El último verano es una película francesa dirigida por Catherine Breillat, que tras verse en la Sección Oficial de Cannes, del Festival de Gijón y del Festival de Sevilla llega a la cartelera española el 24 de mayo de 2024. El último verano es una revisión de una de las mejores películas europeas de los últimos tiempos, Reina de Corazones (2019) de May el-Toukhy.
Crítica de 'El último verano'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El último verano
Título original: L'été dernier / Last Summer
Reparto:
Léa Drucker (Anne)
Samuel Kircher (Théo)
Olivier Rabourdin (Pierre)
Clotilde Courau (Mina)
Angela Chen (Angela)
Serena Hu (Serena)
Romain Maricau (Lucas)
Romane Violeau (Primera cliente de Anne)
Marie Lucas (Madre primera cliente de Anne)
Nelia Da Costa (Amanda)
Lila-Rose Gilberti (Sara Evrard)
Jean-Christophe Pilloix (M. Evrard)
Marie Lebey (La secretaria del abogado de Theo)
Karim Achoui (Abogado de Théo)
Simon Drappier (El padre de Lucas)
Año: 2023
Duración: 104 min.
País: Francia
Director: Catherine Breillat
Guion: Catherine Breillat. Guion original: Maren Louise Käehne, May el-Toukhy
Fotografía: Jeanne Lapoirie
Música:
Género: Drama psicológico
Distribuidor: Adso Films
Tráiler de 'El último verano'
Sinopsis
Anne, una brillante abogada que vive con su esposo Pierre y sus hijas, entabla gradualmente una relación apasionada con Theo, el hijo de Pierre de un matrimonio anterior, poniendo en peligro su carrera y su vida familiar. (Adso Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Las comparaciones son odiosas
Como decíamos, El último verano es una readaptación escrita por Catherine Breillat de la película dirigida por May el-Toukhy. Las diferencias entre ambas son muy notables, especialmente en el tono. A Breillat se la conoce como directora especialmente por sus películas más provocativas, como Romance X (1999) y lo cierto es que esta es la senda que sigue El último verano. Mientras en la película danesa nos encontrábamos con un relato en el que más allá de la relación incestuosa había un gran componente de crítica sobre la relación de poder que además se podía leer en paralelo como crítica social (la clase alta aburguesada contra un chico de origen extranjero y de clase baja) en esta ocasión la película de Breillat va por otros derroteros.
¿El toque francés?
Cayendo en tópicos, ciertamente la película parece cumplir con su nacionalidad, porque más francesa que El último verano, pocas. El último verano cambia el discurso de clase para enfocarse en el puramente sentimental, pero sin tampoco ahondar en exceso en la dinámica de poder que se produce entre madrastra e hijastro, sino simplemente refiriéndose al puro sentimiento. La película juega con la ventaja de ir con la experiencia de haber visto ya la original, de la cual saca alguna de las mejores escenas en cuánto a estética se refiere, como son esos picnics incestuosos.
Por otra parte nadie puede negar que Catherine Breillat rueda las relaciones amorosas como nadie, eso está claro, pero sumado a que El último verano no parece contar demasiado en detrimento a la original, la sensación general es la de estar asistiendo a una película erótica con un argumento muy bueno y con una gran fotografía.
¿Y el meollo?
El último verano parece no acusar a nadie, lo que ha hecho que algunos críticos la elogien precisamente por ello. Sergi Sánchez para la Razón afirma que la película evita condenar a su protagonista por acostarse con un menor, a diferencia de la original, redundando en la ambivalencia de la protagonista, y uno se pregunta dónde esta la grandeza precisamente de una película que rehúye precisamente de sacar ninguna conclusión moral sobre un tema tratado supuestamente tan serio. En este sentido, La Reina de Corazones es no solo una película mucho más inteligente, sino también más bien pensada.
Conclusión de 'El último verano'
A pesar del esfuerzo, El último verano no llega al nivel de La Reina de Corazones. Tampoco es que sean películas exactamente iguales, porque como ya hemos contado, a Catherine Breillat le interesan otros temas, pero todo suena a una música ya escuchada antes y la melodía estaba mejor tocada. Lo que nos queda es una película erótica entre una madrastra y su hijastro, que busca la provocación y el bostezo, este último de manera involuntaria.
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