"La discreta enamorada": La Joven y Lope

La comedia amorosa de enredos llega a uno de sus puntos culminantes en la obra de Lope de Vega cuando en 1604 escribe la obra de teatro La discreta enamorada.

La capacidad de Lope para dibujar personajes de enorme profundidad sin perder jamás el control de la situación escénica, para describir un mundo lleno de apariencias equívocas, o para cuestionar la rigidez de las normas morales y sociales de su tiempo, alcanzarán en esta hilarante comedia uno de los momentos álgidos del teatro del Siglo de Oro.

Lope fue un enorme comediógrafo al servicio de la descripción del amor. Sus mujeres enamoradas no solo exhiben su derecho a vivir libremente sus pasiones, luchando por ser quienes desean ser y amar a quienes desean amar; no solo nos seducen con su inteligencia, ternura y tesón, sino que también son un alegato a la libertad individual como herramienta superior de construcción de la identidad en unos tiempos en los que la formación del yo empieza a ser esencial.

La discreta enamorada, la obra de Lope de Vega, atesora versos de enorme belleza que van a servir a una nueva promoción de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico para presentarse en público. (COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO). 

Las discretas enamoradas

Muchas son las protagonistas discretas dentro del teatro de Lope de Vega. Discretas en el sentido barroco, claro. Es decir, dotadas de agudeza e ingenio. Ni moderadas ni parcas, como entendemos el concepto hoy en día. Leonarda, en La viuda valenciana, Marcela en El perro del hortelano o Finea y Nise en La dama boba. Y obviamente nuestra Fenisa en La discreta enamorada. Mujeres bellas, pero, sobre todo, ingeniosas e inteligentes. Saben lo que quieren y saben cómo conseguirlo.

Lope amaba a las mujeres. Su biografía no deja lugar a dudas. Además, las convierte en el motor de la acción en la mayoría de sus comedias. Ellas son capaces de poner patas arriba un sistema que las quiere controladas. Son agentes del caos. Son peligrosas. Engañan, manipulan, se disfrazan para lograr el objeto de su deseo. La figura de autoridad de turno, un señor muy riguroso, tendrá que venir a poner orden al final de cada obra con un casamiento oportuno. En un giro del tropo en La discreta enamorada, Lope le da en última instancia esa función a Gerarda, la cortesana. De nuevo tendrá su final feliz la heroína discreta.

Madrid, siglo XVI

Intentar reducir a una sinopsis el argumento de La discreta enamorada, o de cualquier otra obra de Lope, es una proeza al alcance solo de los más osados. Vamos a decir, ¡la que ha liado Fenisa! Y que los espectadores disfruten de sus enredos. Ella quiere casarse con Lucindo. Y al final lo consigue. Entremedias, disfraces, engaños, confusiones y trampas. Y mucho deseo, muchas risas y mucha belleza, la del verso de Lope.

Para este montaje, La Joven despliega varios elencos distintos. Yo pude disfrutar de las interpretaciones de Nora Hernández (Fenisa), Cristina García (Belisa), Íñigo Arricibita (Capitán Bernardo), Marc Servera (Lucindo), Miriam Queba (Gerarda) y Ania Hernández (Doristeo). Todos ellos demuestran un perfecto dominio del verso que suena en los oídos del público natural y armonioso. Junto a esta maestría técnica, sus interpretaciones tienen una frescura y una fuerza cómica que hacen de la experiencia una verdadera delicia. Además cantan, bailan y tocan en directo. Un despliegue total de talento.

En escena, permanecerán otros actores y técnicos a modo de espectadores de la farsa que se despliega dentro de la obra.

Teatro dentro del teatro

La puesta en escena, con su mezcla de estilos musicales, un vestuario que marida las golas con las gafas de sol y su escenografía, a la vez industrial y florida, representa el espíritu renovador del teatro de Lope. Él innovó, mezcló, gustó de la variedad y encontró una fórmula que se impuso y sigue viva hasta el día de hoy.

La escenografía, diseñada por José Novoa, permite cambiar de forma ágil de un espacio a otro y convertir en pequeño escenario dentro del escenario la casa de Fenisa, donde tiene lugar su particular teatrillo. Las flores cobran especial importancia a lo largo del desarrollo de la obra. Van apareciendo y ocupando más y más espacio según aumenta el deseo de los personajes. Una bellísima metáfora visual de un tropo clásico.

El diseño de vestuario está a cargo de Deborah Macías. Juega con los contrastes y con las texturas: lo clásico y lo moderno, lo femenino y lo masculino, el blanco y el negro. El resultado es llamativo y arriesgado, pero muy adecuado para el tono del montaje.

Conclusión

La Joven Compañía, bajo la dirección de Lluís Homar, nos trae una versión llena de frescura de este clásico de Lope de Vega. Con una puesta en escena ágil y llena de energía y unas interpretaciones brillantes, La discreta enamorada ofrece dos horas de puro deleite y diversión. Con su mirada desenfadada sobre los clásicos, La Joven nos brinda de nuevo una oportunidad de oro para que los más jóvenes se aproximen a nuestro mejor teatro.

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