MMXX es la nueva película del director rumano Cristi Puiu tras Malmkrog en 2020. La película se divide en cuatro episodios. El primer episodio muestra una sesión de terapia entre una psicóloga y su paciente. En el segundo, el hermano de la psicóloga y esta misma tendrán que lidiar con una situación estresante. En el tercero asistimos a la conversación entre el marido de la psicóloga y un compañero de trabajo. Por último, el cuarto episodio muestra el interrogatorio de un inspector del crimen organizado. Seleccionada para competir por la Concha de Oro a la Mejor Película en el Festival de San Sebastián 2023.



MMXX película

Crítica de 'MMXX'

Ficha Técnica

Título: MMXX
Título original: MMXX

Reparto:
Bianca Cuculici (Oana Pfeifer)
Laur Bondarenco (Mihai Dumitru)
Dragos Bucur (Narcis Patranescu)
Otilia Panaite
Florin Tibre
Igor Babiac
Roxana Ogrendil
Dorian Boguta

Año: 2023
Duración: 160 min
País: Rumanía
Director: Cristi Puiu
Guion: Cristi Puiu
Fotografía: Ivan Grincenco, Silviu Stavilã
Música:
Género: Drama. Comedia
Distribuidor:

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'MMXX'

Sinopsis

Oana Pfifer, una joven terapeuta, se enreda poco a poco con las preguntas que le hace a su paciente. Preocupado por su cumpleaños, Mihai, el hermano de Oana, se ve atrapado en una historia mucho más grande de lo que puede manejar. Septimiu, el marido de Oana, inquieto por su salud, escucha sin demasiada atención una extraña historia en la que se vio involucrado un compañero de trabajo. Narcis Patranescu, inspector del área de crimen organizado, se enfrenta a una inquietante y oscura historia mientras interroga a una joven durante un funeral. (Festival de san Sebastián 2023)

Dónde se puede ver la película en streaming



Estructura

MMXX se divide en cuatro capítulos articulados por un plano donde se muestran restos de objetos en un campo. Parece que la cámara se desliza entre la hierba y se detiene en uno u otro lugar, comenzado así el capítulo. De alguna manera nos refleja la multitud de historias existentes en un tiempo que vamos dejando atrás, un momento de pandemia que vamos superando, pero que ha dejado una huella indeleble.

En el primer capítulo la forma no juega en contra del fondo. Una cámara prácticamente estática permite que podamos centrarnos en un diálogo que funciona a la perfección, con numerosos momentos cómicos. Se refleja la salud mental en una sesión entre psicóloga y paciente. Hay una clara alusión a la pandemia, empezando esta terapia con mascarillas.

En el segundo episodio comienzan los problemas. A pesar de un mayor dinamismo en la cámara, puede que esto no sea suficiente para evitar el sopor de una conversación que acaba por desinteresar al espectador. La psicóloga del anterior episodio, junto a su hermano, protagonizan este capítulo donde deben encontrar algún conocido que trabaje en el hospital para poder informarse sobre la situación actual de una paciente. Representa bien esa incertidumbre por quién enfermaba en la pandemia, con desconocimiento de cuál era el paso a seguir o el pronóstico del paciente.

La situación, que en un principio es estresante y dramática, acaba por ser repetitiva y hacer que el espectador medio eche un vistazo al reloj y desee que llegue el siguiente capítulo. Antes de terminar el segundo episodio, a mi vera, escuché la crítica más refinada que oí nunca hacia una película. Una crítica basada en una respiración sonora y pausada.

El tercer capítulo, pese a ser parecido al primero respecto al estatismo de la cámara, logra mantener más o menos la atención en una conversación entre dos conductores de ambulancia que charlan en un momento de descanso. De fondo, como en los anteriores, la pandemia del COVID-19. Los técnicos intentan descansar de una situación que saturó mentalmente a todos los profesionales y mantienen una charla que, a pesar de carecer realmente de interés, permite alejarlos de un mundo que los confina.

El último episodio es el que más difiere del resto. Nos encontramos con una dirección más parecida a la del segundo capítulo y se sigue apostando por el peso de las palabras con un interrogatorio policial que acaba impactando emocionalmente más que en los otros tres capítulos. El único problema de este capítulo es llegar tras más de una hora de conversaciones que pueden provocar en mayor o menor medida el sopor del espectador. En este último episodio puede que el espectador ya haya terminado por colmar su paciencia, y no esté dispuesto a prestar más atención en unas palabras que no terminan por causar impacto.

