Tras su estreno en la sección Un Certain Regard de la 75.ª edición del Festival de Cine de Cannes, el pasado 10 de marzo llegaba a las salas de cine españolas Sick of Myself, el segundo largometraje del cineasta noruego Kristoffer Borgli. Si bien es verdad que ha pasado injustamente desapercibida por el público, eclipsada, quizá, por la estela de El triángulo de la tristeza de Ruben Östlund, que se alzaba con la Palma de Oro, la cinta cuenta con algunas ideas de contenido interesantes que merece la pena atender y pone de relieve la destreza narrativa de su artífice, situando a Borgli como una de las futuras promesas del cine nórdico.



Sick of Myself

Crítica de 'Sick of Myself'

Ficha Técnica

Título: Sick of Myself
Título original: Syk pike

Reparto:
Kristine Kujath Thorp (Signe)
Eirik Sæther (Thomas)
Fanny Vaager (Marte)
Sarah Francesca Brænne (Emma)
Fredrik Stenberg Ditlev-Simonsen (Yngve)
Steinar Klouman Hallert (Stian)
Ingrid Vollan (Beate)
Andrea Bræin Hovig (Lisa)
Henrik Mestad (Espen)
Anders Danielsen Lie (Lege)

Año: 2022
Duración: 97 min.
País: Noruega
Director: Kristoffer Borgli
Guion: Kristoffer Borgli
Fotografía: Benjamin Loeb
Música: Turns
Género: Comedia negra
Distribuidor: Adso Films

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Tráiler de 'Sick of Myself'

Sinopsis

Signe y Thomas están en una relación competitiva poco saludable que da un giro vicioso cuando Thomas de repente se abre paso como artista contemporáneo. En respuesta, Signe hace un intento desesperado por recuperar su estatus mediante la creación de una nueva personalidad empeñada en atraer la atención y la simpatía. (Adso Films)

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La atención como reclamo

Sick of Myself nos presenta a la pareja formada por Signe, una joven camarera interpretada por una fantástica Kristine Kujath Thoro a quien hace apenas dos años veíamos en Ninjababy (Yngvild Sve Flikke, 2021), y Thomas (Erik Saether), un artista poco convencional cuyas esculturas están hechas de piezas robadas. Son guapos, jóvenes y privilegiados, pero, por encima de todo, son insoportables. La relación de ambos se presenta como una carrera de fondo que parece no tener fin, un constante tira y afloja basado en la competitividad y el egoísmo. No obstante, ahora que Thomas se está haciendo un hueco en el mundillo del arte contemporáneo, Signe se ve relegada, en contra de su voluntad, a un segundo plano en la dinámica de pareja, detrás de las exposiciones, entrevistas y celebraciones donde todos los ojos apuntan a su pareja, obviándola por completo.

El ataque de un perro a una mujer que pasa por delante de su cafetería despierta en Signe un impulso enfermizo por ser vista. Movida por los celos y la mundanidad de su día a día, comienza su macabro plan para recibir la atención y simpatía de los demás mediante las mentiras más deplorables y los actos más mezquinos que existen, desde fingir una alergia alimentaria durante una cena hasta provocar a un animal para que la muerda en mitad de la calle. Con todo, será la ingesta de unas pastillas ilegales con unos devastadores efectos secundarios lo que conseguirá darle la fama que tanto ansía.

Sick of Myself película
Copyright Adso Films

¿Hasta dónde somos capaces de llegar para ser relevantes? 

Es una pena que el título de La peor persona del mundo ya estuviera pillado por Joachim Trier para su última película, porque a Signe esta descripción le viene como anillo al dedo. Mientras que por Julie llegamos a compadecernos, con Signe resulta imposible conectar emocionalmente y lo más probable, o al menos lo más sensato, es que termines por aborrecer todo aquello que representa. Su incesante búsqueda de atención, sumada a la nula autocrítica y a su narcisismo de manual, es objeto de repulsa por parte del espectador que, escandalizado, se aleja kilométricamente de ese personaje al que lee como una grotesca y deformada caricatura de la realidad.

Sin embargo, el humor salvaje de Sick of Myself funciona a la perfección, precisamente, gracias a la comprensión, por parte del público, de la situación que atraviesa la protagonista, aunque sus decisiones sean vergonzosas y poco verosímiles. No podemos juzgarla porque, a medida que avanza el metraje, somos conscientes de que su alrededor es aún más horrible que ella. Es cierto que aquí Kristoffer Borgli lleva la realidad a un extremo irrisorio, pero ¿quién no ha pincelado por aquí y por allá alguna historia personal con el fin de parecer más gracioso o interesante? ¿Quién no ha precipitado alguna conversación para llevarla a su terreno y así poder demostrar lo inteligente que cree ser? Sí, todos conocemos a una Signe; a veces, incluso, hemos sido ella.

Syk pike filme
Copyright Adso Films

Y no quedó títere con cabeza

Pero aquí no queda la cosa. Sick of Myself no solo arremete contra la mezquindad individual, la de Signe. Al fin y al cabo, ella no es sino la consecuencia de algo mucho más grande e importante como son las demandas cada vez más exigentes de una sociedad frívola y superficial. Un tema, por otro lado, bastante manido por el medio audiovisual pero que Kristoffer Borgli abarca inteligentemente con tono socarrón cuando dibuja al resto de personajes que van sucediéndose en los 97 minutos que dura Sick of Myself.

Así nos presenta a los amigos de la pareja que, tras enterarse de la noticia sobre la mujer mordida por el perro en el lugar de trabajo de Signe, pierden el interés al saber que se encuentra estable y fuera de peligro en el hospital; también a una agente de modelos de una empresa inclusiva que se pone en contacto con ella cuando su enfermedad autoprovocada es ya bastante evidente pero no tanto como para resultar desagradable a la vista de un público que necesita compadecerse de para sentir que está siendo una persona maravillosa. De esta forma, el cineasta noruego conecta la patología de su protagonista con un problema social mucho mayor que se escapa a su control.

Sick of Myself película
Copyright Adso Films

Conclusión de 'Sick of Myself'

Sick of Myself es una comedia negra brillante, perfectamente ejecutada y con un despliegue narrativo divertidísimo, donde convergen dos líneas argumentales: por un lado, una desvergonzada crítica a los medios de comunicación que celebran y aplauden el victimismo de unos pocos privilegiados; por otro, el retrato de una mujer triste capaz de cualquier cosa por recibir la atención que tantas veces se le ha negado. El cineasta noruego dibuja un retrato demoledor de nuestra época, obsesionada por dejar constancia de nuestro paso.

Reportaje de Sick of Myself en Días de Cine TVE

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CINEMAGAVIA
8,7 / 10
87 %
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Cristina Rosales García
Graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Málaga (UMA). Cursé el Máster en Gestión del Patrimonio Literario y Lingüístico Español en la misma institución. Trabajo como correctora ortotipográfica. Actualmente, soy doctoranda y mi línea de investigación versa sobre la relación entre cine y literatura.
sick-of-myself-pelicula-critica-estreno-cineSick of Myself es una comedia negra brillante, perfectamente ejecutada y con un despliegue narrativo divertidísimo, donde convergen dos líneas argumentales: por un lado, una desvergonzada crítica a los medios de comunicación que celebran y aplauden el victimismo de unos pocos privilegiados; por otro, el retrato de una mujer triste capaz de cualquier cosa por recibir la atención que tantas veces se le ha negado. El cineasta noruego dibuja un retrato demoledor de nuestra época, obsesionada por dejar constancia de nuestro paso.

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