Qué gustazo cuando a uno se le presenta el reto de valorar fríamente una obra tan caliente, candente al fuego más íntimo y entregado como esta excepcional miniserie de Rodrigo Sorogoyen, Paula Fabra y Sara Cano. La nueva apuesta del laureado cineasta madrileño nos sitúa en una década de nocheviejas como ancla de un amor que en una riquísima cotidianidad y dialogística ahonda en lo generacional, carnal, caótico y bello de las relaciones, de lo que somos. Un auténtico despliegue en dirección y escritura de unos actores exquisitos para unos personajes sabrosos. Los años nuevos llega a Movistar Plus+ en dos partes: los cinco primeros episodios de la serie el 28 de noviembre de 2024, los cinco restantes el 12 de diciembre.
Crítica de 'Los años nuevos'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los años nuevos
Título original: Los años nuevos
Reparto:
Iria del Río (Ana)
Francesco Carril (Óscar)
Pablo Gómez (Guille)
Ana Telenti (Palo)
Julián Valcárcel (Dueño)
Simon Kirschner (Marcus)
Véronique Frumy (Cliente Lyon)
Eliot Tosta (DJ)
José Vicente Moirón (Taxista)
Año: 2024
Duración: 45 min.
País: España
Director: Rodrigo Sorogoyen (Creador), Paula Fabra (Creadora), Sara Cano (Creadora), Rodrigo Sorogoyen, Sandra Romero, David Martín de los Santos
Guion: Rodrigo Sorogoyen, Paula Fabra, Sara Cano, Antonio Rojano, Marina Rodríguez Colás
Fotografía: Lali Rubio, Alana Mejía González
Música: Juan Ibáñez
Género: Drama
Distribuidor: Movistar Plus+
Tráiler de 'Los años nuevos'
Sinopsis
Ana cumple 30 años el día de Año Nuevo con la vida aún por resolver: vive en un piso compartido, no le gusta su trabajo, cambia a menudo de amigos... Óscar cumple 30 años el día de Nochevieja con la vida casi resuelta: médico vocacional, amigos fieles, y una relación que va y viene. La noche en la que los dos cumplen los 30 se conocen, se enamoran, y comienzan una relación cuyas idas y venidas se alargarán diez años. (Movistar Plus+)
Lo que somos
Menudo año de series llevamos, especialmente españolas. Es inconcebible que alguien pueda salir ahora a criticar la oferta patria, porque apoteósica en los últimos tiempos, tanto en películas como en formato televisivo. En esta ocasión, don Rodrigo vuelve a cabalgar para reconquistarnos con una obra de 10 pequeñas porciones que saben a gloria bendita. Cómo precisan él y su equipo al deslizarnos por la pendiente vital sin necesidad de empujarnos. A través de unos Ana y Óscar que amas en cada capítulo, vamos avanzando y disfrutando de los entresijos de su relación de pareja. Una vez te atrapan, no quieres salir y a la que te descuidas ya ha terminado todo. ¡Pasa volando!
En lo rutinario, para bien y para mal, y sobre todo para mejor, estos dos fantásticos protagonistas de la serie Los años nuevos te irán desgranando ese choque de realidad que tantas veces intentamos aplacar con caretas y proyecciones. ¿Existe la relación perfecta o siquiera que perdure en el tiempo? El desgaste es natural, y aquí se plasma brillantemente. Los actores tienen una química salvaje, tanto en lo escondido como en lo social, y hacen que como televidente participes sin coacción alguna. Se hace suave como la lana entrar en su mundo de fragilidad.
Lo nuestro
Rodrigo Sorogoyen retoma su cátedra de lo profundamente humano para deleitarnos con su propuesta más personal. Así somos, así nos restregamos, así nos juramos lealtad y así nos dejamos ir. Es lo nuestro, no podemos actuar de otra manera. No hay diálogo que no rezume existencialismo, dudas y cuestiones dadas a la introspección. Es una masterclass de cómo plasmar la dualidad que conecta, se expande y contrae constantemente.
Ceder terreno, imponer la propia voluntad, aceptar lo que viene, mutar por el otro, acoger en la debilidad, echar por temor, despreciar la diferencia, recaer en exactamente los mismos problemas de siempre. Todo ello llevado a la tierra que nos determina, el espejo que nos refleja en lo oscuro y lo iluminado que confrontan el futuro en un constante ajuste relacional, donde el daño, la posesión, la confianza y el perdón bailan en el mismo salón.
Nivel probado
El tipo que nos regaló Antidisturbios en 2020, Apagón y As Bestas en 2022, El Reino en 2018, Madre en 2017 y Que Dios nos perdone en 2016 no podía fallar en este 2024. Es más, me atrevería a decir que perfectamente puede ser la mejor serie española del año y una de las de mayor nivel a nivel internacional. Como es habitual en él, aunque con un cariz mucho más íntimo, está sensacionalmente rodada, la dirección es soberbia y realmente no esperábamos menos. Prioriza el dinamismo que radica en el mismo tempo cotidiano que llevamos, injerto en lo diario, para acompasarlo a esas pausas de respiración y reflexión.
La escritura moldea sutilmente en la calendarización y visceralmente en las inflexiones dramáticas que son de escándalo. La combinación del símbolo y las texturas al tacto, ese inevitable transcurrir del tiempo que perturba y se aferra al encuentro de los cumpleaños, uno en Nochevieja y otro en Año Nuevo. Maravilloso cómo todo ello da un sentido tan especial y crudo a la narración, que tensa y destensa según construye el porvenir sometido a las decisiones tomadas.
Conclusión de 'Los años nuevos'
Los años nuevos, como las nuevas oportunidades, son esos hitos que nos impulsan, esos signos que marcan nuestra historia propia y compartida con los seres queridos. Los años nuevos, una mini serie íntima y pasional que derrocha entrañas, que refleja la dureza de vivir, como se puede, floreciendo semillas entre la maleza, al ritmo musical de seductores contrastes entre lo muy nuestro de Nacho Vegas y las melodías francesas. Menú degustación que se nos presenta con 10 formidables episodios, perfectamente situados entre lo más excelso de 2024.
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