"Godard que estás en los cielos": El recuerdo es el elixir

Godard que estás en los cielos nos presenta a un hombre y una mujer que se encuentran en un extraño lugar donde el tiempo parece haberse detenido y del que aparentemente no pueden salir. Él es un soldado americano herido en uno de los frentes de la Primera Guerra Mundial y ella es la mujer de un mafioso que acaban de asesinar. Poco a poco descubrirán que les unen más cosas de las que imaginaban y entre ellos surgirá un vínculo especial e imposible de romper. Una llamada inesperada de un extraño personaje llamado Jean-Luc desvelará la razón de su encierro y les dará una esperanza para poder vivir juntos una historia de cine.

Una declaración de amor al séptimo arte. (SOJO LABORATORIO TEATRAL). 

La historia, el contexto

Luis García-Ferreras y Mónica García-Ferreras abordan una historia de espera, de búsqueda, de misterio en Godard que estás en los cielos. Así, fabrican un drama donde se reúnen dos personajes que, aparentemente, no tienen nada que ver. Durante los distintos estadios por los que transita el relato, se van dibujando pinceladas del contexto de cada uno de ellos. Por tanto, genera en el público cierta curiosidad de entender por qué ambos se encuentran en dicho lugar y la razón por la que se mantienen ahí. Uno de los puntos favorables es el giro de guion que resuelve la principal incógnita de la trama, siendo una verdadera carta de amor para el mundo del cine, así como de la necesidad de ser agradecidos con el histórico que precede a cada producción.

Sin embargo, se establece una estructura en la que apenas hay puntos cumbres, planteándose una linealidad que acaba por pasarle factura al necesitarse más estímulos. En consecuencia, parte de una idea que puede explotarse todavía más, dado que el alma de la pieza tiene potencial y se agradecen piezas que rindan homenaje a figuras de la talla de Jean-Luc Godard. También se echa en falta más profundidad en la relación entre los dos personajes principales, entendiéndose su motivación, pero donde falta un desarrollo más exhaustivo, ir al meollo de la cuestión. No obstante, en su conjunto, ofrece una experiencia interesante, una obra que tiene puntos por los que merece la pena verse. Con lo cual, todavía podría evolucionar más si se deseara, hilar más matices que den cuerpo al libreto.

Dos almas en busca

Mónica García-Ferreras también protagoniza Godard que estás en los cielos, junto a Rober Pascual. En primer lugar, Mónica García-Ferreras realiza una interpretación que apuesta por orientarse en un lenguaje más impostado, más acorde a la personalidad que desea dar a su personaje. Por ello, se comprende de dónde proviene, qué es lo que busca y hacia dónde va. Se puede ver que está cómoda sobre la escena, algo que siempre aporta, así como una confianza en su compañero, permitiendo a ambos apoyarse el uno en el otro. Únicamente, hubiera sido interesante que lo llevara hasta el final, coger la personalidad de su personaje y elevarlo al máximo nivel. De esta forma, obtendría un golpe de efecto desde la actuación, teniendo así impregnado el sello de identidad, que aquí está, por el momento, algo difuminado.

Rober Pascual pone el contraste con una actuación más visceral, donde se puede ver un camino emocional más completo. Gracias a ello, construye sobre su personaje una expresividad que le permite conectar con el público, dado que transmite ese viaje vital que experimenta su personaje, de principio a fin. Además, tiene una fuerza que sienta bien a la escena, así como una tonalidad de voz que le da ese aspecto cinematográfico que busca la obra con su concepción narrativa. Se agradece la concentración sobre las tablas, permitiéndole dar consistencia ante lo que ofrece para los espectadores. Como mejora, le cuesta arrancar algo al principio de la función, algo que luego soluciona con su buen hacer en el resto de la pieza. También hay momentos en los que podría controlar el ímpetu.

El limbo

La propuesta escénica de Godard que estás en los cielos trae una escenografía efectiva, minimalista, sin grandes artilugios, pero que visualmente es pertinente y cumple con su función. Se convierte en uno de los aspectos creativos mejor valorados del montaje. Junto a ello, la elección del vestuario se ajusta a lo que demandan los personajes, pero, además, son diseños que estéticamente son favorables. Después, hay elementos, como la puerta o el teléfono, que logran su cometido y aportan acción al montaje. Por ende, consigue dar dinamismo en algunas partes de la pieza. Sin embargo, es un montaje en el que se podrían cuidar más los detalles, haber una puesta en escena más completa, incluso con los propios elementos que ya cuenta.

A nivel técnico, durante la función del 19 de mayo, no se atinó en la ejecución del diseño de iluminación, así como en el uso de la música. Los cortes fueron excesivamente abruptos, lo que rompía con la atmósfera de la pieza. Además, los fundidos y algunos focos no lograron completarse satisfactoriamente, dando algo de sensación de caos. Por otro lado, el ritmo de la pieza, en consonancia con el libreto, se mantiene excesivamente estático, incluso las escenas en las que se halla más emoción y sentimiento, no han sido plasmadas con dicho cuidado y pasan con la misma energía que las otras. Por ende, habría que vigilar lo plano que resulta en este aspecto, para darle más vida, más dinamismo.

Conclusión

Godard que estás en los cielos parte de una idea con potencial, otorgando un homenaje cinematográfico plausible. Por tanto, el libreto podría todavía aprovecharse más, ofreciendo unas aristas que elevarían el resultado de su dramaturgia. Después, Mónica García-Ferreras y Rober Pascual forman un dúo que eleva la función, ambos consiguen un trabajo consistente, convirtiéndose en lo mejor de la pieza. A nivel artístico, la puesta en escena es mejorable, se debe buscar una concreción, un estilo, dar vitalidad al montaje, así como una buena ejecución técnica en directo. Una carta de amor al séptimo arte, que tiene una base interesante, pero todavía le queda para llegar a una vanguardia que lo aproveche de una manera más efectiva.

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