"Cortina rasgada": La adrenalina oculta

Cortina rasgada nos presenta a Michael Armstrong (Paul Newman), un físico norteamericano que viaja a la República Democrática Alemana con Sarah Sherman (Julie Andrews), su novia y secretaria. Una vez allí, decide solicitar asilo político. En realidad, ha fingido ser un desertor y traicionar a su patria con el fin de acceder a un prestigioso investigador de la Alemania Occidental, y poder así obtener datos sobre una peligrosa tecnología nuclear soviética. (FILMIN).

Donde se puede ver la película

Una inoportuna llegada

Para Alfred Hitchcock no fue una total grata experiencia rodar Cortina rasgada, en especial, por los problemas que se desarrollaron por las elecciones impuestas por Universal Pictures. Sin embargo, es innegable que el guion de Brian Moore trae una historia llena de suspense, con una multitud de situaciones que mantienen en vilo al espectador en todo momento. Por lo cual, se puede ver un relato en el que se expone como tema principal la famosa rivalidad entre Estados Unidos y la URSS, pero lejos de quedarse ahí, ofrece una compleja telaraña de misterios que llevan a una red de giros interesantes. Aún así, hay ciertos momentos en los que se echa en falta una complejidad tan presente en otras grandes obras de Hitchcock. Aunque hay un análisis que impacta al espectador de la politización del mundo, sin dejar el thriller en ningún momento. 

El carácter de los personajes que intervienen en ella es muy marcado y eso le permite saber crear unas personalidades con algunos matices, pero en los que se ve claramente su intención. En consecuencia, cada una de las piezas conforman un ecosistema de espionaje, que hacen que nadie pase inadvertido. Sumado a ello, hay un planteamiento excelente en cuanto al movimiento narrativo y la manera de terminar de perfilar la acción en todo momento. Únicamente hay alguna problemática que aparece sin una justificación orgánica y puede que irrumpa abruptamente, pero hay maestría a la hora de adaptarlo al resto de líneas narrativas. Pese a que no es un guion excelente, se comprueba el gran empeño de Moore en fabricar una historia que atrape al público hasta el final y ofrece un resultado plausible. Solamente si hubiera retorcido más el trasfondo personal, hubiera sido una película todavía más sorprendente.

Cambio de bandera

Universal Pictures obligó a Hitchcock a escoger a Julie Andrews y Paul Newman, por lo que el realizador nunca estuvo de acuerdo con esa elección. No obstante, tanto Andrews como Newman realizaron una labor interpretativa notable. En primer lugar, Newman se convirtió en el máximo protagonista de Cortina rasgada. Sin dejar en ningún momento esa galantería tan propia, le permitió también desmarcarse de ello para desempeñar mayor actividad y expresividad en su labor. Luego, Andrews ofrece una actuación muy distinta a films como “Mary Poppins” o “Sonrisas y lágrimas”, lo que le posibilitó una versatilidad interpretativa diferente. Unido a ello, nunca dejó ese efecto de luz que invade cada escena en la que aparece. Únicamente, en algunas partes le falta una pizca de picante. Los dos forman una pareja que no goza de una gran química pasional, pero sí como compañeros de aventuras.

Luego, el film goza de unos actores con una identidad arrolladora para los personajes de reparto. En primer lugar, Lila Kedrova se roba la escena durante sus secuencias, equilibrando a la perfección ese punto de comedia irónica con el drama que esconde detrás su personaje, además escenifica perfectamente las dificultades en una vida invadida por la Alemania del Este. Después, Wolfgang Kieling protagoniza una de las secuencias más recordadas del cine de Hitchcock, y, sin duda, también se debe a su gran labor expresiva y con un fuerte temperamento, que le permite aumentar la potencia en escena. Por otra parte, Tamara Toumanova es excéntrica y visceral, que, pese a las irregularidades en el guion, consigue que el espectador se quede con su interpretación en la retina. Espléndida. Por último, David Opatoshu es apoteósico, con una naturalidad y brillantez exquisitas en la ejecución de sus escenas.

El telón de acero

Lo que hace que Cortina rasgada sea una película importante en la carrera de Alfred Hitchcock es su desempeño técnico. Para empezar, el montaje tiene en sí mismo una eficiencia en la acción y en saber cohesionar todo el film, que hace que la cinta se disfrute en su totalidad. Además, le aporta ligereza, tensión y dinamismo. Junto con ello, hay que recalcar dos secuencias que son puro despliegue de talento, como son la escena en la granja y en el autobús. Sin ahondar en ellas para no desvelar nada, ambas gestan una complejidad visual que transforma el significado de las secuencias. En el caso de la granja, hay una intriga que se unifica perfectamente con la confusión y los silencios de unos hechos que se acercan a un efecto realista. Luego, la del autobús, es una consecución de malabarismos a contracorriente que da ese influjo de intriga perfecto.

Por lo cual, hay un uso de la fotografía excelente, donde se puede ver una maestría a la hora de colocar la cámara. No obstante, en algún punto se podría haber esperado un mayor influjo artístico, pero como se ha comentado anteriormente, la creación visual es maravillosa. Después, la dirección artística completa la puesta en escena con una grandeza muy atinada, que dibuja el entorno y lo que transmite hacia el espectador, de una forma elegante y muy inteligente. Por último, sería conveniente mencionar la banda sonora, donde se realiza una composición estupenda, que se empasta sin problemas con la imagen. Asimismo, los golpes de efecto musicales y el uso del silencio hacen que la atmósfera se complete satisfactoriamente. Solamente apuntar que aunque tiene un resultado notable, no encuentra la magnificencia que sí ha habido en otros filmes del realizador.

Conclusión

Cortina rasgada es de esas películas que triunfa por una buena ejecución de la acción frente a una falta de mayor complejidad en su texto. Aun así, ofrece una historia interesante, donde se encuentra constantemente en movimiento. Luego, el reparto es soberbio, encabezado por Paul Newman y Julie Andrews. La pareja protagonista no goza de una química romántica en pantalla, pero se convierte en perfectos aliados de aventuras. Por último, destacar la gran valía de la disposición técnica, que consigue mejorar con creces el resultado y es lo que hace que sea un título clave en la filmografía de Hitchcock. Las rasgaduras de la emoción y el suspense, que impactan sin ningún problema.

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