El pasado 26 de enero se estrenó en DT Espacio Escénico Vaga y maleanta, una producción de Oniria Teatro que celebra el 45º aniversario de la despenalización de la homosexualidad. Protagonizada por Kiki Morgan, se explora la época en la que la Ley de Vagos y Maleantes se modificó para incluir al colectivo homosexual. Después de su éxito, regresa a las tablas los domingos desde marzo en los Teatros Luchana a las 20:15 horas.



Vaga y maleanta

Crítica de 'Vaga y maleanta'

Ficha Técnica

Título: Vaga y maleanta
Título original: Vaga y maleanta

Reparto:
Kiki Morgan

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Jesús Lavi
Dramaturgia: Enrique Montero
Ayudante de dirección: Lourdes García
Iluminación:
Leticia L. Karamazana
Escenografía y vestuario
Fer Muratori
Composición musical:
Milo Giraldo
Coreografía:
Dolores Cardona
Construcción escenografía:
Juan Carlos Rodríguez
Construcción de marioneta:
Raúl Guirao
Asesor musical:
Íñigo Santacana
Foto Cartel:
Clara Ortega
Cartelería:
Dani Jaén
Productora ejecutiva:
Colette Casas
Producción: Oniria Teatro

Tráiler de 'Vaga y maleanta' 

Sinopsis de 'Vaga y maleanta'

Vaga y maleanta es un cabaret, una experiencia clandestina, ácida y gamberra que pretende visibilizar la historia y el pasado de nuestros mayores LGTBIQ+, un espectáculo de variedades en el que la música original, la improvisación y el humor negro son los ingredientes principales.

Kiki Morgan, será tu maestra de ceremonias.

Esta travesti absurda, cáustica y sicalíptica nos llevará a conocer la época en la que la Ley de Vagos y Maleantes, posterior Ley de Peligrosidad Social, estaba vigente.

Un espectáculo cómico, fresco y comprometido creado a partir de historias y testimonios reales. Un tributo a todos los que padecieron nuestro pasado y lucharon por nuestro futuro. Una velada que no olvidarás. (DT ESPACIO ESCÉNICO). 



Vaga y maleanta
Foto de Clara Ortega

El cabaret de la Memoria Histórica

La lucha del colectivo LGBTQ+ en España se remonta a muchísimos años atrás, algo que Vaga y maleanta conmemora en una pieza que no solo reivindica la figura de los que corrieron para que se pudiera andar en libertad, sino que realiza una exposición de hechos que parecen olvidados. A pesar de haber mayor visibilidad de la diversidad social en sociedad, hay partes de la Historia que han quedado algo olvidadas. Por tanto, se agradece que este tipo de obras hagan un recorrido sobre lo que aconteció en un pasado no tan alejado. Además, en este caso, se realiza mediante una comedia exquisita, un dinamismo que ayuda a que haya datos que se queden en la memoria gracias a la manera de exponerlos.

No hay nada mejor que aprender mientras uno se divierte, por lo que se aplaude esta decisión artística. También se agradece que se haya echado mano de vivencias reales para ilustrar una ley que parecería una locura hoy en día, pero también alejándose de solo ver el prisma desde el lado dramático. Por ende, este espectáculo contiene momentos de emoción y risas, pero también de empatía, de alegría y de hermandad. No es nada fácil comprimir toda la información y datos que se mencionan en la obra y ordenarlos de tal forma, por lo que se aplaude la maestría a la hora de seleccionar y de formalizar el esquema que se lleva a cabo. La combinación entre presente y pasado, con perlas incluidas para la participación del público, es fantástico. Por lo que, en su conjunto, se hace un espectáculo totalmente necesario.

Oniria Teatro
Foto de Clara Ortega

Tu vedette de confianza

Kiki Morgan es la maestra de ceremonias por excelencia de Vaga y maleanta, presentándose desde el principio como única intérprete de la pieza. Por tanto, la labor dramática recae absolutamente sobre ella y no solamente cumple con su función, sino que brilla en escena. Para empezar, su manera de conducir la pieza desde una perspectiva más festiva, hace que se vea el carisma que derrocha sobre las tablas. Asimismo, se agradece que sepa darle pequeñas pinceladas de improvisación, aportando la frescura suficiente, sin excederse, al montaje. Sabiéndose limitada por la propia producción, no solamente se ríe de sí misma, sino que su labor rellena las flaquezas que se puedan encontrar en la puesta en escena. Con lo cual, su presencia logra cautivar a los asistentes de la pieza.

