“Queen Lear”: ¿Y si el rey fuera mujer?

Queen Lear nos presenta a Goneril, Regan y Cordelia, hijas de la reina Lear, que reciben la inesperada noticia de que su madre ha decidido librarse del peso de la corona y repartir el reino entre ellas. A cambio de tanta generosidad, pide tan solo respuesta a una perversa pregunta: ¿Quién de vosotras me ama más? La negativa de Cordelia a participar en este peligroso juego de halagos y mentiras desencadena la furia de Lear que, abandonando a la caridad del rey de Francia a su hija menor, reparte su herencia entre las otras dos a condición de ser acogida por ellas, junto a sus cien caballeros, por turnos mensuales. Pero el inexorable destino se irá encargando de desvelar la verdadera naturaleza de cada una y demostrará que las reglas del poder también pueden ejercerse desde un nuevo y revolucionario lugar: el corazón. (TEATRO ESPAÑOL). 

El cuento de las tres hermanas

Goneril (Sara Rivero), Regan (Marta Guerras) y Cordelia (Amaia Sagasti) han sido convocadas por la reina Lear, su madre, (Mona Martínez), para desvelarles una crucial decisión. En la espera, las tres hermanas muestran su carácter. Goneril y Regan, las mayores, son insolentes y deslenguadas. La joven Cordelia se muestra reservada y prudente. Pronto la reina pondrá fin a la fiesta, explicando su determinación. Abdicar y repartir entre las tres hijas el reino, con una condición. La cantidad de poder será proporcional al amor que cada una sea capaz de expresar. Este es el detonante que pone en marcha una arrolladora historia de traiciones, intriga, locura y muerte.

La premisa es, por tanto, similar a la de la obra original de Shakespeare. Juan Carlos Rubio y Natalia Menéndez apuestan por reformular el género de Lear, cuestionando así el mito desde una perspectiva feminista. El autor explica esta importante decisión escénica en el programa de mano: “La invisibilidad histórica de la mujer (salvo contadas excepciones) es un error palpable y, al menos en el teatro, subsanable. Y me reconforta dedicar parte de mi trabajo a enmendar los hechos, a “fabular” sobre otros universos que, aunque no hayan sucedido en la vida real, suceden en esa vida alternativa que es el escenario.”

Pero este no es el único cambio. También se transmuta el conde de Kent (Beatriz Argüello). Y desaparecen los personajes masculinos, excepto Edmon (Lander Otaola) y el rey de Francia (Alberto Jo Lee). Los personajes femeninos adquieren así una mayor relevancia en un texto que sintetiza el original.

Revisión woke de los clásicos

Como espectadores, acostumbrados ya a esta revisión woke de las viejas historias, nos preguntamos qué nos aporta esta Queen Lear más allá de la tendencia que imponen las redes y los algoritmos.

Mona Martínez ofrece una interpretación del personaje llena de fuerza y dignidad. Su injusticia nos interpela. Su debilidad nos emociona. Se ha evitado dotarla de rasgos estereotipadamente femeninos, como la ternura maternal. Lear, más allá del género que se le otorgue, sigue siendo un ser humano doblegado por el peso de la traición, del error y de la culpa.

Beatriz Argüello, que interpreta a la fiel Duquesa de Kent y al bufón, nos ofrece los momentos más sobrecogedores. Su presencia llena el escenario de nobleza y gravedad. También es destacable la interpretación de las tres hermanas. Las tres actrices, Sara Rivero, Marta Guerras y Amaia Sagasti, se complementan y matizan.

La universalidad de El rey Lear está más allá de toda duda. Akira Kurosawa ya se sirvió de esos mimbres para ofrecernos en Ran la tragedia de Hidetora Ichimonji. Y funcionó. De hecho, ¿podemos sospechar un guiño a esta versión en el personaje interpretado por Alberto Jo Lee? Queremos pensar que sí.

Una puesta en escena elegante y arriesgada

En el apartado técnico, todo está cuidado al detalle en Queen Lear. La escenografía (Alfonso Barajas) apuesta por los ocres y las texturas sólidas, que dan al conjunto un acabado muy elegante. El vestuario (Alberto Valcárcel) cuida que los colores, las caídas y la geometría de los atuendos responda a la personalidad de los personajes, en un diseño que evoca el pasado pero integra elementos de modernidad. El mismo fin persigue la música (Luis Miguel Cobo), con potentes temas de los siglos XX y XXI. El resultado es armónico y tremendamente sugerente.

Conclusión

Queen Lear es un poderoso relato sobre la ambición y el poder, que mantiene la línea argumental básica del original de Shakespeare, para explorar el mito desde una nueva óptica. Los aciertos de este montaje radican en un sobresaliente trabajo actoral, en una puesta en escena y un ritmo enérgicos y en una adaptación del texto que se adecúa a los interrogantes del siglo XXI. Lear vuelve a conmovernos sobrepasando una vez más géneros y fronteras.

Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM