de las sábanas de la piel

Juan Sebastián Domínguez ha sido el encargado de crear la escenografía de Noches de hotel. El diseño de la puesta en escena aprovecha completamente el espacio, consiguiendo sacar partido a una propuesta minimalista, pero no falto de contenido. El atrezzo recrea excelentemente lo que es una habitación de hotel. Lo mejor de todo es que va convirtiéndolo en un espacio imprescindible, que termina por calar entre los espectadores. Esa metáfora visual de lo que esconden las sábanas de los hoteles y la energía que queda en ellas. Además, hacen colaboradores a los asistentes con varios componentes y objetos del escenario. Aprovechan los fueras de escena, permitiendo que las transiciones dentro de la sala no ralenticen el ritmo y se produce de una forma muy efectiva, asimismo, les permite lucirse a los intérpretes ante el público.

Hay que reconocer la gran dirección actoral por parte de Mariano Rochman, además de haber sabido ejecutar perfectamente el conjunto. Es interesante ver el movimiento entre los personajes, esa interactividad con los espectadores y la intención de mostrar los pensamientos como aspecto expresivo sin que chirríe. Los comentarios en “off” dan todavía más conexión con los espectadores, además, de otorgar el alivio cómico y 'gags' pertinentes. Luego, el hilo musical le posibilita enlazarlo con esa esencia, a veces equívoca, de esa nube de seducción que se posa alrededor de los hoteles. Visualmente les permite sacar partido al libreto que hay, dando un resultado más que notable sobre lo que se ve en las tablas. Transmite todo el tiempo la personalidad no solo de sus personajes, sino de todo lo que viven. Es una metáfora de la dificultad de las relaciones, abriendo el debate posterior.

Noches de hotel
Foto de Doble Sentido Producciones

Conclusión

Noches de hotel es una obra teatral que hace partícipe a los espectadores continuamente. Un guion muy bien organizado en el que se plantea la dificultad del sentir y la complejidad de las relaciones humanas. Cuatro actores en estado de gracia, deslumbran y fundan una sinergia muy potente en escena. El montaje de la obra es muy dinámico, llegando a conectar con el público en todo momento y dando un resultado visual muy efectivo. Una noche entre las sábanas de la emoción en la que el mayor reto es ir hasta las entrañas sensitivas y dejarse llevar por lo que percibe cada uno de los asistentes, quedando totalmente conquistados por esta historia a cuatro bandas.

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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
noches-de-hotel-critica-teatroEs una obra teatral que hace partícipe a los espectadores continuamente. Un guion muy bien organizado en el que se plantea la dificultad del sentir y la complejidad de las relaciones humanas. Cuatro actores en estado de gracia, deslumbran y fundan una sinergia muy potente en escena. El montaje de la obra es muy dinámico, llegando a conectar con el público en todo momento y dando un resultado visual muy efectivo. Una noche entre las sábanas de la emoción en el que el mayor reto es ir hasta las entrañas sensitivas y dejarse llevar por lo que percibe cada uno de los asistentes, quedando totalmente conquistados por esta historia a cuatro bandas.