Con diferencia los mejores episodios son el primero, debido a su tinte cómico y su perfecta unión de forma y fondo, con una apuesta por la palabra que sale airosa; y el último, con un interrogatorio que interesa y puede llegar a impactar emocionalmente al espectador de una manera más intensa que los otros episodios. Los otros dos capítulos centrales, a pesar de ser los que más fielmente retratan una situación vivida hace menos de 3 años, pueden provocar la huida del espectador.

Cabe destacar, por último, una película emparentada en esta estructura, aunque sea solo por esa conexión que hacen los personajes en los tres primeros capítulos. Esta es La ronda, de Max Ophüls.

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La historia detrás de MMXX

Es interesante saber cuál fue el origen de la película de Cristi Puiu, y puede ayudar al entendimiento del conjunto tras su visionado. Se realizo en 2021 un taller de interpretación con actores no profesionales donde compartieron historias relativas a sus propias experiencias durante la pandemia. Esto impulsó a Puiu a realizar una película que se acabaría convirtiendo en MMXX. Los tres primeros capítulos surgen de estas experiencias de los actores, que ayudaron en la escritura del guion. El último capítulo está enteramente escrito por Puiu. Él afirmó que este taller y la escritura del guion fueron casi una terapia, una manera de escapar del trauma vivido durante la pandemia.

Una sentencia del director de MMXX puede resumir la idea principal de la película:

“Debemos hablar de lo que paso, sería muy peligroso no hacerlo y me refiero no solo a 2020, también a los años siguientes, porque esto no ha acabado”.

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El poder de la palabra

Lo que hace MMXX es otorgar una gran importancia al guion, concretamente al diálogo. Todo se centra en ello. En el Festival de San Sebastián Puiu afirmó: “Me intereso por las palabras porque son parte de una ilusión en la que vivimos”. Las películas que conceden tanto peso a la palabra juegan con el peligro de ser, en un momento dado, planas. Puede que acaben por provocar un estado de estupor en un espectador que acaba por desistir. Incitan un sentimiento de distanciamiento, de salida de la película, con una gran dificultad para volver a entrar en el diálogo. Lo que se cuenta tiene que ser lo suficientemente hipnótico o interesante para que no provoque esa huida de la película.

Ejemplos de este cine son Mi cena con André, Un dios salvaje o, la también estrenada en 2023, Anatomía de una caída. Todas estas películas conceden un especial peso al guion. Algunas eliminando espacios y manteniendo solo un escenario en toda la película, lo que puede llegar a ser claustrofóbico y repetitivo para el espectador. Sin embargo, todas ellas funcionan por un guion bien trabajado que engancha al público y no permite que mire hacia otro lado.

Al final todo depende, por supuesto, del espectador. Hay cuatro episodios y, seguramente, alguno cause interés en la mayoría del público. Sin embargo, se trata de una película de casi tres horas, y la paciencia puede terminar por agotarse.

La radiografía del 2020

MMXX pretende hacer, y se puede decir que lo logra, la radiografía de una época. Un retrato de la situación de la pandemia, de la Rumanía de 2020. Como se ha tratado anteriormente, la mayoría de los capítulos dejan claro un fondo dominado por el SARS-CoV-2. Pero surge un problema. A pesar de ser un material muy interesante, con el reflejo de una situación que no ha aparecido todavía en exceso en la gran pantalla, no acaba de ser fácil de visionar. Toda radiografía necesita alguien que la mire. En este caso las formas de MMXX no ayudan a resaltar un fondo en el que cuesta introducirse. No se trata de una película para todos los públicos.

Surge aquí un debate entre el arte por el arte o tener presente al público que lo disfruta. En este caso está claro que el director tiene un estilo personal por el que lucha, aunque, a veces, sea en contra del espectador. No le interesa responder ante nadie y esto también es digno de admiración. Hace que nos preguntemos, ¿debe el artista modificar su creación en pro de su entendimiento?

Conclusión de MMXX

MMXX es una película ambiciosa que pretende ser espejo de una situación que muchos prefieren dejar enterrada en el pasado. Puiu aborda la pandemia con un estilo personal, sin concesiones a un espectador que puede o no coincidir con sus formas. Pero, al final, aunque pueda no ser una película de fácil visionado, deberíamos dar las gracias por una película que no tiene miedo a retratar lo vivido en los últimos años.

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