Sharon Fridman estrenó el pasado 17 de septiembre de 2020 su nueva creación: Dosis de paraíso. Sin duda, el coreógrafo supo sumergirse en la emoción y el sentimiento, a través de un espectáculo de danza que busca la introspección acerca de las relaciones interpersonales. Para ello, contó con Melania Olcina y Arthur Bernard Bazin como principales protagonistas de la obra. También estuvo Ofer Smilansky, conocido artista visual, para realizar la creación de los efectos visuales. La obra estuvo en la Sala Max Aub del 17 al 19 de septiembre de 2020, dando el pistoletazo de salida a la gira que recorrerá distinta localidades nacionales e internacionales.
En Cinemagavia hemos tenido la oportunidad de entrevista a Sharon Fridman, director y creador de Dosis de paraíso. En primer lugar, nos ha contado cómo fue el proceso de creación del espectáculo y por qué se decantó por la estética que se presenta en escena. Además, nos explica cuál es el papel del espectador en la función y ese juego de percepciones y emociones. También nos desvela partes del proceso de la obra y si este despliegue de sensibilidad es accesible para todo tipo de públicos. Por último, nos confiesa si cree que se valora lo suficiente la danza y cuál va a ser el recorrido de Dosis de paraíso tras su estreno en Madrid.
Entrevista a Sharon Fridman
Resumen
Diego Da Costa/Cinemagavia: ¿Cómo surgió Dosis de paraíso?
Sharon Fridman: Este proyecto surgió de la necesidad de seguir explorando nuevos campos, con el objetivo de encontrar un espacio preciso, que me hiciera sentir que encontré algo nuevo.
De otro lado, a nivel composicional, estoy comprometido con mi búsqueda. Llegué al punto de necesitar explorar el contacto y su presencia en las acciones diarias, en la vida de una pareja. El espacio digital surgió de una colaboración con Ofer Smilansky, músico y artista visual, que, juntos, encontramos un elemento que nos permitió generar espacios proyectando en el aire.
Trabajamos en una residencia técnica y creativa en Teatro Francisco Rabal, en Pinto, que nos permitió hacer este proceso de exploración y creación.
D.D./CG: ¿Por qué te decantaste por este tipo de estética tan personal?
S.F.: Porque busqué un espacio que pudiera transmitir lo que pasa en mi corazón. Un espacio que contara las emociones, o los paisajes interiores.
D.D./CG: ¿Siempre estuvo pensado para ser un ejercicio de percepciones, desde el sentir?
S.F.: Si, yo quería poder saltar en la línea del tiempo, del pasado al futuro y de vuelta al presente. Lo que pasa dentro de nosotros cuando vivimos una situación, como la unión de la pareja, y, a la vez, vives el miedo de la soledad, o ya imaginas la ausencia de alguien querido, aunque esté a tu vera. Y todo a través del viaje emocional.
El papel del espectador
D.D./CG: El espectador juega un papel fundamental, dado que es él quién tiene el poder de activar sus motivaciones detrás de lo que ve, pero, ¿tú tienes tu propia explicación de la obra o no hay una intención concreta?
S.F.: Sí, yo siempre tengo mi línea dramatúrgica, que da la posibilidad al espectador de seguir algo sin conciencia, hasta un punto que está tocado, a partir de este momento el espectador empieza a construir su visión.
Me gusta mucho que el espectador tenga que hacer algún esfuerzo personal para avanzar. Hay que dar un paso adelante y significa tomar la decisión. No existe nada en nuestra vida que no tenga sentido. Es mi filosofía y la base de mi ser.
D.D./CG: ¿Cómo fue la creación de la coreografía y la escenografía?
S.F.: Fue mucha práctica de patrones para poder generar villas casi automáticas. Cuando ya lo conseguimos, empezamos a trabajar la transformación del estado, dentro de estos patrones.
En este paso, es cuando vivimos que cada acción cambia su sentido, cuando le das un tiempo diferente. Una caricia en la cara muy rápida se convierte en una torta en la cara. Trabajamos con esta idea y nos llevó a poder realmente pasar con este patrón por diferentes memorias de esta pareja.
D.D./CG: ¿Crees que ese despliegue de sentimientos y de sensibilidad es accesible para todo tipo de públicos?
S.F.: Creo que todo es para todos. Creo que tiene accesibilidad. Todo lo que pasa enfrente de mí, me enriquece. Es belleza, es imaginación, es conceptualización, es parte de la vida.
El sentimiento y la danza en Sharon Fridman
D.D./CG: Se puede ver que la palabra no es necesaria para expresar esa vorágine de sensaciones, ¿dónde reside el poder de la danza para dar rienda suelta a toda esa expresión?
S.F.: El poder de la danza es esta conexión directa con el sentimiento, con tu cuerpo. El sistema emocional va más rápido que el mental. Con la danza, conseguimos hacer que tu mente busque las razones de los sentimientos que estás viviendo. Así, estás en manos de tu paisaje emocional, ¡que en él, creo más!
D.D./CG: ¿Crees que no se valora lo suficiente la danza en el mundo de las artes, que se le da mayor foco a otras disciplinas?
S.F.: No sé si no se valora, cuando pienso en movimiento, pienso en la base de todo. Yo vivo de la danza toda mi vida, y me da totalmente igual. Entiendo mejor la vida a través del movimiento y la reflexión composicional.
D.D./CG: Estrenamos en tiempos complicados y de incertidumbre, ¿qué es lo que has sentido al ver tu obra con público y en estas condiciones?
S.F.: Empezaré con que la vuelta al teatro fue emocionante. Los técnicos, los bailarines... Todos con ganas de volver a hablar y comunicar ideas. Ver el público también me afectó mucho. Era como volver atrás en el tiempo, de repente, ¡un rincón dónde estamos todos con la necesidad de estar!
D.D./CG: ¿Cuál va a ser la trayectoria de Dosis de paraíso tras su paso por las Naves del Español?
S.F.: Dosis de paraíso seguirá en Danza Gijón, el 21 de octubre, en Danza Valencia, el 15 de noviembre y el resto de las actuaciones las hemos desplazado a 2021. Entre ellas, Cádiz, Teatros del Canal, Madrid, Colombia y Alemania. ¡Empezamos un camino!
Puedes leer la crítica de Dosis de paraíso, espectáculo creado por Sharon Fridman, pulsando aquí.
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