Pedro Pérez Rosado vuelve a las salas de cine con Una mujer con unas alas tremendas, bajo un guion de Lilian Rosado González. Para este film, ha contado con Victoria Salvador y Juli Mira en los papeles protagonistas, mientras que para los personajes secundarios ha seleccionado a Eva Lezcano y Paco Alegre. Además, estuvo presente en la Mostra de l'audiovisual Valencià 2020 el pasado 27 de junio de 2020. Su estreno en cines es este 23 de octubre de 2020.



Una mujer con unas alas tremendas

Crítica de 'Una mujer con unas alas tremendas'

Ficha Técnica

Título: Una mujer con unas alas tremendas
Título original: Una dona amb unes ales tremendes

Reparto:
Victoria Salvador (Rosa)
Juli Mira (Honori)
Eva Lezcano (Sara)
Paco Alegre (Floristero)

Año: 2019
Duración: 85 min
País: España
Dirección: Pedro Pérez Rosado
Guion: Lilian Rosado González
Música: Alberto Tarín
Fotografía: Carlos Pérez Gasco
Género: Drama
Distribución: La K de Cine

Filmaffinity

Sinopsis de 'Una mujer con unas alas tremendas'

Una mujer con unas alas tremendas nos muestra cómo desde que se conocieron, Rosa y Honori decidieron no separarse nunca el uno del otro. Treinta años más tarde, Rosa es detenida por la policía acusada de la muerte de Honori. (K DE CINE).

Dónde se puede ver la película



Una mujer con unas alas tremendas
Foto de K de Cine

El amor como el vino

Lilian Rosado González se lanza al largometraje con una historia llena de humanidad y sin buscar una complejidad dramática excesiva. Por esta razón, sabe lo que quiere en Una mujer con unas alas tremendas, que es dar voz a un relato ligero, pero lleno de un sentimiento puro y luminoso. Igualmente, no cae en la empalagosidad que hubiera edulcorada el guion, sino que lo expone con un realismo de a pie que no se ve normalmente en las películas. De esta manera, echa mano de un costumbrismo personal e intimista, que deja un reflejo emocional de las vivencias de los dos protagonista. Asimismo, juega con una intriga que casa a la perfección con la intención de dejar patentes ese bienestar y esparcir esa atmósfera hasta el final de la película, con un detalle muy singular.

Afrontar y hablar sobre la muerte suele ser un tema difícil de exponer, en especial cuando se quiere plantear desde un lado positivo. Con lo cual, el gran reto era ofrecer una respuesta ante lo que supone una despedida tremendamente espinosa, pero a la vez no caer en un positivismo exacerbado. Sin duda, lo consigue con este film, dado que se comprende ese rompecabezas interior, que se sublima en un feel-good ameno. Sin embargo, hay partes de la narración que se ven algo más forzadas, como la conexión con el personaje de Sara. En consecuencia, deja caer un oportunismo que resta verosimilitud al gran potencial de su mensaje principal. Aun así, el resultado es favorable, pero podría haber sido aún más gratificante. De esta forma, deja una buena sensación en el público, dejando patente la corriente de cine valenciano que investiga sobre lo cotidiano.

Una dona amb unes ales tremendes
Foto de K de Cine

Una pareja tierna

Uno de los factores que llama la atención es haber contado con tan solo cuatro actores. Incluso, realmente, quienes construyen Una mujer con unas alas tremendas son Victoria Salvador y Juli Mira. En primer lugar, Salvador es la principal voz de la película, soportando absolutamente la mayor parte del peso dramático. A pesar de ello, sale airosa y demuestres ser una actriz con todas las letras. También se valora que haga tan natural todos los recursos que utiliza, las expresiones y hasta algún que otro aspecto sobre la manera de moverse sobre la escena. Gracias a este despliegue expresivo, permite conectar con un efecto más familiar y delicado. De esta manera, consigue contrastar con esa fuerza escénica, donde relajadamente va desarrollando una tranquilidad exacta. A ello hay que mencionar la gran química que derroche con su compañero de reparto.