Sobre su interacción con el público, se puede ver que tiene tablas a la hora de establecer una comunicación directa y los hace cómplices en todo momento. De esta forma, es imposible no esbozar, minímamente, una sonrisa y dejarse llevar por los distintos lugares que transita. También hay que señalar la socarronería, esa acidez bien medida y el desparpajo que se ven sobre las tablas. Por otro lado, durante esta reconstrucción reivindicativa, echa mano del cambio de tono en la voz y el lenguaje corporal para dejar claro cuándo es una reconstrucción y cuando es Kiki Morgan. Se ve claramente en qué momento es uno u otro, solo que podría dar mayor pinceladas a cada una de las recreaciones para que no parecieran muy parecidas unas con otras. A pesar de ello, la intención por la que lo realiza se comprende.

Oniria Teatro
Foto de Clara Ortega y Oniria Teatro

Espectáculo de variedades

Presentado como un espectáculo de variedades, Vaga y maleanta podría parecer en primera instancia un show de drag queens al uso, poniendo como bandera la reivindicación de los mayores LGBTQ+, pero esta producción va más allá. Así, parte del estereotipo de lo esperado para darle una vuelta de tuerca y caricaturizarlo. Por ello, se ve una inteligencia hacia el minimalismo de la propuesta a nivel escenográfico, pero se muestra el complicado trabajo de dinámicas a realizar. No es nada fácil seleccionar las acciones que encandilarán a la audiencia, pero la obra llega, incluso, a hacer bailar al unísono a los asistentes. Gracias a ello, no se presentan más necesidades en la escenografía, ya que la propia sala se convierte en sí misma en un campo de acción.

Las canciones son pegadizas, no tienen una dificultad lingüistica de alto nivel, pero hacen que mediante una letra fácil se llegue rápidamente a los sucesos a los que hace mención. El diseño de luces da color a varios momentos, pero se agradece también el matiz de luces y sombras cuando se ve necesario. También hay que destacar el uso de cierta marioneta, siendo un compañero de escena fabuloso. En cuanto al vestuario, es una elección que encaja a la perfección con el estilo del proyecto, incluyendo ese cambio de ropajes de andar por casa, que a propósito o no, no chirría en ningún momento. Por último, señalar que logra buen ritmo desde el principio, sabe combinar los momentos más dramáticos con los más enérgicos y equilibrarlos, cosa que es muy difícil de hacer. Muy recomendable.

Vaga y maleanta
Foto de Clara Ortega

Conclusión

Vaga y maleanta es un show de variedades que mira hacia atrás en la historia LGBTQ+, convirtiéndolo en un espectáculo necesario. Todo el material confluye en una dinámica altamente recomendable por su contenido, pero también por la manera de transmitirlo. Inmersivo, didáctico, es una obra que no deja indiferente y que muestra inteligencia y reivindicación. Asimismo, cuenta con una maestra de ceremonias exquisita: Kiki Morgan, una auténtica vedette, actriz y conductora. La puesta en escena, minimalista, pero sabe potenciar sus fuertes para llenar cualquier espacio o flaqueza. Una experiencia con un ritmo totalmente dinámico. Una lección de las vidas que construyeron un futuro mejor para el colectivo LGTBQ+ mediante un espectáculo exquisito.

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
vaga-y-maleanta-critica-teatroUn show de variedades que mira hacia atrás en la historia LGBTQ+, convirtiéndolo en un espectáculo necesario. Todo el material confluye en una dinámica altamente recomendable por su contenido. Inmersivo, didáctico, es una obra que no deja indiferente y que muestra inteligencia y reivindicación. Asimismo, cuenta con una maestra de ceremonias exquisita: Kiki Morgan, una auténtica vedette, actriz y conductora. La puesta en escena, minimalista, pero sabe potenciar sus fuertes para llenar cualquier espacio o flaqueza. Una lección de las vidas que construyeron un futuro mejor para el colectivo LGTBQ+ mediante un espectáculo exquisito.

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