Recogiendo el testigo, Juli Mira forma un combo muy orgánico con Salvador, lo que hace que verlos cree una conexión directa con el imaginario que se puede tener de una pareja de antaño. La razón es que no dejan que se forme un planteamiento interpretativo basado en el cliché de las relaciones de pareja. Después, Mira tiene un brillo distinto, que hace que su actuación no pase desapercibida. No hay una razón explícita, sino que habla desde una verdad tan sincera como sencilla. Por este motivo, hace un ejemplo perfectamente gráfico de que a veces menos es más. Por último, Eva Lezcano y Paco Alegre son participaciones más anecdóticas, aunque la primera tiene más tiempo para lucirse en pantalla. Únicamente, Lezcano navega en una visceralidad que no termina de fluir.

Una dona amb unes ales tremendes
Foto de K de Cine

Íntima y cotidiana

Las primeras secuencias de Una mujer con unas alas tremendas dejan esa sensación de estar ante una película pequeñita, pero que se expande por el mimo que le dan desde su forma de afrontarla visualmente y técnicamente. Para comenzar, no hay muchos escenarios en el film, pero dan esa sensación de libertad, con poder a los exteriores y a lo que supone la transmisión de toda esa paz. Al igual que en una de las escenas, los espectadores acaban abrazando la árbol de la cinta y escuchan con atención esa tranquilidad que se promulga. Dicho de otra manera, visualmente lleva al público a un influjo de desconexión y de relax cinematográfico, que regala un poso de reflexión afable y sutil. También se comprueba en la selección de colores, con una viveza muy clara, que dan ese sabor a la vida y de celebración de lo que supone.

Por otro lado, el montaje se mueve en una vuelta de atrás hacia adelante, para dejar ese aire de misterio sobre cómo se llega a la situación inicial que se expone. Al principio funciona eficazmente, pero pronto por el desarrollo del guion se revela las verdaderas intenciones. Aun así, sigue ofreciendo un ritmo tranquilo, donde no hay grandes sobresaltos y se une a naturaleza más cercana a lo que podría suponer un paseo por un parque en un día de descanso. No obstante, la composición sonora podría fallar en algunos puntos, ya que se entiende que es lo que se pretende, pero saca un poco de la sinergia que se crea previamente. Por lo cual, no triunfa en la combinación entre imagen y música. Por último, el final es una metáfora que satisface gratamente a una parte de los espectadores, pero podría ser incompleta para otros.

Una mujer con unas alas tremendas
Foto de K de Cine

Conclusión

Una mujer con unas alas tremendas es una película que deja un buen sabor de boca y tiene una fuerza muy natural. El guion recoge una historia humana a la par que sencilla, que triunfa en los detalles más cotidianos y emocionales. Su mensaje se aborda desde una positividad certera. No obstante, se pierde en algunas tramas secundarias que no aportan demasiado, que menguan el efecto de la historia principal. Victoria Salvador y Juli Mira son entrañables, naturales y una muestra de pura interpretación desde lo cotidiano. Por otra parte, a nivel visual, deja una sensación de tranquilidad exquisita, que se une a un ritmo ameno y agradable. Un paseo por las vivencias del adiós, donde el olvido se resuelve con una buena dosis de feel-good familiar.

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
una-mujer-con-unas-alas-tremendas-criticaDeja un buen sabor de boca y tiene una fuerza muy natural. El guion recoge una historia humana a la par que sencilla, que triunfa en los detalles más cotidianos y emocionales. Su mensaje se aborda desde una positividad certera. Se pierde en algunas tramas secundarias que no aportan demasiado, que menguan el efecto de la historia principal. Victoria Salvador y Juli Mira son entrañables y naturales. A nivel visual, deja una sensación de tranquilidad exquisita, que se une a un ritmo ameno y agradable. Un paseo por las vivencias del adiós, donde el olvido se resuelve con una buena dosis de feel-good familiar.

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